-Has estado muy callada desde tu casa-dijo Emily interrumpiendo mis pensamientos.
-ajá-dije solamente y seguí caminando por el pasillo junto con ella.
-no has hablado en la reunión-era cierto, había permanecido en un rincón y solo me limité a despedirme de todos y a desear felices vacaciones.
-sí-no estaba muy platicadora.
-¿me estas escuchado?-Emily me dio un codazo y yo la mire-deja de decir Ajá o sí y ya dime que te pasa.
-es solo que...-suspiré profundo.
-estás pensando en Liam-ya había hablo con ella sobre él en diversas ocasiones. Asentí-¿Qué sucede?
-no lo quiero ver-aseguré y me abracé a mí misma.
-hay, Sam, ¿Por qué?-preguntó mientras girábamos rumbo al estacionamiento-hace tres años aun esperabas volverlo a ver.
-sí, hace tres años, cuando aún era una ilusa que creía en promesas de media noche de chicos guapos que cruzan el mar para alejarse de ti-dije secamente, me enojaba pensar en Liam de esa forma pero era lo única manera en que lo veía desde que tenía 16.
-él no se alejó de ti-dijo Emily y se detuvo para mirarme de frente.
-después de que le dijera lo que sentía por él, si-aun recordaba sus palabras rompiendo mi pequeño corazón y aun sentía el susurro de preciosa en mi cabeza.
-eres una dramática-bromeó Emily y le lancé una mirada de enojo.
-yo no soy dramática-hice un gesto de sufrimiento y ambas reímos.
-entonces, ¿Qué planeas?-había pensado en eso desde que me entere del regreso de Liam y poco a poco me convencía más de mi locura de verano.
-¿sigue en pie tu oferta de ir a tu casa de verano?-pregunté suspirando y Emily soltó un gritito de emoción.
-¡sí!-me reí y ella sonrió-gracias al cielo, pensé que nunca vendrías conmigo a Galveston.
-¿Cuándo partiremos?-pregunté aunque ni siquiera sabía cuándo regresaría Liam.
-no tengo prisa-se encogió de hombros-nos iremos en un par de días.
-¿una semana?-pregunté, es todo lo que podía esperar y deseaba que a Liam no se le ocurriera llegar antes de ese tiempo.
-una semana-concordó Emily y retomamos el camino-ponte a empacar toda la ropa de verano que tienes.
-primero le diré a mamá y a Hannah sobre mis planes-anuncié y me acerqué a mi Toyota camry color negro que había comprado hacía un año con mucho esfuerzo.
-pero no dejes que Hannah se nos pegué-aclaró Emily sonriente-hay cosas que esa niña no puede ver-enarcó un ceja y yo rodé los ojos.
-como digas-subimos al auto y puse el motor en marcha-¿Cuándo te devolverán tus padres tu auto?-pregunté y me puse el cinturón de seguridad.
-mmm, pues el martes-se encogió de hombros-creó...
-debes de dejar de portarte mal-dije riendo. Emily se había emborrachado hacía unos días por lo cual sus padres le habían quitado el mustango rojo que le habían regalado en su cumpleaños.
-olvídalo, papá quiere devolverme el carro pero mi mama no lo deja-Emily era una consentida por su padre, su madre era más...estricta.
-pues más le vale regresártelo, ya me cansé de traerte en mi auto-bromeé y salí del estacionamiento de la universidad con cuidado y avancé hasta la calle.
-oye, te estoy haciendo un favor-aseguró mientras tomaba su celular-no cualquiera sube a su auto a Emily Moore.
-claro-dije y ella entrecerró los ojos.
Cuando llegué a la calle donde estaba mi casa, pasamos frente a la casa de los Hall y vi a Amelia batallar con un par de bolsas. Aparqué el auto y Emily y yo bajamos. Me encaminé hacia el patio de al lado.
-déjame ayudarte, Amelia-tomé dos bolsas de sus manos y le sonreí.
-gracias, niña-Amelia insistía en llamarme así aunque yo ya no lo fuera.
Caminamos a la entrada de su casa y cuando cruzamos el umbral de la puerta mil recuerdos me invadieron. No había entrado a esa casa en tres años pero seguía tal y como la recordaba, los mismos muebles, la misma alfombra y los mismos adornos en el mismo lugar.
Amelia fue hacia la cocina y yo la seguí.
Parecía que fue ayer cuando me sentaba en el comedor de esta casa y comía galletas recién horneadas con un Liam de diez años.
Sonreí. Había una foto pegada a la puerta del frigorífico con un imán que mostraba a Liam en plena adolescencia, una época poco favorecedora para él. Su cabello miel estaba desarreglado, sus ojos café entrecerrados y sus delgados brazos extendidos hacia al frente. Entonces me fijé en que yo también aparecía, cerca de él, ambos reíamos y él extendía los brazos porque me ofrecía un abrazo. No nos habíamos dado cuenta de la cámara porque no la veíamos, solo estábamos él y yo...
-gracias, niña-salí de mis pensamientos ante las palabras de Amelia y asentí.
-no fue nada-deje las bolsas en la isla de la cocina y me volví en dirección a la puerta principal.
-¿te has enterado de que Liam volverá?-esperaba que no tocara ese tema pero era imposible, su único hijo regresaba del otro lado del mar.
-mmm...sí-respondí vacilante y la mire mientras sacaba cosas de las bolsas que le había ayudado a cargar.
-¿emocionada?-preguntó y yo ladeé la cabeza cuando sus cálidos ojos café me escrutaron-digo, viniste durante dos años seguidos, todas las mañanas, solo para preguntar por él-cierto, eso sonaba totalmente patético e infantil...
-sí, hasta que me di cuenta de que él no quiere saber de mí-dije sin pensármelo y Amelia me sonrió con... ¿lástima?
-ese chico, un total embrollo cuando tenía 16 años-recordó y yo igual, Liam se metía en problemas y hacía tonterías cada que podía arrastrándome con él a hacerlas. Hasta que un buen verano se interesó en un internado y nadie le sacó de la cabeza la idea de irse, eso no fue lo que más me dolió al enterarme, si no que... se iba para seguir a una chica: Elisa White-pero al parecer el internado le sentó bien, lleva buenas notas en la universidad.
-me alegra saber eso-respondí y me crucé de brazos-bueno, Amelia, mejor regresó a casa. Saluda a Liam de mi parte cuando regrese.
-¿Cómo?, ¿no lo veras tú?-preguntó con el entrecejo arrugado.
-tal vez no-esperaba que no-iré de vacaciones a...un lugar-me encogí de hombros.
-oh, eso es bueno, desde que estas en la universidad no te diviertes.
-sí, nos vemos luego Amelia-no le di tiempo para hablar y salí de la casa. Volví hasta Emily que estaba parada en la entrada de mi casa absorta en su celular.
-¿ya terminaste de ayudar?-preguntó y levantó la vista hacia mí.
-sí-pase a su lado y entré a mi casa-mamá he regresado-Emily entró detrás de mí-Emily viene conmigo-anuncié y caminé a las escaleras-estaremos arriba.
-está bien-gritó desde la cocina-bajen cuando la comida este lista.
Cuando llegué a mi habitación me arrojé a la cama. En mi mente solo estaba la foto que acababa de ver en casa de los Hall, Liam, Liam, Liam.... Cinco años y en mi mente seguía el sonido de su risa, el brillo de su sonrisa y su olor.
No lo volvería a ver. Me iría a Galveston a pasar las vacaciones y cuando regresara a casa, él se habría vuelto a Londres, tenía que terminar la universidad allá y seguir con su camino. Y yo...bueno, tenía que enterrar los recuerdos en lo más profundo mi mente.
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Cuéntame de ti
RomanceÉl se fue sin importarle más, ella lo esperó y confió. Han pasado cinco años desde que Liam Hall rompió el corazón de Samanta Miller y ahora...ya es muy tarde. Un amor truncado e imposible y un solo verano para convertirlo en para siempre. Solo un v...