Abrí los ojos, sintiendo los rayos de sol calentando mi piel, me moví en la cama, y me senté. Todo parecía muy tranquilo, en silencio, así que me estiré, y caminé hacia el baño.
-¡Sam!, ¡Sam!, ¿ya estas despierta?-la voz de Emily sonó desde la habitación.
-sí, me estoy bañando-grité, mientras cerraba la llave de la regadera.
Me envolví en una toalla y salí de la ducha, no pude ir más allá, porque Emily entró en el baño dando saltos de emoción.
-¿Qué te sucede?-pregunté riéndome, mientras la pasaba y entraba a la habitación.
-tienes que darte prisa-respondió, seguía saltando y se mordía el labio inferior para no gritar.
-¿me puedes decir que te pasa?-dejé de buscar mi ropa en el armario y me volteé hacia ella.
-no te puedo decir, tienes que verlo tú misma, así que, vamos, date prisa-insistió. Tomó el par de pantalones cortos que tenía en las manos y los lanzó a la cama, luego tomó una blusa de tirantes y ropa interior y me los dio-cámbiate, date prisa, por favor.
-contrólate, Emily-pedí, mientras ella me jalaba hacia el baño. No me contestó si no que me encerró en el baño y me obligó a cambiarme.
Me puse la ropa y salí del baño.
-¡vamos!-chilló Emily, sonriendo.
-deja que me sequé el cabello...-Emily tomó mi mano y me arrastró hacia la puerta de la habitación-¡Emily, detente!-chillé, cuando empezamos a bajar las escaleras-¿Qué te sucede...?
Todo el vestíbulo estaba lleno de globos de helio en forma de corazón y de canastas con dulces.
-¿Qué es esto, Emily?-pregunté, perpleja, volteé a ver a mi amiga, quien estaba más emocionada y feliz de lo que alguna vez lo había visto.
-toma, léelo-dijo Emily, me entregó una nota en color rosa, y yo la tomé dubitativa.
Abrí la nota y comencé a leer.
Señorita Samanta, ¿acepta usted al señor Liam, de nuevo en su vida?
Prometo estar contigo en las buenas y en las malas, estar contigo hoy y mañana, y mañana...
Quiero recompensar cada minuto que dejé perder en el pasado.
No es necesario que me des tu amor, yo acepto lo que tú me quieras dar.
Perdóname, preciosa, mi preciosa.
Cuéntale a las estrellas la repuesta a mi pregunta.
-¡acepto!-chilló Emily mientras dejaba de leer la nota detrás de mi hombro y saltaba eufórica.-tienes que aceptarlo, Samanta-gritó, se dejó caer en uno de los escalones de la escalera.
Mi corazón latía rápidamente, y el papel en mis manos pesaba más que antes.
-¿Cómo llegó todo esto aquí?-pregunté, sin poder reaccionar a lo que acababa de leer.
-cuando desperté esta mañana, tocaron a la puerta, y un mensajero dejo todo esto. ¡Es tan romántico!-sonrió.
-¿un mensajero?
-ah, ya, Sam, el hombre prácticamente se está arrastrando a tus pies y tú solo preguntas por el mensajero-me miró enojada-yo en tu lugar, estaría empacando mis maletas para volver a San Antonio.
-¿en serio?-pregunté, doblando el papel.
-definitivamente-respondió. Caminó hacia la sala, y regresó con el celular en la mano-llámalo.
-¿Qué?
-que lo llames-insistió, agitando el teléfono en su mano. El timbre de la puerta sonó, y Emily me entregó el teléfono, para poder ir a abrir.
El teléfono pesaba en mi mano, y yo no sabía qué hacer, no sabía que responderle.
-¿y que se supone que debo responderle?-pregunté.
-la verdad, debes responderle con la verdad-contestó Emily. -¿Cuál es la verdad, Samanta?
-¿la verdad?, la verdad es que lo amo-dije, mirando el teléfono.
-yo también te amo-volteé para poder ver a Liam en la puerta de la casa.
-¿Qué haces aquí?-pregunté, sin poder articular correctamente las palabras.
-te di solo un día-respondió, mientras sacaba las manos de los bolsillos de su pantalón.
-¿un día para qué?-pregunté, desviando la mirada hacia Emily solo un segundo, para poder ver como sonreía, al borde de las lágrimas.
-para seguir lejos de mí, porque es la última vez que me vas a tener lejos-dijo, comenzó a caminar hacia mí. Yo no me podía mover, no podía hablar, solo sentía los acelerados latidos de mi corazón.-dame una oportunidad, preciosa-me tomó las manos y me miró a los ojos.
-está bien, Liam-dije, sonriendo.-tienes una oportunidad.
Entonces tomó mi rostro y me besó, y yo le devolví el beso.
-creo en las hadas-murmuró Emily, haciendo que Liam y yo riéramos.
-anda, preciosa, cuéntame de ti-dijo Liam.
-es algo muy largo por contar-respondí, envolviendo mis manos alrededor de su cuello.
-no importa, tengo toda la vida-y me volvió a besar.
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Cuéntame de ti
RomanceÉl se fue sin importarle más, ella lo esperó y confió. Han pasado cinco años desde que Liam Hall rompió el corazón de Samanta Miller y ahora...ya es muy tarde. Un amor truncado e imposible y un solo verano para convertirlo en para siempre. Solo un v...