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"Morir de amor es un dolor asumible, lo insoportable es resucitar solo".

Mi vista estaba fija en las personas que me miraban luego de decir mi nombre. Trague saliva tratando de no mostrarme nerviosa, digo, las personas que me miraban no me ponían nerviosa más bien era él quien me hacía estar con piel de gallina. Después de tres años, y quizá unos dos más, el vuelve a aparecer en mi camino. Me atormenta saber que esta aquí, que lo he vuelto a ver... Simplemente creí que estaba muerto desde que esto comenzó porque jamás, jamás desde que me fui pude olvidarle y lo recordaba siempre. Esa felicidad y desgracia junta me dejaba un gran sabor amargo, quizá en otras circunstancias pude correr a él con una felicidad inmensa, con una sonrisa en mi vista y colgarme de su cuello con mis brazos mientras mis piernas apretaban su cintura. Lastimosamente lo único que ahora puedo hacer es estar relativamente nerviosa y hacer una mueca al saber que de alguna forma me ha salvado de el loco este de barba me mate. Aunque se bien que yo hubiera contestado sin que me amenace otra ves... de algún modo siempre dejo que él sea el héroe cuando más bien en mi vida siempre ha sido el villano que causo gran daño.

Cuando deje de pensar por un momento y me puse a ver más cautelosa la situación, Rick, el hombre de barba me miraba calmado. ¿Realmente todo ese show fue porque al pobre no quise decirle mi nombre?

-La verdad deseo largarme de aquí si no molesta- Digo fuerte y firme. La verdad no debería molestarles en lo más mínimo.

Rick mira a su gente y ellos asienten y murmuran entre ellos cosas. Deseaba tanto que Christine estuviera conmigo ahora, ella se habría largado a reír al verlo a él, se que lo hubiera echo, hubiera reído de nerviosismo al pensar que quizá su hermano esta junto a el.

-Puedes quedarte junto a nosotros si deseas, tenemos armas y comida- Rick murmuro lo último bajo.

-Ya veo- Vacile al ver el bolso de Christine en manos de la mujer de pelo más corto que la loca que gritaba. -Aún así puedo seguir con mi cuenta. Lo he echo desde que esto empezó y no he tenido problemas- Asegure intentando ni siquiera chocar vista con Daryl.

Mi estómago estaba todo revuelto, muchas cosas para un día. A quién engaño, esto es una mierda y es normal que pase mucho en un día.

-Lina- Esta ves no era Rick quién hablaba. Mi sangre se congelo al saber quién era la persona que decía mi nombre. Respire un poco hondo para calmarme.

-Dar..Daryl- Hable con un temblor en mi vos, siempre débil hacia el. ¡Demonios!

No quería verlo, mi vista estaba fija en el suelo. Mi respiración se acelero y unas inmensas ganas de golpearlo me vinieron. Recuerdos y más recuerdos. Esas ganas de golpearlo se volvieron ganas de llorar. Bote aire cerrando los ojos fuerte, al abrir mis ojos con toda valentía posible subí mi vista encontrándome con esos ojos que desee ver hace mucho, desee ver esos ojos de dolor esperando que me fuera a buscar luego de irme, pero simplemente nunca supe de él. Se borro completamente de mi vida... jamás de mis recuerdos.

-Solo tienes un cuchillo, si te pilla una horda no podrás salvarte tu sola- Ahora fue Rick quién tomo de nuevo la conversación.

-He echo muchas cosas con este cuchillo, unos malditos caminantes no me matarán si he sobrevivido tanto tiempo- Gruñí molesta, el de barba, Rick, asintió unos segundos.

Ya molesta me di la vuelta yéndome, no quise seguir hablando y escuche como algunos decían que no era bueno que este sola y más cosas. Mi vista estaba nublada pero no iba a llorar, no otra ves por causa de él y los recuerdos que siempre tengo al pensar un mínimo en él. Sentí como una chica corrió a mi lado, era una mujer morena y guapa, era la que mato a los perros. Se gano al lado mio y detenía mi paso.

¡Demonios! ¿Acaso no puedo solo irme? ¿Desde cuando la gente es tan considerada en estos tiempos?

-¿Qué?- Pregunte fastidiada.

-He perdido a mi hermano y a mi novio, se lo que es sentir un maldito dolor y no querer socializar con las personas. No te frenare si decides irte, pero debes saber que el mundo es una maldita basura, aún así es mejor estar junto a alguien que solo y morir así- La muchacha me miro firme, su vos era temblorosa pero a la ves fuerte.

Una persona corrió a nosotras, era la chica loca que gritaba a los caminantes.

-Daryl encontró un tipo de granero, debemos ir ahí- Aviso la chica y luego me miro, un tipo de sonrisa triste se formo en su rostro. -No sería malo que otra chica este con nosotros, además que sacas de estar sola- Comento y de cierto modo ambas eran una imagen de Christine.

Deseaba tanto poder decir que si y correr a los brazos de él, deseaba tanto darle un beso a él. Pero no puedo, no debo. él no es más parte de mi vida.

-¿Es por Dixon?- La tal Sasha pregunto y la mire algo nerviosa, tratando de que no lo note negué. -No me hagas creer eso, es por él lose, se conocen, pidió que no te maten, debes conocerlo o si el mismo te hubiera lanzado una maldita flecha- La chica comento y me congele.

Todos hemos cambiado, lo tengo más que claro.

No deseaba hablar, el nudo en mi garganta era inmenso. Asentí a la chica loca, quién ahora era más cuerda, y me sonrió algo tímida, Sasha, por su parte solo se limito a asentir mi decisión.

Caminamos en silencio, habían ruidos pero no nos alarmamos, ya es costumbre todo. Al ver un gran granero entendí que es ahí donde están todos metidos, donde esta él y ¡Diablos! debo dejar de pensar en ese idiota.

Entramos al granero y muchas miradas se posicionaron en mi, más calmada miro a las personas sin decir nada, sin siquiera poner un gesto en mi rostro.

Rick me mira unos segundos y ordena que todos sigan haciendo sus cosas, me aleja un poco de la gente y se que hablara sobre su grupo.

-Hemos estado juntos, son mi familia, si tratas de hacerles algo debes tener claro que te matare- Anunció el.

Sonreí recordando que amenace a tantos que se nos acercaban a Christine, Edward y a mí.

-Descuida, no tengo intenciones en causar daños- Conteste y el me miro unos segundos, me sonrió y me abrazo.

Simplemente correspondí al abrazo, estaba tan cansada de todo que lo que últimamente ha pasado.

-Gracia por el bolso con comida- El se burlo un poco, lo mire algo nerviosa. -Te vi lanzar el bolso, supongo que ahora comprenderás mis ganas de saber tú nombre- El barbudo comento y yo asentí aún nerviosa.

Siempre he tratado de pasar desapercibido y resulta, creo que este hombre sabe perfectamente sobrevivir.

Sin más me dejo sola en una esquina, me senté en el suelo cansada. Respire hondo unos segundos y vi como el cuerpo bien trabajado de él se acercaba a mi.

Cerré los ojos tratando de mostrar que estoy cansada y no quiero hablar, el aun así, porfiado como siempre lo fue, ignoro esa acción de mi parte y se sentó a mi lado.

-Lina Giuliani- Sus vos tan fuerte, tan electrizante para mi hizo que mis ojos se abran.

-Daryl Dixon- Hable mirándolo firme y sin ninguna expresión.  


Él| Daryl Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora