capitulo 57

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Harry me miró con ese brillo en los ojos que podía derretir a cualquier chica existente. Sus ojos verdes se veían hermosos con la combinación de ellos y el brillo de amor. Me sonrojé tremendamente, el sonrió al ver mis mejillas rosadas. Nadie me había dicho algo tan hermoso en la vida. Miré hacia el techo de mi habitación para después sonreír como tonta, Harry hizo mi mismo paso, pero este se rió más que yo.

-¿Porqué te ríes? –pregunté sonriendo- 

-Es que no me puedo imaginar lo que le hiciste a Emma –dijo aún sonriendo-

-Te he dicho que lo verás –sonreí igual- 

-¿Cuándo? Por favor, dame siquiera una pista –dijo en tono de suplica- 

-Amor, te dije que lo verás. No te preocupes. 

Las horas pasaron hasta llegar la noche, Harry volvió a su hotel mientras que yo arreglaba lo desordenado. Me dio por ir a caminar en por la calle. Estaba caminando por la ciudad, y pasé por un lugar que jamás había conocido de mi país, me puse un tanto nerviosa. A lo lejos vi a dos hombres caminando en dirección hacia mi, así que traté de retroceder pero atrás mío habían dos hombres más, me empecé a asustar más de lo que ya estaba. Empecé a llorar, sabía lo que me iba a pasar.

-¿Adónde crees que vas nenita? –me dijo un hombre, con su voz hedionda a alcohol- ¿Quieres jugar? –me tocó el brazo-

-¡No me toques! –grité llorando- 

-Silencio mi amor, nadie tiene que saber lo que te va a pasar –dijo uno de los demás- Solo será algo rápido –dijo el imbécil-

-¡Aléjate de mi! ¡Aléjense de mi, ahora! –grité y empecé a correr- 

Corrí todo lo que pude, traté de llegar lo más cerca a la civilización pero no pude ya que dos me agarraron y me metieron a el maletero de un auto. No sabía adonde me llevaban, y necesitaba saberlo. Estaba llorando descontroladamente, el aire ya se estaba hiendo, estaba apunto de morir. Vi como pararon el auto y abrieron la parte de atrás de éste, vi la luz de un faro y sus rostros. Dos me agarraron mientras los otros dos caminaban más adelantados. 

-¿El señor la quiere viva? –preguntó uno moreno-

-Claro que sí, imbécil. Jugará a algo divertido –dijo otro de ojos verdes- 

-¡Dejen de hablar y muévanse, Nathan nos espera! –exclamó uno de los de al frente, ellos obedecieron y apuraron el paso- 

¿Max? ¿Jugar a algo divertido? ¿Quiénes son estos imbéciles? 

Tenían mi boca tapada y mis manos y piernas también, estaba muy asustada y lloraba.

-Silencio mi amor, que al señor Nathan no le gusta las lloronas –dijo el moreno-

-Entre más callada, más rica. –dijo el otro- 

Cerré los ojos fuertemente y simplemente me quedé dormida. Desperté al sentir como me quitaban la venda de la boca, estaba acostada con las manos arriba atadas en una cama y las de los pies también. Vi a 5 chicos en frente de mi, no estaban tan mal pero eran mis secuestradores, merecían lo peor. 

-¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren de mi? –pregunté agitada- 

-A veces es mejor, callar –dijo el que suponía era Nathan- ¡Max, tráeme la cosa! –dijo en clave, ¿qué es La Cosa? 

-Enseguida, señor –dijo el tal Max, calvo y guapo- 

El Max llegó minutos después con una botella, no sabía que era exactamente, me le quedé viendo unos minutos sin entender nada.

Adolecente (Harry y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora