Si entrabas a su casa y observabas el comedor, podrías decir que habían pasado toda la mañana cocinando y que les había costado un enorme trabajo.
Pero no realmente.
Ahora todo se había modernizado y la gente podría comprar las cenas de Navidad ya hechas del supermercado.
Practico, ¿no es cierto?
Michael llevaba un divertido gorro de Santa Claus puesto, su novio pensaba que se veía adorable.
Y Luke llevaba un suéter con un patrón gracioso de objetos de Navidad.
Lucían como cualquier pareja alegre en noche buena sin padres molestando.
Luke no había planeado muy bien su regalo. Tampoco era que había comprado a última hora; era más bien que no permitió que lo consumiera su ansiedad y comenzara a planearlo desde meses antes.
Él supuso que su regalo estaba bien. Más que bien.
Eran muchísimos suéteres adorables y paquetes de utensilios para decorar galletas, cosa que Michael seguramente amaría.
Y el rubio lo confirmó después de la cena, cuando se sentaron cerca del árbol para comenzar a abrir los regalos.
La pareja estaba de acuerdo en que era absurdo esperar hasta la mañana del 25 cuando era oficialmente Navidad desde las doce de la noche.
Entonces abrieron los regalos después de la cena. Y todo fue adorable.
Sus rostros de iluminaban con cada envoltura de regalo vagando por el suelo. Era como si ellos mismos se hubiesen escogido sus regalos. Sabían exactamente lo que quería el otro.
A Luke se le vino la idea de que eran algo así como almas gemelas.
Entonces cerró la pregunta. ¿Era real?
Porque ahora prefería la realidad ante todo. Se preocupaba de que la próxima vez que viera una estrella, no tendría qué desear.
Michael era todo sonrisas, al igual que Luke que había adorado todos y cada uno de los regalos de su novio.
—Nunca había habido Navidad tan perfecta, Luke. —Comentó el teñido envuelto en uno de los suéteres nuevos que Luke había comprado para él.
—Espera, que no se ha terminado.
Luke tenía algo más. Un regalo especial por el que había ahorrado bastante.
Lo mantuvo escondido abajo de la cama por un par de días para que fuese completamente sorpresa. Y el suspenso había valido la pena.
El rubio bajó las escaleras corriendo con la pequeña caja escondida detrás de su espalda. Adoró ver la cara de confusión de Michael, no tenía ni idea.
—Hay algo que quería darte.
—Siempre y cuando no sea un anillo...—Bromeó Michael. De las muchas cosas que tenían en común, era su forma de pensar respecto al matrimonio temprano. Todavía tenían una vida por delante y mucho qué conocer del otro.
Luke sacó la pequeña caja roja y se la entregó a Michael, quien la abrió con sus torpes manos.
Y, violando las leyes de la física, la sonrisa de Michael se hizo más grande y brillante que nunca.
Era una pequeña cadena plateada con la mitad de una choza con dije. La mitad de un pequeño hogar que se situaba justo junto a su corazón.
Luke, sonriendo igual de grande, mostró la otra mitad.
Se besaron lento usando la excusa del muérdago; y luego, llegó Luke con su explicación.
—Michael, sé que nunca hemos encajado en el mundo; pero, cuando nos estamos juntos, sé que aquí pertenezco. Nosotros sí encajamos. Sé que aquí me quieren y que siempre tendremos un hogar.

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sick of you ~ muke
Fiksi Penggemar-Me gustan las personas que están fascinadas por las estrellas. -Me gustan las personas que están fascinadas por mí.