FALL IN MY GAME

7. ¿Esto es para darme celos?

POV LAURA:

Lo normal hubiera sido que una pesadilla me despertara.

Pero no, no fue eso lo que me despertó. Si no tener a alguien a mi lado.

Durante los últimos años hasta ahora, dentro de mi juego no entraba la parte de acostarme con las personas involucradas, en realidad la mayoría de ellos eran señores ya adultos, y mi estrategia solo era: ganarme su confianza y entonces quitarles todo.

Esta vez fue diferente, era la primera vez que me acostaba con alguien del trabajo.

Ross dormía plácidamente.

¡Lo había hecho con él!

Bueno no era el primer hombre con el que había tenido relaciones, pero aún así se sentía extraño.

Me levanté de la cama, me puse las pantuflas y la bata de dormir; me dirigí al balcón.

El aire de la madrugada era helado pero misteriosamente no me molestó.

Apoyé mis brazos sobre la baldosa fría.

Divagué entre mis pensamientos.

¿Por qué había aceptado fingir ser la señora Lynch? ¿Por qué me sentí rara en la cena? ¿Y por qué rayos me había acostado con él?

Necesitaba un té, urgentemente.

Eran las dos con quince minutos de la madrugada. Pensarían que estoy loca por tomar té a esta hora.

Suspiré. ¿Por qué no podía olvidarlo?

¡Concéntrate en la razón del por qué has ido a la empresa!

Tienes que ganarte la confianza de todos y luego estafarlos.

¿Podría hacerlo?

¡Claro que podría! Sólo debía mantenerme al margen de la situación.

No me di cuenta de que Ross se había levantado y ahora estaba semi desnudo delante de mí.

-Hola-murmuré tímida. ¿Por qué lo estaba?

-Hola-respondió rascándose el cuello-¿Qué haces aquí?

Me encogí de hombros.

-Pensaba-admití.

-¿Pensar sobre qué?-preguntó.

-Lo que pasó hace tres horas-confesé-¿Tienes algo que decir?

Fue su turno de encogerse de hombros.

-¿Deberia?

-Supongo.

-De acuerdo-concedió-,¿Qué te parece: regresar a la cama y platicar de ello cómodamente?

Su ceja se arqueó de manera divertida, sospeché que eso no tenia nada que ver con lo que pensé.

-¿No tienes frío?-intenté no reír.

Sólo estaba en bóxer a las dos y media en el balcón.

-Para ser sincero lo estoy, ¿por qué no volvemos a la cama y me calientas un poco?

Fingí que su comentario no me afectó.

Sólo dio dos pasos y llegó hasta mi, sus manos cayeron a mis caderas.

-Volvamos a la cama-esta vez no fue una pregunta.

Como no dije nada, acercó sus labios a los míos.

De pronto me levantó, le rodeé la cadera con mis piernas, sus manos en mi trasero cubierto solo con la seda de la bata. Me llevó de regreso a la habitación, me recostó sobre la cama cuidando de no separar nuestros labios...en minutos ya me había perdido.