El anciano narraba historias dibujadas en el vaho de las ventanas y el humo del chocolate caliente. Y con el repiqueteo del fuego recordaba las suaves bufandas que su madre tejía. Sonreía al recordar el dulce sabor de los caramelos de limón y miel y el olor de su casa a libros viejos.
Viajó por lápices y cuadernos y voló en aviones de papel de cuadros y giró en peonzas mientras atrapaba ideas y conocimientos como mariposas.
Capturó su primer amor, los roces de manos, los suspiros, los latidos desbocados de su corazón. Sintió morir y renacer ese sentimiento con diferentes rostros. Volvió a ver caer las doradas hojas llenas de eternidades, promesas y caminos cruzados.
Los birretes volaron a su alrededor y una danza de togas y alegría comenzó a la vez que todo se transformaba en aburridas oficinas e insufribles informes.
Sus días se hicieron menos grises y se llenaron de cosquilleos en el estómago, caricias en besos, citas, risas tontas y se encontró con la felicidad de golpe al oír el "sí, quiero" de la persona que más amaba en el mundo.
Le rodearon un sinfín de voces y figuras, todos con diferentes rasgos y hablando en diferentes lenguas. Vio como unas cuantas temblaban de forma intermitente, como otras parecían ser borradas por el viento de la vida y algunas surgían de la nada.
Giró sobre sí mismo y observó la tierra cambiar, la gente ir y venir, las nubes aparecer y desaparecer, los calendarios adelgazar. Y pudo contemplar a los niños jugar, crecer y volar lejos, todo acababa volviéndose polvo para renacer de él. Poco a poco lo envolvió el silencio.
Notó el frío recorrer sus huesos, que fueron envejeciéndose y haciéndose más sabios y como sus manos se encallaban, su mente olvidaba, sus ojos temblaban y sus piernas cansadas dudaban al caminar.
El fuego se extinguió esa noche y solo quedaron cenizas que fueron removidas por el viento de Diciembre y las lágrimas congeladas de los ángeles, esperando el último tañido de los relojes para que todo comenzara de nuevo.
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¡Feliz 2016!
Gracias por este maravilloso año.
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When stars don't sleep
Short StoryEllas se esconden detrás de las nubes sin saber de su brillo no se agota. Ríen sin conocer su belleza, juegan sin que el Sol las vea. Pero temen a apagarse o a que sea siempre de día, temen a dejar de titilar o ser demasiado viejas. Y la Luna sonríe...