Capítulo 5

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Entré en la casa lo más sigilosamente posible y una vez adentro corrí hasta la ventana de la cocina.

Liam seguía afuera de su casa observando con detalle todo el paisaje y un gesto de aprobación llegó a su rostro.

Liam miró hacia mi casa y yo me eché hacia atrás para que no pudiera verme en la ventana. Volví a mirar solo para ver a Liam entrar a su casa.

Me separé de la ventana y me senté en la mesa frente al desayuno ahora frío. Lo aparté con la mano. Ya no tenía hambre.

Solté el aire que no me di cuenta había estado conteniendo y recargué los codos en la mesa.

Liam estaba de vuelta, estaba de nuevo en la casa de al lado, me había traído de vuelta tantos recuerdos...

El trote proveniente de las escaleras me sacó de mi agitación y me reacomodé en la silla.

-buenos días, hermana-dijo Hannah sonriente

-buenos días, enana-dije forzadamente y me levanté de mi asiento mirando de nuevo por la ventana.

-¿Qué sucede?-preguntó Hannah frunciendo el ceño mientras se paraba al lado mío.

-Liam regresó-respondí sabiendo que eso ya no iba a ser un secreto en menos tiempo del que se podía imaginar.

-oh-dijo Hannah y miró hacía la casa de los Hall que lucían tan tranquila como todas las mañanas.

-iré a mi cuarto-murmuré y caminé hacia las escalera-preparé el desayuno-dije antes de echar a correr por la escalera.

Entré en mi cuarto y busqué mi celular entre las cobijas de la cama, cuando lo encontré tecleé rápido el mensaje que necesitaba enviar.

Solté el celular y lo deje caer de nuevo en la cama, me senté en una silla y recargué mis codos sobre mis piernas.

Levanté la vista hacia mi ventana y miré hacia la ventana vecina. La ventana del cuarto de Liam. Así era como él me visitaba por las noches. Bajaba por su ventana con ayuda de la enredadera que había a un lado y luego cruzaba el patio de su madre, hasta llegar al mío y saltar la valla de madera, luego subía por el tejado hasta llegar a mi ventana.

Ni siquiera sabía porque el simple hecho de que Liam regresara me ponía mal, siempre habíamos sido vecinos y los mejores amigos hasta ese día...

Ciertamente yo le guardaba un enorme rencor porque nunca me llamó o porque nunca me contacto de alguna forma, pero muy, muy en el fondo, yo sabía que en lo que en realidad me ponía mal era saber que Liam se fue de mi lado por seguir a una chica hasta Londres y también, que me había dicho algo que no cumplió, porque me mintió y nunca más supe de él después de su partida.

Eso debería de ser algo muy olvidado en el pasado, después de todo ya habían transcurridos cinco años desde que se fue, yo ya había tenido suficiente tiempo para olvidarme de él, y sin embargo, lo recordaba perfectamente.

Cada momento que había vivido con él seguía en mi mente, todo estaba allí... Recordaba perfecto lo que sentía cuando me sonreía, cuando me tomaba de la mano, cuando me daba un beso en la frente o en la mejilla, cuando me abrazaba, cuando pasaba tardes y noches hablando conmigo, mirando las estrellas o la puesta de sol, recordaba la agitación en mi estómago cada que me protegía o me cuidaba, cuando me decía preciosa o cuando me ayudaba, recordaba cómo me sacaba una sonrisa cuando estaba triste, o cómo me hacía sentir mejor cuando estaba enferma...

Y aun así, era una tontería pensar en él como algo más que mi vecino, amigo o protector. Principalmente, porque él nunca me dio motivos para sentir algo más que amistad, también, porque nunca me dio falsa esperanzas, siempre fue claro y fue porque nunca se dio cuenta de mis sentimientos por él.

Era una tonta y ridícula chica de 19 años que seguía creyendo en los cuentos de hadas, por favor, nunca pasó nada entre Liam y yo y sin embargo, allí estaba yo, diciendo cosas sin sentido...

Liam Hall solo había sido mi amor platónico durante la adolescencia y ese tiempo ya había pasado, debía madurar.

Mi celular sonó y yo contesté.

-¿Cuál es la emergencia?-preguntó Emily sin siquiera dejarme hablar.

-regresó-contesté y me levanté de mi asiento.

-¿Cuándo?, ¿lo viste?-

-regresó esta mañana, yo lo vi, pero él a mí no-empecé inconscientemente a caminar por la habitación frente a mi ventana.

-voy para allá-anunció Emily-mientras, tú ve metiéndote en la cabeza la idea de que esto iba a pasar, Liam Hall regresó y a ti no te importa eso, ¿de acuerdo?

-aja-respondí y Emily colgó. Me detuve frente a mi ventana y sostuve el celular en mis manos mientras toda mi concentración iba al borde de madera desgastada de la ventana.

Cuando levanté la vista deseé no haberlo hecho, desde la ventana vecina, Liam me observaba interrogativo y cuando nuestras miradas se trabaron él sonrió. Eso no estaba pasando...

Mi corazón se aceleró y el aire se me fue, me seguía mirando y yo no podía apartar la vista de él.

Deje caer la persiana hasta que la ventana quedo cubierta, entonces retrocedí hasta dar con el borde de la cama y me acosté poniendo la almohada en mi cabeza.

A un patio de distancia, en su ventana, estaba el chico que se fue un día al otro lado del mar y nunca me contó de él.



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