When stars don't sleep

10. Nicotina

Humo sale de sus pulmones, sucias y muertas mariposas buscando la libertad en caladas.

Un cigarrillo en la boca, tres en los bolsillos de la cazadora y un mechero entre los dedos.

Tabaco recorriendo su sistema, volviéndolo loco, contaminándolo por dentro, enturbiando sentimientos y memorias.

Ceniza cayendo en silencio para ser arrastrada por el viento, eliminando la posibilidad de que vuelvan a arder las rotas promesas y los mudos "te quiero".

Ve el fuego apagarse y encenderse, oye el rascar del encendedor, su ropa huele a gas y a fracaso mientras deja caer la cabeza.

Oculta sus ojos rojos sin saber si es por culpa del dolor o de las grises bocanadas del veneno que se quema entre sus dedos.

Vacío en sus oídos y un silbido sordo que no le deja pensar mientras sus ojos se nublan.

Al gran chico malo le rompieron el alma a pedazos y que evita morirse de agonía a base de pitillos y aislarse de todo.

Piensa en cómo sería esfumarse en el aire, desaparecer sin dejar rastro, dejar de sentir y fingir que todo irá bien.

Y recuerda cuando el mundo se quedaba frío y se paraba al verla. Y siente que parte de él vuela con los vahos que pintan suavemente el aire.

Sin saber que hay nicotina en sus ojos, en sus labios, en sus lágrimas y en sus falsas sonrisas. Hay nicotina para emborrarla a ella y a lo que fueron.