-¿A caso no te mueres por que te de un beso? por que yo si...-susurró Jorge, haciendo que Silvia se estremeciera, pero a la vez, se desconcertara.
-¿Qué?-preguntó Silvia tímidamente.
-Que si ¿acaso no mueres de sueño? por que yo si.-rió.
-Ahh, si, yo también estoy muy cansada.-sonrió sonrojada, ¿por que se pudo imaginar que Jorge le estaba pidiendo un beso? Jorge se separó de ella y le dedicó una sonrisa.
-Bueno, iré por una sábana y mi almohada para venir a dormir.
-No es necesario, yo dormiré aquí así como ayer.
-No es de caballeros dejar que una mujer duerma en el sillón cuando puede dormir en una cama.
-Pues al parecer, ayer no eras un caballero.-dijo ella en un tono bromista.
-Es que ayer andabas medio groserita.-le sonrió con ternura- Pero bueno, iré por mis cosas.
-Una semana después, 1:30 am-
-Carajo, Silvia ¿donde éstas?-preguntó Jorge somnoliento caminando de un lado a otro en el departamento mientras hablaba por su celular.
-Jorge, soy Claudia, ¿podrías venir por Silvia?
-¿Le pasó algo?
-No, estamos en un club, pero Silvia está demasiado tomada y no la podemos sacar de aquí. Se puso demasiado dramática.
-Bien, pasame la dirección y voy para allá.-dicho esto colgó, se vistió rápidamente y salió del departamento.
Después de unos segundos, recibió el mensaje y se fue a aquella dirección.
-Silvia, Jorge ya no no tarda en venir.-dijo Luis desesperado por a actitud de Silvia.
-¿Para que le hablaron a ese infeliz?-preguntó grosera.
-Jamás habías tomado así, ¿te sientes bien?-preguntó Claudia.
-Mi vida es un fracaso.-recargó si cabeza en la barra y comenzó a llorar.
-Silv, cariño, no digas eso.-intervino Luis.
Silvia soltó una gran carcajada y miró a sus amigos: -Es broma, sólo quise divertirme, pero no tenían por que hablarle a Jorge.
-Pues demasiado tarde, allá viene.
Silvia se levantó y se puso detrás de Luis mientras reía.
-Shh, diganle que yo no estoy.
Jorge los encontró y se acercó hacia donde ellos estaban.
-Claudia, gracias por avisarme que ella estaba aquí, Silvia, vámonos.-dijo con seriedad.
Silvia se puso frente a él y colocó sus brazos alrededor de su cuello, hablándole muy cerca de sus labios:-George, no seas así, aún no me quiero ir.
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Casados por un año.
Romance-Ambos sabemos que en cuanto pase este año, nuestro infierno...será terminado.-susurró con lagrimas en los ojos. Jorge Salinas Peréz, un hombre apuesto con tan solo 24 años de edad. Un hombre responsable, duro, engreído y el próximo presidente de la...