Anónima 1: Bajo el anonimato.

11. "Volvió".

-Adivina qué -le digo a Em a la salida.

-¿Qué? -responde, aguafiestas.

-¿Otra vez? Agh, debes intentar adivinar -le golpeo suavemente el hombro con el puño.

-No lo sé. Te dijeron por qué Nicholas no está viniendo.

-No, lastimosamente, no.

-Mmm, no sé. ¿Me lo dices? -pide.

-Bien, ¿sabes? No eres muy buena en esto de adivinar.

-Ni que lo digas.

-Conseguí su dirección -le digo en voz baja.

-¿Qué? -pregunta asombrada.

-Que conseguí su dirección -como no dice nada, continúo hablando-, de su casa, dónde vive, lugar de residencia,...

-Sí, sí, sí. Escuché la primera vez, solo que no daba crédito a lo que acababa de escuchar -hace una pausa y agrega-. Dime, ¿cómo consigues averiguar dónde vive una persona, pero no la razón de su ausencia? ¿Cómo es siquiera eso posible? ¿Te dieron la dirección simplemente?

-Algo así. Les dije que quería saber que le pasaba porque tenía que hacer un trabajo con él -al decir esto, ella sonríe-, y como no pudieron decirme que le pasaba,  me dieron su dirección. Probablemente pensando que era un trabajo urgente y que debíamos entregarlo rápidamente.

-¡No lo creo! Y, ¿qué se siente?

-¿Qué se siente qué?

-Saber dónde vive, no te da como una sensación de poder o algo así.

-¿Por qué debería sentirme así? Si me siento de alguna manera, sería como una acosadora, siento como que invado su privacidad.

-Ay, vamos amiga, aun no fuiste a su casa -menciona como si nada-. Piensas ir, ¿no es así?

-No, ¿por qué lo haría?

-Eh, ¿para visitarlo? Por favor, te mueres de ganas.

-Sí, pero no lo haré, sería como básicamente gritar en frente a todo el colegio que le envío notas a él.

-¿Y eso que tiene de malo? -pregunta.

-No es que tenga algo de malo pero, no me siento preparada para revelar mi identidad.

-Por favor no me digas que esto tiene algo que ver con que tú seas más popular que él. Porque si así es, no me importará que seas mi mejor amiga, o mejor dicho hermana, te golpearé, lo haré de verdad.

-En parte... -empiezo y ella me mira con cara de incrédula-, pero no es eso es que ponte en mi lugar: mi mamá, mi papá y mis hermanos, fueron populares en la escuela; y eso es lo que esperan de mí. Obviamente no me obligan, pero de una forma u otra me siento obligada a ser como ellos.

»No tendría problema de salir con Nicholas o alguien menos popular que yo, pero estoy aterrada de lo que los demás puedan decir, digamos, por haberle dejado notas y ese tipo de cosas cursis.

-No te debería importar lo que los demás digan -es su respuesta.

-Sé que no debería importarme en lo más mínimo, pero por más de que uno intente, en el fondo, a todos nos importa. Puede importarnos mucho o muy poco dependiendo de cuánto uno crea o confíe en sí mismo.

-Lo sé. Pero, deberías pensarlo.

-Sí. Adiós, nos vemos luego.

Al llegar a mi casa, me pongo a pensar en lo que mi mejor amiga me dijo.