El Laberinto {The Maze Runner FanFic} #1 (Los Inmunes)

Capitulo 6

— ¡Oigan! ¡Ya despierten! —escuché una voz.

Me levanté sobresaltada, al recordar que estaba durmiendo con Thomas. Yo ya estaba despierta y Thomas me tenía de la cintura nuevamente, como había hecho la última vez. Entonces cuidadosamente saqué su brazo de mí y se despertó. Todos estaban ya levantados mirándonos. Dios... ¿por qué siempre todos se levantan antes que nosotros?

—Hasta que despiertan —dice Newt tocando el hombro de Thomas mientras sonríe.

—Si... lo siento —dice Thomas algo adormilado.

—Bueno, será mejor que nos vayamos rápido, o no tardarán en encontrarnos —comenta Teresa, fríamente.

Yo me levanté de la cama un poco avergonzada. Y me repase un poco de alcohol en algunas zonas que no se habían curado. En eso veo que Thomas se acerca a mí.

— ¿Aún sangras? —Asentí—. Déjame que yo lo haga.

Él pasa un pequeño algodón con alcohol sobre mi rostro, con toda la delicadeza, lo pasa por mi labio, éste estaba hinchado. Siento como los dedos de Thomas pasan por mis labios, lo miro, pero cuando me mira a los ojos yo aparto la vista.

—Listo —dice mientras se levanta y me tiende el brazo para levantarme.

—Deberíamos meter en mochilas lo que nos sea útil para el viaje.

—Tienes razón, le voy a decir a los demás.

Después emprendimos viaje y como ya sabrán... perdimos a uno... cosa que no quiero mencionar... el viaje fue duro... estábamos ya casi moribundos, no teníamos agua, en un momento me desmaye, me contaron que Thomas me llevó por un rato hasta que volví a reaccionar.

—Alessia, mira —me susurró Thomas al oído.

Él me bajó y vi que había bueno, gente vigilando, entonces pensé, nuestra salvación. Ahí nos encontramos con Jorge el cuál, después de mucha charla y tenernos confianza, nos dijo que nos daría un mapa para ir con el Brazo Derecho. Pero tendríamos que pasar por lo menos dos noches en aquel lugar, para estabilizarnos, recomponernos y todo eso, aceptamos y nos asignaron tres habitaciones que tendríamos que compartir. Yo tendría que compartir con Teresa y Thomas, no sé porque pero creo que a esa chica no le caigo bien.

De nuevo parece repetirse la historia... al entrar a la que sería nuestra habitación, nos encontramos con sólo dos camas... ¿teníamos la maldición de las dos camas?

—Si quieren yo duermo en el piso —dije.

—No harás eso de nuevo —me dijo Thomas.

—Ustedes dos pueden dormir juntos —dijo ahora mirándonos, Teresa—. Ya están acostumbrados.

Me miró con cierto enojo.

—Eh... —Thomas se sonrojó— ¿No sería más adecuado que ustedes dos duerman juntas?

—No —dijimos al unísono.

—Está bien, dormiré con Alessia.

Después de eso fuimos a comer al igual que el resto, ya era de noche, la gente ahí era muy buena y unida. Cuando terminamos nos saludamos y cada uno fue a su habitación.
Teresa al llegar a la habitación lo que hizo fue acostarse en su cama y taparse hasta la cabeza.

—Bueno... —dijo Thomas mirándome— Esto... ya estamos acostumbrados, ¿verdad?

—Si... primero me voy a bañar —anuncié.

—Okay, ¿ya pediste ropa nueva?

—Sí.

Después llevé la ropa y me fui a bañar, pero como soy muy torpe al salir del baño me caí, haciendo que mi pierna comience a sangrar.

— ¡Auch! —me quejé.

Que conste, todavía no estaba vestida.

—Alessia, ¿estás bien?

Escuché que Thomas tocó la puerta, estaba a punto de entrar.

— ¡Thomas, no entres! —grité—. Todavía no me he vestido.

— ¡Lo siento!

Noté un tono de vergüenza en su voz.

Después me vestí con la remera y pantalón que me habían dado y salí del baño. Mi pierna seguía sangrando.

—Oye —me miró Thomas—. ¿Estás bien?

—No, al salir del baño tropecé y me lastime la rodilla.

Él se acercó a mí y yo señalé la pierna que estaba mal, él se arrodilló y levantó mi pantalón con mucho cuidado, hasta llegar a la zona afectada, la rodilla.

—Estás sangrando, voy a ver si hay algún botiquín o algo que sirva en el baño.

Eso hizo y volvió con alcohol, algodón y un vendaje y comenzó a curarme.

—Últimamente te lastimas mucho —me dijo Thomas con una sonrisa de lado.

—Sí... bueno tengo mala suerte últimamente.

Ahora él me estaba vendando.

—Listo.

— ¿Sabes?... gracias a mi te vas a volver médico... digo... por todas las veces que me estás curando.

Él se rio al igual que yo.

—No me molesta curarte —dijo finalmente.

—Bueno... mejor nos dormimos ya es tarde.

Me acosté del lado de la pared, después Thomas se acostó a mí lado. Ésta cama se sentía un poco estrecha, o será porque estaba del lado de la pared. Yo estaba mirando a Thomas, mientras pensaba, y este no apartaba su mirada de mí, así que yo lo miré a los ojos, igual que él a mí.

THOMAS

Estamos pegados, como imanes, no puedo separar mí mirada de ella... no sé por qué... pero desde dónde estoy tengo una mejor vista de sus hermosos ojos verdes, estos tenían una luz, los notaba, a pesar de la poca luz que había. No lo dudé y acaricie su mejilla y la repase con mi pulgar, ella miraba cada movimiento que hacía... quizá esperaba que... no sé... Entonces besé su mejilla... no sé por qué lo había hecho, así que cerré mis ojos, los abrí un poco, para verla... ella se había dormido. La observé así unos minutos y luego también me dormí.