Intro.

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"Que injusta es nuestra suerte, he encontrado algo real que está fuera de contacto". 

Corría y corría escuchando los gritos de mi mejor amiga y su hijo siendo atacados por caminantes. Mi vista al ver la escena más desgarradora de todos se nublo y caí de rodillas al ver como quedaba un par de pedazos de sus cuerpos, ahogue un grito y llore sin cesar.

Tarde, otra ves.

Me levante el suelo llorando y mate a las bestias que estaban disfrutando su aperitivo, no pude aguantar y gritaba mil y un groserías sin lograr entender porque esto tenía que pasar.

Sola, otra ves.

Christine y Edward estaban muertos y no logré hacer nada para que esto no hubiera pasada, si tan solo no le hubiera dicho que fuera por el sendero a la cabaña que parecía segura, si tan solo no me hubiera parado a fumar un cigarrillo y la hubiera acompañado a ver si era tan segura como yo creía.

Falle, otra ves.

Recuerdo cuando todo comenzó y estuve meses sola, tratando de sobrevivir contra un mundo repleto de estas bestias, repleto de caminantes. Me acuerdo cuando estaba muriendo deshidratada y una vos tan familiar gritaba llegando hacía mi, era ella. Christine estaba dándome agua mientras un niño estaba apegado a su pierna, Edward.

Inconsciente tres días siendo cuidada por mi mejor amiga desde más de once años. Recuerdo que cuando desperté ella estaba a mi lado junto a Edward y nunca me sentí tan feliz, nunca quise llorar más que en ese momento.

Y ahora estaban muertos ambos, una joven madre y su hijo de seis años completamente devorados.

Al pasar los días sentí como mi corazón estaba más extinguido, más de lo que estaba tiempo atrás. Observe como unos caminantes se acercaban a un niño que estaba con un bebe en sus brazos, una niña rubia lo tenía sostenido del cuello y el chico con sombrero levanto su arma para dispararle a los caminantes, antes de que apretara el gatillo un hombre con barba y de aspecto demacrado corrió al lugar del chico sacándolo de ahí. El hombre y una mujer con Katana comenzaron a matar a los diez caminantes que estaban ahí, luego de eso más personas salieron del bosque y se acercaron a ellos negando y hablando de algo.

Me acerque más y vi como se sentaban en el suelo. Todos ahí, incluyendo a la bebe, estaban con un aspecto de haber pasado semanas sin comida. Observe el bolso de Christine que tenía en mi brazo, un bolso repleto de comida y agua. Volví mi vista a las personas que estaban ahí, sucias, hambrientas...

Cerré los ojos recapacitando si lo que iba a hacer seria buena idea, quizá me condene a morir de hambre si no llego a cazar nada en estos días pero al menos me ganare una entrada directo al cielo.

Lance mi bolso a las personas que estaban en el suelo y sus vistas quedaron fija en el bolso de Christine, rece por que no hayan visto de que dirección fue lanzado, estaba atrás de un árbol viendo cada uno de sus movimientos. El hombre con barba se acerco a el bolso y lo pateo un poco ¡Oh vamos! no te tiraría una bomba.

La mujer con Katanas lo miro al hombre sorprendida, abrió el bolso y una sonrisa ilumino todo su rostro.

-Es comida- Dijo la mujer y el hombre la miro sin entender, todo el grupo que estaba ahí se acerco y sonrieron.

El hombre con barba miro a los alrededores con una cara seria, otro hombre más que definitivamente era cura por la ropa que traía agradeció a dios y el chico que tenía a la bebe río amargamente al ver al cura agradecer.

-Rick- Un hombre habló y todos lo miraron. Era de rasgos asiáticos. -Alguien nos dio este bolso y ese alguien debe seguir aquí- Murmuro y el hombre de barba junto a todos los demás volvieron a ver a los alrededores.

Él| Daryl Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora