Capítulo 13

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-¿Sam?-preguntó Liam cuando contesté. Por un momento fui incapaz de responder y me quedé conteniendo la respiración, luego recordé conde estaba y me alejé de los chicos, buscando un poco más de privacidad.

-¿Qué quieres, Liam?-pregunté, intentando calamar mi pulso, intentando formar oraciones coherentes, que no delataran lo afectada que estaba.

-gracias a dios que me contestas-dijo, con verdadero alivio, me pregunté si ciertamente estaba feliz de escucharme-te he llamado un sinfín de veces al celular, pero no me respondes...

-no tengo mi celular conmigo-dije, recordando que lo había dejado en el auto de Emily desde que llegamos. No me quería imaginar la cantidad de llamadas acumuladas que debía tener.-no tengo mucho tiempo, dime para que me buscas-presioné. Mi voz sonaba segura, y eso sirvió para tranquilizarme un poco.

-¿Por qué demonios te fuiste?-preguntó finalmente, parecía verdaderamente confundido, incluso algo desesperado, pero deseché esas ideas inmediatamente.

-creo que ya tuvimos esta conversación...-intenté replicar, pero él me detuvo.

-no me diste una buena explicación, deja de inventar tontas excusas y háblame con la verdad-demandó, no pude evitar estremecerme por la forma en que su voz salía fuerte y segura.

Las murmuraciones de los chicos no ayudaban a mi mente a concentrarse.

-Liam, yo, yo no te quiero amar-balbuceé, hundí mis hombros y me pasé una mano por el rostro.

-eso suena totalmente absurdo, preciosa-dijo él. Tal vez tenía razón, pero no podía evitarlo. Era casi una niña cuando él se había ido, pero estaba totalmente segura de que ya lo amaba, estaba segura de que él al menos me quería, pero en cuanto había estado fuera del país se había olvidado de mí, y de la promesa de que me había hecho esa noche, cuando nos vimos por última vez.

Tal vez solo guardaba rencor y tristeza. Pero cuando hieres un corazón, aun así sea el corazón de tu amigo, ya nada es igual, ya no vuelve a existir la confianza entre esa persona y tú, y definitivamente no puedes, después, querer que te perdonen, o que te quieran.

-pero te comprendo-murmuró él, sonando abatido. Solté un profundo respiro.

-¿cómo conseguiste este número?-pregunté al darme cuenta de que estaba hablando con Liam por medio del celular de lo Roberts.

-investigué la dirección de Emily y fue a ver a sus padres, les dije que no la podía contactar y que era urgente y finalmente me dieron este número, dijeron que era muy probable que ella estuviera allí, y por lo que veo no se equivocaron-Liam era persistente, siempre lo había sido, cuando realmente quería algo, no descansaba hasta que lo obtenía, y debí suponer que en este caso no haría un excepción.

-¿Por qué simplemente no regresas a Londres?-me atreví a decir, escuché su respiración del otro lado de la línea, y él simple hecho de saber que estaba allí, me hizo sentir de alguna manera feliz.

-porque...-dudó-porque te quiero.

No respondí, de hecho, los dos permanecimos en silencio por un minuto.

-dame una oportunidad, Samanta-pidió él.

Creo que mi corazón se detuvo. ¿Una oportunidad?

-una oportunidad-repitió él-una oportunidad de lo que sea, conocidos, amigos, vecinos..., novios. Solo te necesito a mi lado.

Irónico, ¿no es así?, hace 5 años parecía feliz de poder irse lejos de mí, y ahora parecía arrastrase solo para estar a mi lado.

-no lo sé, Liam-murmuré, insegura, viendo hacia el mar.-estas vacaciones eran justamente para pensar, para poder aclarar mis ideas...-dejé las demás palabras en el aire, y seguí caminando, sintiendo el principio de la arena en mis pies descalzos.

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