Capítulo 12

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-así que... Emily, ¿algún chico nuevo que presumir?-preguntó Lydia mientras meneaba las cejas, divertida por el interrogatorio.

-eh, no, nada nuevo-Emily se encogió de hombros y se puso los lentes de sol-un año bastante tranquilo.

-ajá, Emily Moore, ¿con un año tranquilo?, por supuesto-respondió sarcásticamente Lydia mientras enrollaba unos de sus rizos rojos en uno de sus dedos.

-aunque no lo creas, así fue-dijo Emily, dirigiéndole una mirada aburrida-¿y tú, Lydia Roberts?

-ah...

Esa mañana había despertado muy temprano para salir a correr por la playa, cosa que me relajó demasiado. Al regresar a la casa, Emily me ordenó ponerme mi mejor bikini, para poder ir a visitar a los hermanos Roberts.

Si la casa de playa de Emi me parecía una mansión, la de los hermanos era un verdadero palacio, era mucho más grande y elegante, tenía más habitaciones, y una piscina en el patio trasero.

Los chicos no estaban, por lo que Lydia, la hermanita menor, nos recibió. No sé dónde quedó lo de hermanita, porque esa mujer era como una modelo. Tenía un cuerpo perfecto, con las piernas más largas y bronceadas que había visto en el bendito mundo, su cabello era rojo y largo, casi rozando su cintura, tenía unos ojos verdes que te retaban a dejar de mirarla y una sonrisa perfecta.

Llevaba un bikini azul y junto a Emily en su bikini negro, parecían modelos sacadas de una revista.

Eso no me ayudó mucho, ya que yo quedaba muy simple a su lado.

Desde que llegamos, he estado escuchando la vida privada de estas dos como si se tratase de un tema de dominio público.

-Sam, ¿no piensas quitarte esa camisa?-preguntó Lydia, con su hermoso acento sureño.

-eh, sí-respondí, volteando a verlas. Me levanté de la tumbona en la que estaba sentada y me quité mi camisa holgada, revelando el bikini rojo que Emi había insistido en que debía usar.

-eres muy callada, ¿verdad?-Lydia tomó un sorbo de su bebida, mientras me barría con la mirada.

-supongo que sí-respondí, sonriendo.

-está algo decaída-intervino Emi, tomó una de mis manos-estamos en unas vacaciones de recuperación.

-oh, cariño, lo siento-dijo Lydia, mirándome con verdadera pena, ¿Qué me perdí?

-eh... ¿gracias?-balbuceé confusa.

-iré por más sodas-Lydia se levantó de su tumbona y caminó hacia la casa.

-¿vacaciones de recuperación?-pregunté, enarcando una ceja en dirección a Emi.

-palabras claves-se encogió de hombros. Estaba dispuesta a decir algo cuando Easton, y un chico muy parecido a él, quien deduje era Ethan, entraron riendo y empujándose por la puerta del patio trasero.

-eres un tonto... ¡Chicas!-Easton vino en nuestra dirección y detrás de él corrió el otro chico.

-¡Easton!-Emily se levantó de su tumbona y lo abrazó.

-oye, presumida-el otro chico le picó un lado a Emi, quien le sacó la lengua.

-¡hola, Ethan!-le dio un abrazo igualmente.-Ethan, ella es Samanta, mi mejor amiga. Sam, él es Ethan, el mellizo de este otro tonto-señaló a Easton.

Ethan recorrió mi cuerpo con la mirada antes de levantar la mano en señal de saludo, y sonreír.

-Sami-dijo Easton, sonriente-¡qué bueno que vinieras!, ¿hace cuánto llegaron?

-hace dos horas, tal vez-Emi y yo nos encogimos de hombros.

-hermanos-canturreó Lydia mientras caminaba en nuestra dirección, los chicos corrieron a ayudarla con las sodas que traían en la mano.-creo que ya estamos todos, ¿Qué haremos?

-ponernos al día-dijo rápidamente Easton-ayer no pudimos conversar mucho, así que quiero un resumen detallado del año de la increíble Emily.-sonó con burla, pero mi amiga ni se inmutó.

-estuvo bien-se encogió de hombros-pero sabes que nunca encontrare un par de chicos como ustedes-bromeó Emily, con un gesto exagerado de falsa franqueza. Todos reímos.

-¿Quién tiene hambre?-preguntó Ethan, con una voz parecida a la de su hermano. Casi todos levantaron la mano, excepto Lydia.

-hagamos una parrillada-opinó Ethan.

-me encanta la idea-Emily levantó el pulgar en aprobación.

-¿te gustaría una parrillada, Sami?-preguntó Easton, y todos pusieron su atención en mí.

-me parece perfecto-sonreí, quitando algunos mechones de mi cara.

Todos asintieron y empezaron a caminar, en busca de lo necesario.

Los mellizos fueron por la parrilla al garaje de la casa, y yo fui con las chicas a la cocina a buscar las carnes y todos los ingredientes para preparar la comida.

Lydia resultó ser una gran cocinera, al igual que sus hermanos, quienes hicieron unas hamburguesas y la ayudaron a asar unas carnes.

Luego de un rato Easton puso música, y todos se pusieron a bailar, excepto yo, que permanecía sentada, ayudando de vez en cuando.

-¿Quién quiere una hamburguesa?-gritó Easton, sonriendo. Ethan fue el primero en correr para tomar una. Para ser delgados, los tres hermanos Roberts comían mucho.

-voy a buscar la mostaza-anunció Lydia mientras dejaba su cerveza en la pequeña mesa al lado de la piscina y caminaba hacia la casa.

-para ti-Easton me tendió un plato con una hamburguesa y se dejó caer a mi lado, en la tumbona que antes había ocupado Emily.

-gracias-dije, cruzando mis piernas y examinando la hamburguesa.

-así que Samanta Miller-sonrió en mi dirección y se pasó una mano por el cabello rubio-¿cómo es que dejaste que una loca como Emily te trajera hasta el otro lado del estado?-se cruzó de brazos.

-no lo sé-dije, riéndome, me encogí de hombros-solo quería una aventura-mentí, evitando el contacto visual.

-¿Por qué no habías venido antes?-se inclinó hacia mí, y yo me removí en mi asiento, repentinamente incomoda.

-creo que el estudio me absorbió, realmente no me gusta salir de mi casa-bajé la vista hasta mi comida y jugué con el pan-pero este verano decidí que salir era lo mejor para mí.

-suenas como alguien responsable y madura-opinó Easton, sonó genuinamente sincero.

-gracias-musité, sonriendo.

-pero agradezco que decidieras venir a Galveston este verano, porque si no, no te hubiera conocido-dijo Easton, levanté la vista hacía él y le devolví la sonrisa. Acomodé un mechón de mi cabello detrás de mí oreja.

-Emily-gritó Lydia mientras caminaba de regreso hacia nosotros con un teléfono inalámbrico en la mano-tienes una llamada.

-¿Quién es?-preguntó Emily, quien había dejado de hablar con Ethan.

-no me quiso decir su nombre, solo dijo que es muy importante-Lydia se encogió de hombros y le tendió el teléfono, Emi lo tomó titubeante y contestó.

-diga-dijo al teléfono. Levantó la mirada hacía mí y sus ojos se ampliaron con asombro. Se separó del teléfono y lo tapó con la mano-es Liam...-susurró, con pesar.

Me quedé helada.

Otra vez, Liam Hall, atormentaba mi vida.

No podía seguir así, iba a cerrar ese círculo.

-pásamelo-respondí.

-¿estás segura?-preguntó Emily, dudando.

-no, pero de todos modos no lo voy a estar nunca



 

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