-¡no lo puedo creer!-exclamó Emily cuando le terminé de contar sobre el encuentro que había tenido con Liam esa mañana-¿y no te desmayaste?-preguntó riéndose y yo le di un leve codazo en las costillas.
-ya deja de exagerar-dije al verla tapándose la boca-solo hablamos.
-y te volvió a decir preciosa-dijo y se levantó de mi cama.
-bueno, sí, pero eso no es nada emocionante-me senté más recta y la mire aparentando seriedad.
-el tipo se va cinco años, no te habla y no te escribe, y de repente se aparece en la puerta de tu casa llamándote preciosa, ¿eso no es emocionante?-preguntó mientras se dejaba caer en una silla.
-no lo sé-respondí con sinceridad y me dejé caer hacia atrás en la cama-todo fue rápido, cortante y sorprendente...
-te sigue gustando-aseguró Emily
-no, claro que no-dije y me pase una mano por la cara.
-entonces, ¿no estabas nerviosa cuando te habló?-se acuclilló a un lado de la cama y me miro esperando una respuesta. Esta chica quería información.
-yo no...-comencé a decir, pero un ruido sordo me interrumpió. Emily y yo corrimos a asomarnos a la ventana para ver al patio vecino en busca de la fuente del ruido.
Liam había prendido la podadora de césped de Benjamín, su padre, y ahora estaba trabajando en el patio...sin camisa.
-wow-soltó Emily y sus ojos negros relucieron-¿Quién es ese guapo?-una risita se me escapó y negé con la cabeza.
-Emi, te presento a Liam Hall-dije y ella volteó a verme incrédula.
-oh por dios-volvió su mirada hacia Liam-¿de verdad no te desmayaste?-preguntó y se abanicó la cara con una mano-ese tipo hace temblar a cualquiera.
-estás loca-dije y me di permiso de observar a Liam. Trabajaba bajo el cálido sol de verano y su piel dorada brillaba. Su cabello negro se veía más vivo y su cuerpo se veía...mejor. Con cada movimiento que hacía sus músculos se flexionaban... su abdomen se veía definido y marcado... ¡alto!, tierra llamando a Samanta.
-y no te gusta-bromeó Emily mientras yo me espabilaba y me alejaba de la ventana.
Me senté en la silla en la que había estado sentada Emily.
-¿podrías dejar de ver a Liam y venir a hablar conmigo?-pregunté y le señalé la cama.
-lo siento-dijo y se sentó donde le había indicado-pero es que Liam es...
-no lo digas, ¿sí?-yo misma lo había visto, no necesita que mi amiga lo repitiera.
-como quieras-dijo y alzó las manos en señal de rendición.
Tocaron a la puerta y luego mi mamá entró.
-ya pueden bajar a comer-dijo sonriendo mientras pasaba una de sus manos por el rubio cabello que yo había heredado.
-sí, ya vamos-dije y le devolví la sonrisa.
-está bien, no tarden-retrocedió-iré a buscar a tu hermana.
-el punto en todo esto, es que no puedo quedarme más tiempo aquí-dije y señalé la ventana-no con un Liam así allá afuera-bromeé.
-eso es entendible-dijo y se cruzó de brazos-pero yo no puedo hacer nada.
-¿Por qué no nos vamos antes de lo previsto?-pregunté
-solo faltan tres días-se encogió de hombros-no vas a morir por aguantarte un poco más, ¿o sí?-
-no-dije accediéndole la razón
-pero si quieres puedo venir a quedarme contigo para que no sufras sola viendo a Liam todos los días-sonrió y yo negué con la cabeza.
-eres terrible-aseguré y ella estalló en carcajadas.
-mejor vamos a comer-dijo levantándose de la cama-antes de que tu mamá venga a jalarnos de la oreja por tardar tanto.
-en ese caso, eso sería tu culpa-dije y me levanté de la silla.
El sonido de la podadora se detuvo y las dos instintivamente volteamos a la ventana.
-no debería estar haciendo eso-dijo Emily y gesticuló como si se tratase de una pena-ese cuerpo fue hecho para ser trabajado no para trabajar.
-vámonos-ordené y la arrastré fuera del cuarto.
Bajamos las escaleras riéndonos por las ocurrencias de Emily pero al llegar a la cocina ambas nos congelamos.
El sonido de la podadora se había detenido por que ahora Liam estaba de pie en medio de mi cocina mirándome divertido.
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Cuéntame de ti
RomanceÉl se fue sin importarle más, ella lo esperó y confió. Han pasado cinco años desde que Liam Hall rompió el corazón de Samanta Miller y ahora...ya es muy tarde. Un amor truncado e imposible y un solo verano para convertirlo en para siempre. Solo un v...