No pasa nada.

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Mire su confundido rostro que esperaba una respuesta de mi parte.

-Por favor di algo. -Algo... -Chistosa... No hagas eso. Su rostro parecia mas aliviado ahora que me he tranquilizado y hecho esa pequeña broma.

-¿Puedo saber porque estabas llorando? -Nada en particular, nada que no se pueda superar. -... -En serio, se lo prometo.

Mis ojos que estaban nublados de lágrimas ahora estaban iluminados por aquella sonrisa que me dedico Byung.

-Tengo tu sombrilla, muchas gracias. -No hay porque darlas te aseguro que tu hubieras hecho lo mismo por una dama. -Tal vez solo por dos. -¿Por dos solamente?. Pregunté algo extrañada. -Sí, por Jori y por ti.

Sentí como mis emociones se alborotaban no sabia que sentir: enojo, amor, frustración, cariño. Mi corazón no lo resistiría más, tenia que alejarme de ahí, de él.

-Tengo que irme, voy tarde a la escuela. -Espera, ¿Quieres que te acompañe? -No gracias estoy bien.

Sin más comencé a caminar, pero que idiota soy... Solo mire el suburbano que venia a toda velocidad con la vista inclinada a punto de caer a la vías. El claxón sonó entonces cerré los ojos esperando a lo que pasara, pasara. Siento como mi cintura es traída nuevamente hacia atrás y como unos brazos lo rodean mi vista se alejaba de las vias y ahora el suburbano pasa frente a mi cara, Byung se aferro de mi cintura rondeandome con sus brazos. Me había salvado. Y no sabia ni siquiera mi nombre. Mis rodillas tiemblan, se tambalean como bambi, no resisto mas y caigo sobre ellos. Byung, que no me suelta aún (xD hice rima) hace lo mismo que yo. Pongo las manos sobre mi rostro y comienzo a llorar de nuevo.

(...)

Despierto en un lugar desconocido, el cuarto está bien ordenado, a mi lado hay una pequeña mesa de noche, donde veo un vaso de leche con galletas oreo y galletas con chispas de chocolate.

¿Qué pasó? ¿Donde estoy? Son las primeras palabras que logra formular mi mente. Oigo como es que dos personas discuten fuera de la habitación de la que me encuentro. Espero no causar problemas. Me levanté algo aturdida toda vía.

-Aún no entiendo cual es tu molestia, y no grites que la puedes despertar.

Oí que dijo Byung, lástima, ya estaba despierta y ahora escuchando una discución que supuse era por mi culpa.

-¿Qué cúal es mi enojo? ¿Aún lo preguntas? Pues es este, traes una chica que apenas conoces a tu casa, que, está inconciente y que ni siquiera sabes su nombre, y a mi no me dejaste entrar a tu casa hasta que tuvimos sexo. -Por dios ¿podrias bajar la voz?. La despertarás. Solo lo hago por ayudar, ella me ayudo a mí, tenía que responderle de alguna manera, entiende, casi se cae a las vías del suburbano y casi la mata uno, ¿Quién no se desmayaría después de eso?

La discución entre ambos fue muy dura. Pero lo que más me dolió fue que ellos ya tuvieron sexo. Inconscientemente como toda una llorona, comienzo a retorcerme porque ahora discuten por mi culpa. El silencio invadió todo el lugar, sin embargo, el sonido de mi llanto era el que permanecia.

-No llores. Nada es tu culpa, creo que no debimos hablar tan fuerte, ni debiste escuchar esta conversación nunca.

Byung me acorralo entre sus brazos, pero sabianque este Byung ya era de otra persona, era de Jori y no mio. Nunca mio.

Un minuto me bastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora