El Laberinto {The Maze Runner FanFic} #1 (Los Inmunes)

Capitulo 29

Ya no sabía qué hacer, estaba en este lugar solo. Empecé a golpear las paredes en busca de alguna salida, pero nada, me senté en el suelo, rendido.

—Thomas —me llamó la voz de Ava.

Levanté mi cabeza en señal de que estaba escuchando, aunque no sé si puede verme.

—Queremos mostrarte algo —dijo la mujer y empecé a escuchar ruidos detrás de mí, me separé de la blanca pared y la miré, había aparecido una pantalla.

—Presta atención —dijo la mujer y la pantalla se prendió, dejándome ver a Alessia, ¡Alessia! Ella está bien o eso creo... Estaba en una habitación igual a la mía, con mi misma vestimenta, su rostro estaba pálido, sin expresión, tenía ojeras, parecía que no había dormido, estaba sentada junto a una pared mirando la que estaba en frente suyo. Me acerqué a la imagen horrorizado por lo que estaba viendo.

— ¿Qué le hicieron? —fue lo único que pude decir.

—Ella está pasando por lo mismo que tú, Thomas —hizo una pausa—. Alessia —la estaba llamando y ella ni se movió—. Mira a tu derecha —dijo la mujer y ella obedeció.

Un brillo apareció en sus ojos.

—Thomas —dijo en un tono casi no audible y se acercó a la pantalla—. ¡Thomas! —gritó—. ¡Ayúdame! —comenzó a llorar y gritó, luego puso sus manos en sus oídos presionándolos con fuerza.

La pantalla se apagó.

— ¡No! ¡Espera! —grité, intentando que vuelva a ver a Alessia.

—Ella no es tan fuerte como tú, Thomas pero lo está soportando bastante bien —dijo la mujer.

—Son peores de lo que creía... —murmuré y empecé a caminar por la habitación—. Esto que hacen no tiene sentido, el torturar a chicos, ¡por una maldita cura! —grité.

—Thomas, tú estabas de acuerdo con eso —dijo y yo negué con la cabeza mientras caminaba—. Después de todo... —continuó la mujer—. Tú fuiste el que creó el Laberinto.

Eso era cierto, yo haba creado El Laberinto, todo esto era mi culpa, es mi culpa, de no ser por mí no estaríamos en esta situación.

- - -

ALEXIA

Ya había pasado un día en esta habitación de color blanco, es como si estuviera encerrada en un manicomio, sólo me faltaba un chaleco de fuerza, el primer día me la pasé acostada mirando el techo, no ocurrió nada y todavía no estaba del todo segura de cómo había llegado aquí, sólo me dolía un poco la cabeza.

—Lex —me llamó una voz muy familiar.

Fruncí el ceño, ya que yo era la única en este lugar, tampoco había salida, al parecer. Pero cuando me desperté había comida, así que alguna entrada debe haber...

—Alexia —me volvió a llamar.

Negué con la cabeza, era imposible que él esté aquí...

Giré mi cabeza y me encontré con Newt que estaba vestido con una camisa blanca y pantalones negros y su cabello estaba perfectamente arreglado. Levanté mis cejas, incrédula.

—Hola Lex —dijo y sonrió de lado.

Saludé con mi mano dudosa y luego negué con la cabeza, esto no podía ser posible.

—Soy yo, Newt —dijo y tomó mi mano, pero al sentir su tacto, no era igual, era vacío, era irreal, no sé exactamente como describirlo. Él sonrió—. ¿Te encuentras bien? —preguntó y fruncí levemente el ceño. Asentí.

—Sí, estoy bien —respondí—. Pero... ¿Sabes en dónde estamos? —pregunté y asintió con una media sonrisa.

—Estamos en las instalaciones de C.R.U.E.L —respondió.

¡No! ¡Encontraron nuestro campamento! Espero que Vince y Amy estén bien.

— ¿Sabes dónde están los demás? —pregunté ya que estaba preocupada por mí hermana.

—Todos están aquí —respondió— Aun estando aquí... —hizo una pausa—. Te ves hermosa como siempre —dijo y sonrió.

Yo me sonrojé, ya había quedado claro en mi mente que me gustaba Newt, lo reflexioné toda aquella noche, pero todavía no estaba lista para decírselo.

Él acarició mi mejilla y me besó, yo lo seguí, pero se sentía extraño, sentía que estaba besando a la nada misma, no sentía absolutamente nada. Lo empujé para que dejara de besarme, pareció enojarse ante mi reacción.

— ¿Por qué hiciste eso? —me preguntó enojado.

¿Este es Newt? Llegó esa pregunta a mi mente, estoy segura de que no se comportaría así, suele ser amable... pero ahora...

—Tú no eres el Newt que conozco —solté sin pensarlo.

Él pareció sorprenderse pero luego sonrió.

Nadie puede ser así de bipolar, ¿no?

—No eres Newt —dije firme.

— ¡Claro que soy yo! —se quejó con una voz diferente, ya no era la suya, era una más tenebrosa.

— ¡Vete! ¡Tú no eres él! —grité.

Ni siquiera sabía exactamente lo que estaba haciendo, pero quería que se fuera.

—Te dije que soy yo —dijo con la otra voz.

— ¡No eres Newt! —volví a gritar.

Cerré mis ojos, muy fuerte y me tapé los oídos, segundos después los abrí y sólo había arena en el suelo, hasta que se desvaneció.

Creo que me estoy volviendo loca.