2."Viejos amigos"

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POV Ross

Aparqué el auto en un espacio libre, como un caballero le abrí la puerta a Allison. Ella sonrió mostrando sus blancos dientes.

El restaurante no era algo formal y lo agradecía, honestamente hablando prefería vivir Colorado, ahí todo era más pacífico y relajado. Cuando entramos, nos sentamos en una mesa en un rincón del lugar. Allison es una vieja amiga de la universidad, salimos un par de veces-nada formal-, nuestras familias son amigas desde hace años que yo o mis hermanos naciéramos, así que de cierta forma salir con ella era como una obligación, bueno no negaba el hecho de que Allison era hermosa. Riker, mi hermano mayor se casó con la hermana mayor de Allison, y mis padres y los de ella esperan vernos casados algún día. Como dije, ella no era para nada fea, llevaba un vestido color cereza que encajaba perfecto en sus curvas, resaltaba el color azul de sus ojos, era como una modelo, una mujer perfecta, la que cualquier hombre desearía tener, pero a ella le importaba más el físico, quizá y por eso no funcionamos; mi padre y el suyo tienen un negocio juntos y es una de las razones por las que ella viajó a Nueva York, yo en cambio prefería el cálido aire de Colorado, pero aquí me encontraba por mi padre, involucrándome en asuntos empresariales de mi familia.

-¿Cuándo llegaste?-preguntó Allison dando inicio a la conversación mientras esperábamos a que nuestra comida estuviera lista.

-Ayer por la tarde-respondí encogiéndome de hombros.

-Al menos me hubieses mandado un e-mail-parecía triste al decirlo-. En fin, ¿cómo te va en tu primer día en Nueva York?

-Hasta ahora me sigo planteando regresar a Colorado-me reí-. No ha estado tan mal, sólo he tenido un par de juntas en la empresa para ponerme al día.

-¿Cómo sigue tu padre? Escuche a mi papá contarle a mamá que Mark había enfermado.

-Es verdad-tomé un breve respiro-. Se encuentra en reposo, tiene un problema cardíaco, no sé muy bien que es.

-¿Te quedarás? Quiero decir…

-Espero que mi padre se recupere pronto, tú sabes que los negocios nunca fueron mi privilegio, pero Riker se ocupa de la empresa Lynch en Inglaterra y mi madre no puede dirigirla.

Allison asintió.

Nuestra comida llegó segundos después. Ella había pedido una ensalada y yo una pasta, bebimos un poco de vino mientras disfrutábamos de la comida.

-Entonces… ¿Quién era aquella mujer?-dijo Allison.

-¿Quién?

-La castaña con la que estabas hace una hora.

-¿La señorita Marano?-recordé. Ella asintió.

No había pensado en ella.

-Fue a una entrevista de trabajo, al parecer mi padre ya le había aceptado una cita, pero con lo que ha pasado tuve que hacerme responsable-respondí.

Pensándolo mejor, fue buena idea aceptar la entrevista, quiero decir, la señorita Marano tiene capacidad, es inteligente y audaz, lo demostró durante nuestra charla. Recuerdo vagamente aquella sensación que tuve cuando entró a mi oficina, al verla toda sorprendida al ver al hombre que la atendería, el rubor que se extendió en sus blancas mejillas cuando pronuncié su nombre, e incluso lo que sentí cuando nos dimos la mano, fue todo rápido y sorprendente. Sin duda sería un placer trabajar con ella.

-Hey, Ross-Allison sacudía su mano frente a mi cara-. Has vuelto hacer lo mismo, me dejas hablando sola.

-Lo lamento, pensaba en…-la señorita Marano-…no importa. ¿Nos vamos?-ella asintió.

Pagué la cuenta y salimos del local. Durante el trayecto a su casa no hablamos, cada uno absorto en sus pensamientos, o al menos yo lo estaba y me molestaba, ya que en mi mente solo estaba una persona: Laura Marano.

Laura era bella, eso nadie podía dudarlo, el conjunto que llevó a la oficina mostraba un poco del buen cuerpo que tenía, sonreí como idiota mirando frente a la calle cuando recordé todo lo que tenía en mente cuando ella me hablaba acerca del comercio en el sur del país, ella sobre mi escritorio, estar dentro de ella sería jodidamente maravilloso, no me culpen, soy hombre y además estoy soltero, aún puedo gozar de los placeres de la vida.

Dejé a Allison es su casa y acordé salir el viernes con ella.

POV Laura

-¡No jodas!-chilló Raini. Puse los ojos en blanco-. Laura, esto no está bien.

-Raini…

-No, Laura-me interrumpió-. Por lo que me has dicho, Lynch no era lo que esperabas, y puede que…

-¿Puede que?-exigí.

-Puede que no sea tan idiota como los demás lo fueron. Además tú puedes salir más herida, eres mi amiga y me preocupo por ti-suspiré.

En alguna parte-muy interna-sabía que ella tenía razón al igual  que el doctor Taylor, debía olvidar de una vez mi rencor y dejar de utilizar a los hombres como lo hacía. Pero entonces recordaba mi pasado y eso barría con la razón.

-Todo saldrá bien Raini. Será igual, yo acabando con él, es muy sencillo.

-Pero tú misma lo has dicho, la empresa Lynch es un pez demasiado gordo…

-Confía en mí-puse una mano sobre su hombro, mostrando mi valor-. Nada saldrá mal te lo aseguro-Raini asintió no muy convencida.

Al llegar a casa, me bañé, me puse una blusa de franela y unos pantalones de piyama, preparé un emparedado de mantequilla de maní, una taza de café y me senté en el sofá de la sala de estar, encendí el televisor per realmente no le prestaba mucha atención, solo tenía presente a Ross Lynch. Esa chica que entró, seguramente era su novia…”Has liado con hombres con esposas peores”…una vocecita molestosa en mi cabeza me interrumpió, ¿por qué estaba pensando en la chica rubia como un problema en mi juego?

Pensarlo me había dejado sin apetito. Tiré la mitad de emparedado al bote de basura y terminé mi café, apagué la Tv, y decidí conectarme a internet desde mi portátil. Mi investigación, “La familia Lynch”.

Abrí varias páginas, leyendo cada artículo sobre Ross Lynch, no tenía novia, ¿entonces quién era la rubia? ¿Su hermana? Lo dudo.

Eran las 11:30 de la noche cuando me metí a la cama, mañana sería un día agotador, no había imaginado como sería trabajar con Lynch, no será imposible, eso es seguro, pero había algo que me inquietaba, y tal vez Raini y el doctor Taylor tenían razón…al carajo su opinión, era mi vida, yo decidía que hacer. Sentía las lágrimas amontonándose detrás de mis ojos, ¡no! No lloraría esta vez. Bastante sufrí aquel día, no lloraría ahora. Siempre he conseguido lo que quiero. He conseguido entrar a la empresa Lynch, y podré conseguir destruirla.

Cada día me pregunto que hubiera sido de mí si mi vida no hubiese sido destrozada cuando tenía ocho años. ¿Cómo habría sido tener a papá protegiéndome? ¿Por qué la vida había sido injusta conmigo? ¿Qué había hecho mal, para acabar así? ¿Por qué mamá no me creyó?

Desde aquel día comprendí lo cruel que es la vida, pero también aprendí a que debía ser fuerte. Gracias al cielo, conocí a Raini, su padre la había abandonado pero con su madre me dieron todo el cariño que nunca recibí de mi familia, sin ellas quizá yo estaría muerta, pero estoy viva y debo demostrar que no soy débil incluso frente a alguien como Ross Lynch.

Esa noche fue diferente, no tuve pesadillas. Alguien más había ocupado el lugar de mis sueños.

FALL IN MY GAME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora