Jueves 10 de octubre...
— Dime Nina — dije a través de intercomunicador de mi despacho.
— Señorita Bennett, el señor Lee desea verla en su despacho y me pidió que le preguntara si puede ir en este momento — me informó ella con voz amable.
— Claro, en un momento estoy ahí — respondí.
Habían pasado casi tres días desde que estuve con Theo y nos entregamos mutuamente a la pasión y atracción que existía entre nosotros; no nos habíamos visto desde ese día en su pent house y no por falta de ganas si no por falta de tiempo. Entre nuestros negocios personales y los negocios de Be&Le habíamos pasado muy ocupados; algo que en realidad agradecía ya que no sabía cómo me sentiría al estar frente a él de nuevo.
Mi corazón se aceleró por la petición de verme cosa que no me agradó mucho, pues deseaba mantener nuestra relación en la amistad nada más y que me sintiera así no ayudaba mucho.
No supe de Ryan después de nuestra fallida reunión de trabajo, pero sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarme a él y así poder superar el pasado. Al llegar a casa después de haber pasado el día con Theo y tener sexo durante horas, me comuniqué con Darcy porque necesitaba verla y hablarle de lo que me había sucedido con Ryan; omití lo que pasó con Theo porque sentía que aún no era el momento de que lo supiera.
«— Cariño, sabes que hay tormentas que duran más que otras y a veces dejan de ser eso solo para convertirse en huracanes o incluso tornados — dijo Darcy tres noches atrás cuando estábamos en mi habitación metiéndose una enorme cucharada de helado de chocolate a la boca —. Por tu experiencia pasada también sé que a veces sientes que la calma nunca te llega y tal vez sea así; porque soy tu amiga te lo digo claro y sabes que jamás te mentiré — aclaró señalándome con su dedo índice — y pues sí, tal vez tu vida siempre será así, una tormenta eterna que rara vez descansará o un tornado que en lugar de calmarse se hará más fuerte — alcé una ceja por sus palabras y la enorme inspiración que había estado cargando durante días —. A lo que quiero llegar Annabelle es a que tienes que aprender a bailar bajo esa tormenta; te hiciste más fuerte con tus desgracias y a veces de lo malo viene lo bueno solo es cuestión de tiempo.
— No es fácil — murmuré — lloré y sufrí mucho por amor y que Ryan esté de regreso en mi vida me aterroriza — acepté —, pensé que él sí sería mi amor verdadero, pero me equivoqué — dije con tristeza y me tumbé en mi cama.
— ¿Aún lo amas? — cuestionó y me sorprendí; no había pensado en eso, no obstante, en el momento que ella hizo tal pregunta recordé cuando estuve frente a él y la rabia que me provocó, el odio y también el miedo porque volviese para dañarme, mas no sentí tristeza ni amor.
— No — respondí segura — sentí de todo al verlo menos amor.
— ¿Ves? Lo has superado — exclamó emocionada —. Amiga cuando tu media naranja llegue, comprenderás porque fuiste la manzana prohibida de muchos — me reí mucho por sus locas y a veces muy acertadas metáforas y amé que me hiciera olvidar de mis malos momentos.
— Ya no espero el amor — le recordé aun riéndome —. Tú sabes que decidí no creer más en él y he sido feliz así.
— Annabelle, hasta yo creo en el amor — aseguró — y con eso ya te digo mucho — señaló con un tono descarado a la vez que guiñaba un ojo — solo espera el indicado y disfruta de los equivocados».
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Miedo a Amarte ®
RomanceLibro uno de la Biología Amarte. - Lo siento Bel, lo siento mucho - susurró con su voz entrecortada - te juro por mi vida que no quería dañarte, yo no planeé esto. Aquellas palabras solo sirvieron para que las heridas de mi corazón sangraran de nuev...