Capítulo 1

59 2 0
                                    



Corría por la vereda del parque más cercano a mi casa como todas las mañanas mientras escuchaba música mediante mi reproductor y mis audífonos.

El aire soplaba pero el ambiente era cálido como todos los veranos en San Antonio, Texas.

Mi alarma sonó, avisándome que debía regresar a casa para llegar a tiempo a mi reunión en la universidad. La última reunión en el semestre.

Empecé a caminar de regreso a mi casa para refrescarme y un mensaje llegó a mi celular.

-¿Dónde estás?

El mensaje era de Emily, mi mejor amiga.

-Regresando de correr

-Voy para tu casa

-¿Por qué?

-no tengo carro y tú sí. Tu casa está más cerca para mí que la universidad.

-está bien. Te veo allá.

Emily era una muy buena amiga aunque no la única. Tenía muchos amigos, soy buena para socializar, pero nunca tendría un amigo como él...

Trote el último tramo a casa y antes de llegar pase enfrente de la casa de los Hall, la casa seguía igual desde hacía cinco años.

Benjamín y Amelia no habían hecho ningún cambio desde la partida a Londres de su único hijo. Vivían pensando en él y en su regreso. Yo ya había perdido la esperanza en su regreso. Se había ido hacia cinco veranos y yo al menos no había vuelto a saber nada de Liam Hall. Londres debía ser muy importante para él y bueno, nadie se quería quedar en la misma casa toda la vida con tu familia; excepto yo.

Crucé el portón de madera que dividía la calle de mi casa y entré mientras el olor a desayuno de mi madre y su dulce voz tarareando me abordaba.

-Buenos días, mamá-dije en cuanto llegué a la cocina.

-Buenos días, Sam-respondió y volvió hacia la sartén que tenía en el fuego.

-¿ya despertó Hannah?-me recargué en el umbral de la puerta y me crucé de brazos.

-sí, creo-dijo

-iré a verla-subí las escaleras y recorrí el pasillo hasta llegar a su habitación. Abrí la puerta en silencio y me di cuenta que seguía durmiendo.

-enana, despierta-susurré mientras entraba en su cuarto aun pintado de rosa y adornado por posters de sus bandas favoritas.

-déjame dormir-se quejó ella y yo me reí-hay gente que si utiliza la mañana para lo que es; dormir.

-pero también hay gente sana que sale a correr por las mañana como yo y no se desvela por las noches platicando con sus amigas-Hannah abrió los ojos y los volvió a cerrar.

-¿cinco minutos?-preguntó y se tapó la cara con una almohada.

-no-le quité la cobija-arriba, dormilona.

-Sama-Hannah, mi hermanita menor, era la única que me decía así-vete a correr otra vez y déjame dormir.

-¿no ibas a salir a caminar con Lucy?-pregunté y ella asintió con la cabeza.

-sí, pero más tarde...-

-hoy vi a Dorian Jones en el parque-dije sabiendo que a Hannah le gusta ese chico.

-¿de verdad?-preguntó y se sentó en la cama, ¡gane!-¿Qué llevaba puesto?

-no sé, solo lo vi-dije y ella rodo los ojos-mamá hizo el desayuno, cámbiate pero antes te bañas.

-ya sal de mi cuarto-dijo sonriendo-si no eres capaz de recordar que llevaba Dorian Jones un viernes por la mañana no eres digna de entrar al santuario de Hannah Miller-bromeó y me aventó una almohada.

-como digas, enana-dije y salí de su habitación, caminé a la mía. Me bañé como siempre después de correr y me vestí apropiadamente para ir a la universidad; jeans, blusa, jersey y zapatos planos.

Al salir de mi baño después de maquillarme un poco encontré a Emily acostada en mi cama.

-¿Qué haces aquí, intrusa?-pregunté mientras me cepillaba el cabello

-tu mamá me dejo subir-volvió a cerrar los ojos-llevó un rato esperando.

-acabó de llegar de correr-dije y me encogí de hombros.

-como siempre-esta vez se levantó de la cama y se sentó en el asiento bajo mi ventana que daba directo al jardín de los Hall-¿Qué harás después de la reunión?

-regresar a casa y pasar la tarde leyendo-aseguré y dejé a un lado el cepillo.

-nerd

-fiestera

-y a mucha honra-Emily era una de esas personas que pasaba los fines de semana de fiesta en fiesta y que pasaba los veranos en casas de playas y este verano seguro no era la excepción-¿Qué harás en el verano? Y no digas que leer porque arrogaré esto a tu cabeza-tomó un florero de mi escritorio de manera amenazante.

-entonces no haré nada-busque mi bolso en mi habitación que aunque estaba impecable me hacía imposible encontrar algo.

-ven conmigo a mi casa de verano en Miami-Emily también tenía su casa de verano, una de esas niñas consentidas y ricas que tenía todo lo que pedía, con la diferencia que Emily no era presumida y si usaba la cabeza.

-no, no me agrada esa idea-era verdad, yo no encajaba en fiestas o paseos veraniegos, no me gustaba eso de usar bikinis enfrente de varias personas.

-te conozco desde hace tres años y nunca has aceptado venir-dijo y negó con la cabeza.

-¿desayunas conmigo?-pregunté intentando cambiar de tema.

-sí, por supuesto...-iba a seguir hablando cuando de repente la puerta de mi habitación se abrió y Hannah entró corriendo aun en pijama.

-¿Qué sucede, enana?-pregunté cuando se arrojó a mi cama.

-¡regresa, regresa!, ¡va a regresar!-gritó mientras enterraba la cara en mi colchón.

-¿Quién?-preguntamos Emily y yo al unísono.

-¡Liam Hall, regresa!-mi estómago cayó y mi corazón se detuvo. ¿Volvería a ver a Liam?, no, no lo creía, si el regresaba yo no lo vería, había esperado mucho tiempo por él y ahora, cinco años después de su partida, ya era tarde.

Yo lo quería pero él se había ido, y al parecer me dejo en la época más difícil de mi vida; cinco meses después de su partida, mi padre murió en un accidente automovilístico. Eso fue difícil para todos y a partir de allí hubo problemas económicos, mi madre tenía que mantenernos a mi hermana de 10 años en ese entonces y a mí de 14.

Aun así, con todos los problemas y perdidas familiares, esperé que Liam se comunicará por lo menos para darme el pésame, esperé eso durante dos años, y para cuando cumplí 16 años, me di por vencida. Deje de pasar noches en vela llorando por los problemas, deje de estar atenta al teléfono, deje de escribirle cartas, deje de ir a casa de los Hall a preguntar por novedades todas las mañanas y deje de esperar que me contara de él.


Cuéntame de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora