El Laberinto {The Maze Runner FanFic} #1 (Los Inmunes)

Capítulo 36

Al día siguiente, volvimos al centro comercial y desayunamos, ya que viajaríamos a la dirección que me había dado aquel chico.

Nos preparamos y viajamos hasta allí, fue un viaje de dos días. Al llegar, nos encontramos con una gran cuidad, pero estaba toda protegida por una muralla y había vigilantes. Ya era de noche. Nos bajamos del auto y caminamos hacia la entrada, antes de que pudieramos tocar, nos abrieron.

Nos soprendimos al ver que se trataba de Vince. Había otras personas detrás de él que llevaban armas y antorchas para iluminar el camino.

—Es bueno verlos de nuevo—comentó con una sonrisa.

Todos nos quedamos boquiabiertos. Alexia comenzó a llorar y abrazó a Vince, él le acarició el cabello con cuidado y le susurró que todo estaría bien. Luego dijo que entremos.

Cuando entramos vimos que había un montón de gente, varias personas estaban comiendo y había unos cuántos niños. Vince nos guió hacia el edificio más grande, y subimos hasta el último piso.

Antes de entrar a la sala, Vince nos miró.

—Aquí dentro hay alguien que quiere hablar con ustedes —anunció, serio.

Todos nos miramos y Vince abrió la puerta. Fruncí el ceño, no podía creer lo que veía.

Gally. Estaba vivo. Apreté mis puños.

—Hola —saludó—. Se que piensan que estaba muerto, pero no. Vince me sacó de allí.

Minho se adelantó.

—Ahora resulta que los muertos resucitan —comentó Minho mientras se sentaba en una de las sillas.

Gally sonrió de lado y negó con la cabeza. Yo no confiaba en él. Vince tomó el mapa que se encontraba en el centro de la mesa y lo extendió a lo largo de esta.

—Este es un mapa del interior de las instalaciones de CRUEL —dijo Gally mientras se ponía junto a Vince.

Me acerqué al mapa al igual que el resto.

—Tengo un plan—anunció Vince y señaló una zona específica del mapa—. Ustedes se infiltraran por aquí mientras que nosotros atacamos por el frente para distraerlos. Debemos salvar a los inmunes y llevarlos al paraíso.

No estaba seguro de esto, no sé si se puede confiar en alguien como Gally. Miré a Minho, este se encogió de hombros y asintió con la cabeza.

—De acuerdo —acepté.

Jorge le susurró algo a Vince en el oído y este asintió. Fruncí el ceño.

—¿Qué ocurre? —pregunté.

Vince me sonrió.

—Nada de lo que deban preocuparse hoy —comentó—. Mañana hablaran con un amigo.

Vince nos miró a todos con detenimiento, por último miró a Alexia.

—¿En dónde está Alessia? —preguntó.

Sentí que se me formaba un nudo en el estómago. Miré a Brenda, ella tenía la vista hacia otro lado.

Alexia se tapó la cara y negó con la cabeza.

—La tienen —dijo muy bajo.

Vince abrazó a Alexia y le dijo que la encontrarían.

—¿Y Amy? ¿Está aquí? —preguntó Alexia alterada, de repente.

Vince se quedó en silencio y Alexia lo miró alarmada, él negó con la cabeza. Alexia comenzó a llorar y a sollozar.

Vince nos pidió que saliéramos. Gally nos guió.

Cuando salimos del edificio, Gally nos señaló un sitio donde podíamos comer y luego dormir, o si queríamos dormir en uno de los edificios también podíamos.

—Mañana será un largo día, les recomendaría dormir—comentó y se alejó con una mueca.

Minho se recostó en el suelo y usó su mochila como almohada.

—No confío en ese shank —comentó con los ojos cerrados.

Apreté los labios.

—Yo tampoco, pero no tenemos opción —dije mientras me sentaba sobre un tronco.

Unos minutos más tarde, algunas personas nos trajeron un poco de sopa que habían preparado, lo comimos y comenzamos a charlar.

Observé a Brenda mientras hablaba con Jorge. En un momento nuestras miradas se cruzaron y ella se sonrojó, pero me sonrió de lado. Intenté sonreír, pero pareció más una mueca.

Me recosté con la mirada hacia el cielo, estaba totalmente oscuro y había unas pocas estrellas. Cerré los ojos.

- - -

Caminé con rapidez hacia la puerta metálica que se encontraba frente a mí. La abrí y allí había varios tubos con agua y con gente dentro de ellos. Avancé hacia un lado de las filas de tubos. 

Tenía que encontrarla, tenía que hacerlo.

Thomas.

Escuché que alguien susurraba mi nombre, pero se alejaba. Miré hacia todos lados y no vi nada.

Crack, crack.

Escuchaba golpes.

Volteé mi cabeza  y allí la vi. Alessia. Estaba en uno de los tubos de agua y estaba despierta, golpeaba dentro del tubo para poder salir.

Corrí hacia donde estaba y apoyé mi mano en el tubo. Ella me miró con pánico, intentaba gritar, golpeaba el tubo, pero no lograba nada. De pronto se quedó quieta. La miré asustado. Ella me vio a los ojos y articuló con sus labios: "No vengas por mí". Y cerró los ojos.

Golpeé el tubo pero nada sucedió y ella no se movió. Grité su nombre.

De nuevo escuché que alguien susurraba mi nombre. Moví mi cabeza y al final del pasillo vi a Teresa que me sonreía. Con cuidado, me dirigí hacia ella y le eché un último vistazo a Alessia.

Thomas.

Volvió a decir más alto y extendió su brazo frente a mí. La miré con el ceño fruncido.

Ven conmigo.

Sentí que hubiese susurrado en mi oído. Avancé un paso más y comencé a extender mi brazo hacia ella. Cuando estaba por tomarla, algo sucedió. Todo el sitio comenzó a temblar como si hubiese un terremoto. La sonrisa de Teresa se fue desvaneciendo, y en cambio, me miró con terror.

¡Ayúdame, Thomas!

Gritó e intenté tomar su mano, pero el piso sobre el que estábamos se partió, y su mitad se derrumbó y no alcancé a tomarla.

¡Teresa!

Grité con todas mis fuerzas mientras la veía caer al vacío. El suelo siguió temblando hasta que mi parte del suelo tampoco resistió, y yo también caí hacia la oscuridad.