5.

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"Yo era tu cielo... y cuando te fuiste lo único que supe hacer fue llover".

Recuerdos.

-Lina, te lo digo muy enserio y lo sabes perfectamente, llorar por un idiota no es nada bueno además el no te busco jamás así que mueve la página- Christine se quejaba una y otra ves por la vídeo llamada.

Cerré los ojos tratando de calmarme.

-Fue una mala idea venir aquí otra ves, me volveré a Italia apenas tenga boleto. No quiero ser grosera pero no quiero hablarte... hablar con nadie.  Adiós Tin- Me despedí y escuche un bufido por parte de mi amiga al cortar la vídeo llamada.

Realmente esta mierda es difícil, no puedo ir donde él y decir "Hey, que tal ¿Recuerdas que hoy sería el día en que nos casaríamos?" no, no puedo.

Mire el anillo que estaba atado a una cadena en mi cuello, sonreí inconsciente. Maldición ¿Porque soy yo la que no puede cambiar la página? Seguramente él esta con alguna chica que sea perfecta... porque él es malditamente perfecto.

Respira Lina, respira.

Con toda mi poca dignidad me dirijo al bar al que él solía ir, al entrar una gran oleada de humo de cigarro y marihuana me deja aturdida. Pues ahora me doy cuenta porque no me busco, aquí donde él solía venir es total mente diferente a como es afuera, como era nuestra vida juntos. Él es una maldita alma salvaje que es indomable. Siempre consideré de esa manera a Daryl, tan misterioso, cerrado, apuesto y otra ves misterioso. Daryl era una caja de sorpresas y si querías ver muy adentro, podrías ver que no todas sus sorpresas eran buenas.

No dure ni tres minutos en aquel bar cuando salí enseguida, respire el fresco aire y me contuve de no llorar. Debo olvidarle ¿Porque es tan difícil? simplemente pasar de página.

Tome un taxi para dirigirme al departamento que compartíamos, cuando subí las escaleras y llegue a la puerta de "nuestra casa" escuche la vos de una mujer y un nudo en mi garganta se hizo presente. Él es muy rápido superando ¿Porque yo no puedo?

Iba a largarme hasta que veo como un hombre con barba bien formada y de traje cierra la puerta del apartamento. Un nudo ahora presente en mi estomagó me hizo estremecer.

Daryl ya no vive aquí, él ya no está aquí.

Bajo las escaleras sin derramar una sola lágrima. Prometí venir y no llorar pasará lo que tuviera que pasar. Camino por las calles dirigiéndome al aeropuerto para volver a Italia, no sirvió de nada venir aquí. 

Al llegar, con mi recién comprado boleto en mano me siento para esperar el vuelo, simplemente y de la nada comienzo a llorar ¡Demonios! no sirve de nada ser sensible, no sirve de nada estar atascada con el vivo recuerdo de él diciendo que no hay mujer más bella que yo. Las noches de películas donde terminábamos haciendo el amor, cuando cocinábamos y él solía ensuciarse con harina o lo que fuera y luego reclamaba que necesitábamos delantales de cocina, y el solo estaba ahí para ir sacando comida. Aunque solía llevarse todo el crédito. Sonreí al recordar su ronca vos por las mañanas diciendo "Hola mi amor, que tal has dormido" aún recuerdo cuando pensé estar embarazada, y jamás en la vida él estuvo tan feliz por una noticia, y desilusionado por el resultado = Negativo.

Un año y ocho meses desde que nos separamos, supuestamente el día de hoy estaría vestida de blanco muy elegante esperando al hombre de mi vida que sería mi esposo. Él día llego, pero sin él junto a mi.

El vuelo llego y me senté esperando que despegará pronto, una pareja se sentó cada una a mi lado, venían de la mano cuando se separaron. Me sentí total mente incomoda.

-Joder Aaron ¡Se nos olvido dejarle comida a mizti!- Un hombre de pelo claro reclama mirando al chico que esta en la esquina.

-Eric ¡Es una maldita gata indomable que comerá cualquier cosa que se mueva, saldrá por comida! tú simplemente disfruta nuestras vacaciones en Italia- El de pelo oscuro ordeno y Eric rodó los ojos.

-Dicen que es hediondo allá, yo prefería París pero tú como siempre tan único diciendo "En Italia estará nuestra ciudad del amor"- Gruño Eric.

-Tú serás el hediondo- Murmure ofendida.

Ambos hombres me miraron con una sonrisa. Creo que lo dije más fuerte que bajo.

-Si quieren puedo cambiar asiento con alguno y quedan juntos- Hable algo avergonzada.

Ellos rieron un poco.

-No podría soportar estar muchas horas sentado al lado de Eric sin que se queje por algo que dejamos en casa- Aaron se burlo y yo sonreí.

-Soy Eric.

-Yo Aaron.

-Lina- Sonreí presentándome. -Lina Giuliani.

-¡Diablos Aaron!- Espeto Eric. -¡Acabo de ofender a una Italiana diciendo que allí huele mal!- Río nervioso.

Aaron rodó los ojos como por enésima ves. Este viaje sería bastante largo, y con bastante charlas.



Él| Daryl Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora