Cap.31: Primas que cuidar

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*NARRA MARTINA*

Un día a mitad de verano, había vuelto de correr y me había dado una ducha cuando llamaron a la puerta, me parecía muy raro que Rubius estuviera despierto a esas horas, fui a abrir y era mi tía, quería que cuidara a mis 3 primas durante dos días, una tenia 5 años, otra 3 y la más pequeña con 1 año. Me encantaba cuidar a mis primas, aunque fuera un trabajo agotador me gustaba jugar con ellas.

Como a las cuatro de la tarde más o menos llego Rubius y le abrió la puerta Lucía, mi prima mediana.

- Martina te has convertido en una niña de 3 años?- bromeo

- No, estoy aquí pasa- le conteste, estaba dándole de comer a Clara, la más pequeña de todas mientras hacía los deberes de inglés con Sara, la mayor.

-Has montado una guardería aquí o qué?- me preguntó al ver esa situación.

-Eres el novio de Martina?- preguntó Lucía, Rubius se quedó con los ojos como platos y yo me puse un poco roja.

- Lucía! Eso no se dice- le regañe.

- Pero lo es o no?- insistió la pequeña.

- Si que lo soy, y te cuento un secreto- le susurro algo a la pequeña que no pude oír, pero se le notaba que lo decía de broma- Y tu quién eres?

- Yo soy Lucía, la prima de Martina y ellas son Sara y Clara.

- Lucía me prometes que no le vas a contar el secreto a tu prima- Lucía asintió. 

-Cuéntamelo- hice un puchero.

-Se lo cuento?- le preguntó mi prima, él asintió.

- Que eres muy guapa- me susurró y yo me puse más roja.

- Y tú como te llamas?- Dijo Sara.

- Rubén- contestó con una sonrisa .

- Es el tito Rubén!- Saltó Lucía- tito Rubén, tito Rubén, tito Rubén- empezaron a cantar.

-Sería primo y el no es mi...- no me dejó acabar.

-Déjalas, mira que felices se les ve- cuando Rubius dijo eso automáticamente me puse aun más roja, en esos momentos seguro que parecía un tomate.

Estuvimos los cinco jugando y haciendo el tonto hasta que me tuve ir a ayudar a una amiga con la matemáticas que las tenía suspensas. Dejé a Rubius solo con la pequeñas, si soy sincera tenía un poco de miedo por lo que pasaría en mi ausencia.

Cuando volví los cuatro estaban tranquilos en el sofá viendo dibujos animados, no me lo podía creer.

-Qué tal se ha portado?

-Bien, bueno Clara se ha puesto a llorar antes pero la he calmado- contestó Rubius.

-No te lo preguntaba a ti, si no a ellas- reimos todas, pero Rubius hizo como si se hubiera enfadado.

-El tito Rubén se ha portado muy bien- Dijo Sara, me acople a ellos a ver dibujos animados, la verdad es que eran muy adictivos hasta que Rubius se fue a su casa.

*NARRA RUBIUS*

Me puse a grabar un vídeo de un challenge que me invente con Mangel, al terminar mire por la ventana y volví a ver a Martina en la piscina así que baje por si necesitaba mi ayuda.

- Sigues entrenando?- pregunté para llamr su atención

- Bucear y estar en el agua también me relaja, he aprovechado que mis primas ya se han dormido-cuando dijo eso me tiré en bomba al agua- pero ya veo que la relajación se me ha ido a la mierda.

- Pues si- dije para después cogerla de la cintura y ponerla en mi hombro.

-Bájame- me pegaba en la espalda.

-Bésame- bromeé.

-Qué?- me miró.

- Besame y te bajo. Si a tus primas les hemos dicho que somos novios tendremos que demostrarlo.

-Perdona pero eso lo has dicho tú! ahora bájame!- me ordenó.

-Ya sabes lo que tienes que hacer.

-Que se besen, que se besen- Escuche la voz de una de sus primas, estaban junto con Laura, a la mierda nuestro momento íntimo.

-Lo siento pero se habían despertado y no hay quien las aguante- se disculpó Laura.

-Que se besen, que se besen- repitieron todas.

-Que se besen- repetí.

-Se lo diréis a alguien?- preguntó Martina, ellas negaron, entonces me miró, la tenía enganchada con sus piernas a mi cintura y yo la cogía de las caderas, me rodeó el cuello con sus brazos, y me nos besamos, fue lento y precioso, yo dejé de estar de pie para sentarme en el fondo de la piscina, y allí se volvió perfecto, sabía que ella podría aguantar debajo del agua y yo hacía todo lo que podía para no subir y estropear este momento mágico, nos separamos y sonreímos, a ella le salieron burbujas de la boca, y nos volvimos a besar, no temía por mi vida, porque no me hubiera importado morir en ese instante, ella agarrada a mi, en bikini, bajo el agua y besándonos, fue un momento irrepetible.



Una historia de edad (elrubiusOMG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora