-Soy Jorge Salinas, un placer conocerte...-dicho esto, le extendió su mano y sonrió.
Silvia lo miró y fingió una sonrisa, que más bien, pareció una mueca: -Silvia Navarro, el gusto es mío...-respondió.
Jorge besó la mano de ella y le guiñó un ojo, Silvia quitó su mano de inmediato y le lanzó una mirada penetrante.
-Por que no los dejamos solos para que platiquen.-dijo la madre de Jorge.-Eder, hijo -miró al menor- ¿por que mejor no te vas a la casa a descansar?
-¡Claro!-exclamó.-Nos vemos.-tomó su saco y se fue.
-Perfecto, Silvia, Jorge...Los dejamos para que se conozcan mejor.
-Mmm, yo creo que...ya es un poco tarde, mejor otro día hablamos ¿no?-respondió Silvia rápidamente, era obvio que no quería cruzar palabra con aquel hombre.
-Silvia, no seas descortés.-la reprendió su padre. Ella no dijo más y los padres de ambos se retiraron.
-¿Quién lo diría?-habló Jorge sentándose a la mesa- Nos volvemos a encontrar Silvia Navarro.
-No seas ridículo,-dijo ella sentándose junto a el- acabamos de hablar hace unos minutos.
-Pues para mi esto es una coincidencia ¿o tu que opinas?-la miró.
-Opino que no es nada agradable estar sentada aquí contigo.
-Ni siquiera me conoces lo suficiente y ya te caigo mal.
-No me caes mal, simplemente no eres de mi agrado.
-¿Acaso no es lo mismo?-respondió el arqueando una ceja.
-Da igual.-dijo ella torciendo los ojos.
-Bien, ¿de que quieres hablar?-preguntó.
-Sólo cállate y espera a que mi padre vuelva a esta mesa, o bien, que haya pasado el tiempo suficiente como para que crean que tuvimos una interesante platica.
Jorge sonrió y decidió quedarse callado por unos minutos, solamente disfrutando de la tranquilidad del lugar.
-¿Qué edad tienes?-preguntó el después de algunos segundos.
-Veintidos.-respondió cortantemente.
-Te ves de mayor edad.
Ella lo miró con molestia.
-Sólo bromeo.-rió-¿Siempre eres así de amargada?
-No, simplemente no me interesa iniciar una conversación contigo.
-¿Tienes novio?-preguntó ignorando el comentario anterior.
-Si-mintió-,si tengo novio.
-Entonces, de invitarte a salir ya ni hablamos ¿verdad?
Silvia rió por aquel comentario: -De todos modos no hubiera aceptado.
-¿Guardaste mi número?
-No, lo tiré a la basura.-mintió nuevamente.
-¿Te doy otra tarjetita? Sé que algún día me llamarás.-sonrió.
-No, no quiero tus estúpidas tarjetas.
-¿Sabes cuantas mujeres se morirán por tener mi número?
-Mmm, ¿cero?
Jorge soltó una carcajada burlesca: -Miles de mujeres se mueren por tener mi número, sin embargo tú lo desprecias.
-¡Ja! Por favor, ni que fueras la gran cosa, cariño. ¿Sabes que pienso de ti?
-¿Qué?-preguntó acercándose más hacia ella.
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Casados por un año.
Storie d'amore-Ambos sabemos que en cuanto pase este año, nuestro infierno...será terminado.-susurró con lagrimas en los ojos. Jorge Salinas Peréz, un hombre apuesto con tan solo 24 años de edad. Un hombre responsable, duro, engreído y el próximo presidente de la...