Él| Daryl Dixon.

3.

"No quiero dejarte ir. Pero no debo tenerte cerca"

Presente.

-¿Estuviste sola todo este tiempo?- Con timidez y un gran interés oculto, Daryl preguntó.

La bella y cansada muchacha lo mira con vacío, recordando a su mejor amiga y su sobrino, sea de sangre o no Christine era su hermana.

Ahoga unas inmensas ganas de llorar, pero ella es fuerte y debe serlo el doble con un grupo de extraños.

-Estuve acompañada muchos meses, una persona me salvo la vida... ahora esta muerta- Contesto fría y sobria.

Daryl no conocía esa faceta de ella, el hablar fría o simplemente no mostrar sentimientos. Ella siempre fue una persona cálida, pero a estas alturas hasta el ser más inocente se transforma en el más malvado.

-¿Sabes algo de Christine? ¿La volviste a ver? recuerdo que cuando esta mierda comenzó Merle la recordaba cada ves que el decía algo negativo- El menor de los hermanos Dixon río amargamente.

El nudo en la garganta de Lina creció, Christine se alejo de Merle de un día para el otro por el solo echo de pensar que cuando el se enteré que ella tenía un hijo el la odiaría, y ella lo amaba para querer vivir eso.

-Esta muerta- Contesto la Italiana sin una pizca de emoción, cuando por dentro estaba desgarrando cada parte de su cuerpo de frustración entre otros sentimientos que la atormentaban más y más frecuente.

Daryl al escuchar eso se sorprendió, no quiso preguntar si ella fue quién la salvo, pero por el tono en sus palabras al decir que ella había muerto, se dio cuenta que tocar el tema de Christine no era bueno y quería seguir hablando con la chica más bella del mundo para él.

Aunque ella pensará que el simplemente no la quiere, esta equivocada, Daryl es un hijo de puta y de eso no hay duda, pero el jamás quiso a nadie como a ella, y para el era difícil querer.

Pero un engaño no es algo fácil de perdonar o superar, pero ella lo hubiera echo, lástima que Daryl no la busco más y prefirió ahogarse en sus penas.

-No somos un mal grupo, somos una familia- Murmuro Daryl al ver como algunas personas de aquí compartían y sonreían a duras penas.

-El de barba me dejo claro que son una familia, Dixon- Lina contesta, simplemente sobria. -La verdad si me quedo aquí es porque quiero ver si hay buenos terrenos y luego seguir sola, no me da mucho lo de estar en grupo- Contesta con sinceridad.

Y recuerda los despedazados cuerpos de Christine y Edward.

Ahoga nuevamente las ganas de llorar, esta siendo torturada por ella misma en su mente, los recuerdo tan desgarradores, tan desgarrados como los cuerpos esa madre y su hijo. Ver la sangre, las partes de sus cuerpos en boca de monstruos que fueron personas, personas como ellos.

Lina trataba de superar el dolor infernal, de ese que te desgarra cada parte de ti. Ese dolor que la terminará matando, se expande, te perfora tu ser. Pero ella lucha para que así no sea.

Es una guerra entre ella y su mente, una guerra entre ser fuerte y débil. Solo es psicológico, pero lo psicológico es peligroso.

-No te vayas, por favor. Quédate esta ves- La vos de Daryl la saco de sus pensamientos, saco esos pensamientos de su mente llegando otros, su separación.

-¿Ahora pides que me quede?- Sonríe con amargura.

Daryl se sorprende, eso había sonado tan agobiado.

-Nunca he querido que te vayas de mi vida, Lina- Dice él, Daryl siente como su corazón vuelve a palpitar frenéticamente como años anteriores.

Daryl no sabe el sentimiento que ha dejado en esas palabras, no es consciente de que tan solo al decir eso, la pobre Lina tiene unas inmensas ganas de llorar y golpearlo, tiene unas inmensas ganas de abrazarlo y no dejarlo ir.

Y lo más gracioso, es que Daryl tiene el mismo sentimiento, ganas de gritarle porque se fue, ganas de abrazarla y besarle.

A veces hay amores tan fuertes que a pesar de la distancia, los años y los conflictos. Se amanan tan fuerte como la primera ves, y eso es porque como dicen por ahí, hay un hilo que los une, que se puede anudar hasta lo máximo, pero jamás se puede romper.

Unos cuantos caminantes fuera tratan de entrar al granero y luchan para que así no sea. Por primera ves Lina ve como todos se ayudan, y se sorprende ante tal acto, cuidadosamente se une a ellos evitando que los caminantes entren y ve como Daryl y el barbudo intercambian unas palabras.

Luego de eso, el clima sigue en tormenta, pero no hay caminantes que quieran entrar.

Maggie y Daryl se quedan haciendo guardia mientras los demás duermen. Todo esta en silencio, las gotas de lluvia caen y el olor a humedad y pasto mojado es tan exquisito.

-¿Es ella de quién hablabas?- Maggie pregunto y Daryl la miro recordando aquella ves que vio a una mujer recién mordida, con un gran parecido a la Italiana.

El comenzó a gritar de que no podía ser ella y lágrimas caían de su rostro, el verificar si tenía su tatuaje atrás de su cuello, y ver que no había nado respiro aliviado.

Ella aún podía seguir viva. La única persona que presencio tal acto fue Maggie y Rick, con quién habían ido en una excursión.

-Si, es ella- Daryl respondió dirigiendo su mirada a la Italiana, quién dormía en un rincón apartada del resto.

-¿Se quedará con nosotros, verdad?- Pregunto Maggie otra ves, el asintió.

-No puedo dejar que se vaya- Murmuro. No otra ves, no puede volver a irse de su vida.

Luego de eso quedaron en silencio, la lluvia ceso y la noche seguía.

Cuando la oscuridad se iba, Glenn y Michonne se despiertan tomando la guardia ahora ellos. Daryl mira una ves más donde estaba Lina, contemplándola dormir.

-Es muy guapa- Maggie acota y Daryl sonríe.

-Es preciosa- Susurra con delicadeza observándola, la Italiana estaba encogida con una cara de pequeña, descansando después de tanto tiempo de no poder dormir tranquila.

Maggie observa el iluminado rostro de Dixon al ver a la chica, ella sabe que la quiere, porque ella mira así a Glenn.

El cansancio termina agotando al menor Dixon, quien cierra los ojos luego de ver como Lina dormía. Hace tantos años no sentía esa satisfacción al dormir, esa satisfacción de cerrar los ojos viendo a la persona que tanto quieres.