—Luke, ¿puedes adivinar a quién me he encontrado en el supermercado?
Michael entró por la puerta con tres grandes bolsas llenas únicamente de comida.
Ahora que eran vacaciones, prometieron nunca estar separados uno del otro, pero sin comida no podían seguir en su cueva.
El teñido, amablemente, se ofreció para ir a comprar provisiones sólo para lo que restaba del año.
Que era, ¿qué? ¿Una semana?
Pero, como es él, lo primero que hizo al abrir la puerta principal fue comenzar a hablar con su querido novio.
—¿A quién? —Gritó Luke desde las escaleras, estaba poniéndose unas pantuflas para bajar a ayudarlo.
—A Chelsea Gredd, de la preparatoria. —Respondió Michael entrando a la cocina. Luke llegó segundos después y comenzaron a acomodar todo en sus respectivos sitios.
—¿Chelsea Gredd? ¿La abusadora de tu preparatoria? —Michael asintió casi animadamente. El rubio pensó que estaría triste y cabizbajo, Chelsea le había hecho pasar cosas horribles a Michael. —¿Y qué te ha dicho?
—Nada, realmente. —El teñido se encogió de hombros con una sonrisa. Luke, como casi siempre, seguía confundido.
—¿Entonces? ¿Por qué tan contento?
—¿Recuerdas que ella dijo que yo no llegaría a ser alguien en la vida? —Luke asintió, hacía ya un tiempo se lo había contado, pero recordaba una gran parte de lo que Michael le contaba, si no es que todo.
Chelsea estaba mal, de todas formas. Michael, con sólo dos años de salir de la universidad, ya tenía un puesto importante en una compañía de negocios internacionales.
—Sí, ¿eso qué tiene que ver?
—Pues que ella ha embolsado mi compra.
Luke, en vez de estallar en una carcajada, le sonrió y se lanzó en un abrazo.
Pero se quedó corto, pues no había forma de demostrar lo orgulloso que se sentía de él. Había estado mal cuando lo conoció, y ahora había salido de su fuerte y era alguien feliz y adorable que amaba la vida.
—Estoy tan feliz de que hayas salido de eso. —Dijo Luke recargado en su hombro. —Nadie ahí te hacía bien, pero eres muy fuerte y estoy orgulloso de que sigas aquí.
—Las palabras tienen fuerza de huracanes. —Le comentó Michael. —Hay personas que saben exactamente qué decir para arrastrarte al ojo de este. Personas como Chelsea. —Luke lo apretó más. Sabía lo horrible que ella había sido. —Pero también hay personas como tú, que saben exactamente qué decir para hacerme olvidar que estoy en un huracán.

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sick of you ~ muke
Фанфик-Me gustan las personas que están fascinadas por las estrellas. -Me gustan las personas que están fascinadas por mí.