CAPÍTULO 2

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Eran las cuatro de la tarde y me encontraba muy aburrida después de todo lo que viví por la mañana y luego de ese orgasmo que me provoqué; me disponía a encender mi computadora portátil cuando el vibrar de mi móvil me distrajo, era un mensaje de texto de mi loca amiga Darcy.

Darcy Tanner: ¿Cómo te fue con tu padre y su socio? ¿Salimos esta noche? Y me lo cuentas todo.

—: ¡Enserio Darcy! ¿No te cansas?

Darcy Tanner: A falta de amor: Amigas, fiesta y alcohol ;-) ¿Qué dices?

Su respuesta me hizo reír ¿Qué hubiese sido de mí, si no tuviese a esa loca como amiga?

—: ¿Qué tienes pensado?

Darcy Tanner: Podemos ir a Nineteen 12 para platicar y tomar algo y luego vamos a bailar a algún sitio.

—: Esta noche no beberé alcohol, en serio necesitaré una desintoxicación si sigo tu ritmo.

Darcy Tanner: Entonces yo beberé lo tuyo ;-) tu manejas, pasa por mí a las nueve y media.

—: Bien.

¿Se iba a beber lo mío? Claro que lo haría y reí solo de pensarlo; de verdad pensaba que si seguía con ella terminaríamos alcohólicas.

Luego de cenar lo que Dory preparó para mí, me dirigí de nuevo a mi recamara para prepararme para esa noche.

Mientras me vestía comencé a pensar de nuevo en Theo, no sabía por qué no podía sacarme a ese hombre de la cabeza ¿Tanto me impactó su belleza? No, más bien creía que fue su forma tan fría y arrogante de ser. Tenía mucho que contarle a Darcy, a ella le interesaría mucho saber de mi socio. Escogí un vestido color rosa pálido que se ajustaba a mi cuerpo como una segunda piel y todo lo necesario para esa noche; media hora después estaba estacionada fuera del departamento de Darcy esperando por ella, cinco minutos más tarde salió luciendo despampanante como siempre lo hacía. La pelinegra era hermosa y lucía un vestido negro — más bien un micro vestido negro y extravagante —, zapatos altísimos y no entendía cómo no se quebraba el culo con ellos. Era alta y aun así usaba ese tipo de calzado; había recogido su cabello en una coleta, sus labios estaban de un rojo pasión que a cualquier hombre o incluso mujer con esos gustos provocaba besarlos, definitivamente lucía hermosa.

— Hoy estas dispuesta a dejar a muchos babeando ¿Eh? — dije como saludo cuando subió a mi auto.

— Cariño, quiero dejar muchos penes calientes y erectos esta noche — respondió guiñándome un ojo — y tu igual lo harás porque luces hermosa — agregó.

— No es ese mi plan, pero... gracias ¿supongo?

Nos fuimos de inmediato para el club y ahí nos instalamos en la barra con un coctel Very Well sin alcohol para mí y un Mojito para Darcy, le platiqué todo lo que sucedió en mi día — obvio no lo que sucedió en mi tina — y se emocionó cuando le platiqué de Theo.

— Annabelle, si esta como dices tienes que presentármelo — advirtió.

— Te concentras más en que es como un adonis en lo físico y no en que además es una patán e idiota — le reclamé.

— Amiga, en la cama basta con que la tenga grande, se mueva y folle rico y que además te lleve a un orgasmo infernal — explicó y no pude disimular la sorpresa que me causaron sus palabras.

Miedo a Amarte ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora