Capítulo 11.

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Aquella voz terminó por intimidarla, se estremeció al sentir aquellas manos grandes rodeando su cintura, tragó en seco y lo miró.

-¿Hablas enserio?

-¿Por que mentiría?-comenzó a acariciarle la espalda con las yemas de sus dedos, ocasionando un sin fin de emociones dentro de Silvia.

-No lo sé...-dijo cuando reaccionó.- no te creo.

-Hablo enserio cuando digo que no te quiero compartir.-respondió con una voz grave.-Creeme que hablo muy enserio.

-Veo que eres un hombre egoísta...-le habló con un tono seductor, se estaba dejando llevar por las caricias de él.

-Veo que cada día me conoces más, eso me gusta.-sonrió con complicidad- y no, no soy egoísta, sólo cuido lo que es mío y tu me perteneces...

-¿Disculpa? ¿te pertenezco?-con un poco de molestía se alejó de él y se cruzó de brazos.

-Por Dios, Silvia, eso no está en discusión. Ambos sabemos que eres mía desde el momento en el que firmaste aquel documento para ser mi esposa.

-No soy tuya, jamás lo seré.-musitó.

-Creo que ya nos salimos del tema, aún nos quedan más de once meses para discutir sobre el tema de si eres mía o no.-suspiró y prosiguió- El punto aquí es que vas a dejar de ver al tipo ese, y obviamente dejará de venir a aquí.

-¿Pero por que, carajo?

-Nada más por que lo digo yo, ¿como la vez?-respondió hablando muy cerca de su rostro.

-En esta casa no se hace lo que tu quieras, quizás en tu trabajo si, o con otras mujeres, pero ¿aquí? Aquí mando yo.-le sonrió triunfante y arqueó una ceja- ¿Como la vez?

Jorge sonrió, siempre había logrado hacer con las mujeres todo lo que él quería, solamente necesitaba un par de palabras y listo. Pero con Silvia era diferente, le encantaba su actitud. Nadie podía vencerla.
Jorge rió por sus pensamientos, una risa que borró de inmediato; no iba a permitir que, un hombre como Adrián, le quitara a una mujer como Silvia, definitivamente no.
Tenía que convencerla, ellos ya no se seguirían viendo, de eso él estaba seguro.

-Bien, has lo que quieras.-respondió Jorge después de un largo duelo de miradas entre ellos.

-¿Tan fácil te rindes, Jorge?-preguntó en un tono burlón.

-¿Y quien dijo que ya me rendí?-le sonrió satisfactoriamente y caminó hasta su habitación. Tenía el plan perfecto para separar a Adrián de Silvia.

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3 días después, 9:30 pm.

Silvia y Jorge se encontraban entrando a un lujoso salón donde se llevaría acabo un importante evento, ambos, tomados de la mano a petición de Jorge, saludaron a algunos de los presentes y sentaron en una mesa vacía.

-Ya me quiero ir.-susurró Silvia tomando una copa de vino que les habían servido.

-Es absurdo, acabamos de llegar.-Jorge rió, y de la misma manera, tomó un trago.

-Lo sé pero, nunca me ha gustado venir a este tipo de eventos.

-Quizás es por que no traías un acompañante, nadie te invitaba una copa y mucho menos te sacaban a bailar.-sonrió.

-No me digas que siempre has traído acompañante a estas fiestas.-lo miró sin darle importancia.

-Ósea, estás hablando con Jorge Salinas.-respondió con arrogancia y se llevó otro gran trago de vino a la boca.

Casados por un año.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora