FALL IN MY GAME

4. "¿Coincidencias...?

POV LAURA

-Laura...-me llamaba Raini-, Laura...-volví a ignorarla.-¡Laura!

Cerré los ojos y me deje caer sobre el sofá junto a Raini.

-Lau-volvio a intentar mi mejor amiga.  La miré a los ojos-. ¿No puedes cancelarlo?

-No

-Pero...

-No se puede Raini. Si no viajo con él, todo lo que he planeado se irá a la mierda-apoyé mis manos sobre mi frente-, no puedo permitir que suceda.

-¿Te arriesgaras?-preguntó.

Me encogí de hombros. Raini sabia perfectamente mi fobia a los aviones.

Mi padre había muerto en uno de esos mounstros aéreos, así que entenderán de donde viene ese miedo.

Raini chasqueó la lengua en desaprobación. Me dio una palmadita en la espalda, se levantó y fue a la cocina.

-¿Quieres cenar?-preguntó desde la cocina.

-Por favor-respondi. Me recosté en el sofá y miré hacia el techo.

-¿Como le explicaras tu miedo a Lynch?

-No tengo que explicar nada.

-Entonces,  ¿planeas subirte a ese maldito avión y fingir que todo esta perfecto?

No respondí. Realmente no quería pensar en el mañana.
Extraño a papá.

-Dejame los platos a mí-Raini cogió los platos y los llevó al fregadero-,tú tienes que terminar de empacar.

-Gracias-me acerca y le di un abrazo rápido-. Te prometo, que Lynch será el último.

-Quisiera creerte-dijo Raini.

-Lo será, lo prometo.

Y corrí a mi habitación antes de que Raini dijera algo.

Una bella melodía de piano me hizo olvidar el viaje mientras guardaba mi ropa de trabajo.

A las seis menos cuarto me decidí a salir a correr un poco, Raini había salido con un chico nuevo. Me alegra que mi mejor amiga sea feliz, quiero decir, ella tiene que disfrutar su vida, es joven y atractiva, puede tener a cualquier tío comiendo de su mano, solo que no se atreva a lastimarla. Raini es mi única amiga, confidente y hermana (así la considero).

Me pongo los zapatos deportivos y salgo del apartamento. Corro por Eaton Street hacia el consultorio del doctor Alonso. En realidad pude haber cogido el auto e ir pero necesitaba correr un poco.

Conforme llego al local, disminuyo la velocidad.

Sally la recepcionista está atendiendo una llamada en su escritorio. Cuando alza la mirada y me mira me sonríe y me hace un gesto con la mano que dice que la espero dos minutos. La sala de espera es amplia, casi no hay un alma cuando vengo. La mamá de Raini-antes de fallecer-me trajo por primera vez aquí cuando me encontró. Yo no hablaba, solo lloraba. Ella me ayudó demasiado. El doctor Alonso es muy diferente a los tantos médicos de gobierno que intentaban sacarme algo de información. Él era paciente, amable, él supo comprenderme.

Camino hacia Sally y le digo en voz baja que pasaré al baño ella asiente mientras batalla con quien sabe quien en el teléfono.

Ya en el baño me refresco la cara con un poco de agua, no he sudado mucho.

Mientras me seco las manos con una toalla de papel, escucho una voz que me resulta espantosamente familiar.

Acerco mi oído y me apoyo en fría madera de la puerta.