10.- ¡Las traes!

430 25 16
                                    

—Nadaremos, nadaremos, en el mar, el mar, el mar...— Kairi cantaba en voz bajita. Iba dando saltitos mientras caminaba alegremente delante de Oliver.

Esté la miraba algo preocupado. Su mirada estaba clabada en la parte trasera de la cabeza de la niña, estaba preocupado, recordaba cuando era pequeño y vivía con Helena, su cabeza se sentía mal esos días, al parecer había sido esa cosa de su cabeza; claro que también habían afectado los químicos que tenía en las venas y que lograban que su cuerpo sufríera esa metamorfosis.

—Oye...— la llamo Oliver.

La aludida volteo rápidamente. Era extraño que Oliver empezará una conversación.

—¿Qué pasa?— pregunto algo extrañada pero igualmente felizde que Oliver le hablara primero.

—Eh... ¿Te, te sientes bien?— se le hizo raro plantear esa pregunta, la verdad era que nunca se había preocupado por alguien lo suficiente como para preguntar algo como eso, exepto Elena pero ella jamás había padecido algo de que preocuparse.

—Si. ¿Y tú?— pregunto Kairi tratando de sonar cortes pero sono extraño—. Me refiero a sí tu estás bien, por que, bueno, yo lo estoy y debes tener alguna razón para preguntar si estoy bien... Tengo que empezar a ordenar mis ideas antes de hablar— rió la niña poniendose la mano en la cabeza.

—Eh... Si...— respondió Oliver confundido. Agito un poco la cabeza—. Solo tenía curiosidad, perdón.

—¿De qué te disculpas? Esta bien preocuparse por la gente aunque no tengas una razón, je je.

Oliver asintió. Es lo único que se le ocurrio hacer.

Siguieron caminando, en serio parecía que el bosque tenía algo porque después de unos pasos Oliver dejo de preocuparse y disfruto del lugar, algo que no solía hacer; siempre que algo lo preocupada, aúnque no era nada a menudo, no dejaba de darle vueltas hasta que se solucionará.

Miro un pajaro que estaba posado en una rama. Era extraño ver un ser vivo aparte de científicos que, para ser sinceros, no parecían tener ni una pizca de vida.

El pajarito se movía extraño, su cabeza se movía de tal manera que parecía no tener huesos allí.

Kairi miró de soslayo hacía atrás cuando dejo de escuchar las pisadas del otro, y ahí estaba Oliver, parado, al parecer sin darse cuenta, mirando a un pájaro en un árbol. Sonrío con ternura. Pensándolo con detenimiento, quizás el niño no había salido jamás en su vida, entonces una pregunta se planteo en su cabeza. "¿Alguna vez Edgar lo trató como un niño o sólo como... Un experimento más?" La idea la entristeció... ¿Sería correcto preguntarle? Claro que por la forma de ser de Oliver quizás no le molestaría responder pero también había una posibilidad de que por dentro le doliera responder... Además, Kairi no estaba segura de querer saber la respuesta.

Algo lo inquietaba, la típica incomodidad de cuando alguien te observa fijamente le recorrió la columna vertebral. Su ojo ámbar se retiró del ave y se giró a donde estaba el único ser vivo capaz de verlo tan directa e indiscretamente.

No sabría decir porqué pero se molesto. No porque lo observará, sino por esa mirada, las cejas ligeramente alzadas, los ojos tiernos y la boca chiquita y ligeramente encorvada hacía abajo; Una mirada de verdadera lástima.

Por alguna razón quiso mirarla a los ojos y decirle algo hiriente. Y vaya que había mucho que le podía decir pero no lo hizo, apretó los dientes mientras cerraba con fuerza su ojo sano y dejo caer su cabeza, respiro hondo y no respondió cuando Kairi le pregunta si estaba bien, sólo asintió y siguió caminado, dejando atrás a la niña.

Child experiments [Niño de experimentos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora