FALL IN MY GAME

12. ¿Renunciar?

POV Laura:

Por desgracia la avalancha de preguntas fue dada en el instante en que bajé del taxi.

Raini ni siquiera esperó a que yo desempacara.

"¿Qué pasó?" "Tienes que decirme todo, con lujo de detalle". Entre otras cosas fueron dichas.

No sé como pero me las arreglé para esquivarla y llegar a mi habitación. Tampoco hubo paz ahí.

—Vamos Laura, tienes que contarme que sucedió—insistió mi amiga—. ¿Qué pasó exactamente el día en que me llamaste? Sonabas rara.

—Realmente no fue nada, Rai.

—Me conoces Laura—respondió.

Y vaya que sí la conocía. Ella prácticamente era mi hermana. Al igual que ella conocía todo de mí.

Yo sabía lo insistente y loca que se ponía Raini cuando yo le ocultaba algo. Siempre buscaba la manera de sonsacármelo.

Di un largo suspiro y la miré.

—Vale, te voy a contar.

Ella me escuchó con atención. Todas las palabras que salieron de mi boca eran nada más que la verdad. Tuve que decirle todo, y cuando digo todo, es todo.

— ¡Oh Dios mío!—chilló, emocionada.

—En realidad no fue nada, Rai—me encogí de hombros.

— ¿No fue nada? Fue todo Laura. Me acabas de decir que te acostaste con él. Oh vaya. Creo que es la mejor noticia que había escuchado.

Sacudí la cabeza, una ligera sonrisa se formó en mis labios.

— ¿Entonces...?

— ¿Entonces qué, Raini?—arqueé una ceja, intrigada.

—No te hagas a la tonta, Marano.

Esa mirada la conocía muy bien. Era aquella mirada que decía "Yo no soy tonta".

Di un suspiro largo.

— ¿Te gustó?

Mi estómago se contrajo al recordar el viaje. Y un repentino calor me cubrió.

—Te estás poniendo roja—señaló Raini.

—Estás delirando Raini.

Me giré para terminar de desempacar, Raini seguía diciendo que yo lo admitiera. ¿Qué debía admitir?

¿Qué si me había gustado...tener intimidad con alguien después de tanto tiempo? Bueno, de cualquier forma era una persona adulta. Y ciertamente hacia mucho que no disfrutaba de algo como lo que sucedió en Vancouver.

Mi mente me traicionó en ese momento. Imágenes de Lynch besándome aparecieron en mi imaginación...

«Reacciona, Laura».

Necesitaba ver a Alonso.

Luego de una ducha de media hora, decidí salir de la casa. Quería un poco de aire fresco, y necesitaba hablar con alguien. Caminé hasta llegar al consultorio de Alonso. A él lo conocí por la madre de Raini. Y debo decir que sin su ayuda quizá yo no estuviera aquí.

Sin embargo, esta vez, un escalofrío me recorrió la columna cuando recordé que Lynch venía aquí. ¿Cuál era ese motivo? No sabía.

Por unos instantes dudé en entrar al consultorio pero finalmente lo hice. La recepcionista me sonrió y llamó al doctor. No esperé mucho en la pequeña sala.