Día juntos (Parte 2)

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Dress:
Debo admitirlo, fue divertido jugar como si de nuevo fuéramos dos niños.
¿Y ahora llega la parte en la que te humilla como cuando eran niños?
-¿Deseas que te ayude? -pregunté seria cuando vi que Santiago estaba lavando los servicios.

-Ya casi termino, ¿Qué hora es?- preguntó.

-Las doce, nos quedan 5 horas...¿Película?-dije emocionada, pues ver películas era uno de mis hobbies.
-Está bien- dijo secándose las manos.
Me senté en el sillón y empecé a buscar en Netflix una película para ver.
Nah, Dress ¿Como sabías que las películas se ven?
-¿Has visto Nada es lo que parece?- pregunté, rogando que dijera que no.
-Noup.
-Pues la veremos ahora, te va a encantar. Es mi película favorita y amo a Jesse pero no es el único. ¿Sabes quién más sale? ¿Has visto Los Juegos del Hambre? ¿Si? Pues sale Haymitch. Yo no lo sabía pues...¡¿Puedes creer que no había visto Los Juegos del Hambre?! ¿Qué?- pregunté al ver que se había quedado mirándome.
-Es sólo que...- dijo ¿Tímido? Santiago no era tímido- Te ves perfecta al hablar de algo que te gusta.
No le hice caso a las malditas abejas dentro de mi estómago y puse la película.
Ya la había visto unas veinte veces pero seguía emocionándome como la primera vez.
Empezó la película y Santiago se sentó muy cerca mio, no me hacia sentir incómoda, pero si un poco rara.
Traté de prestar toda la atención posible a la película, pero no podía porque sentía que Santiago no dejaba de mirarme.
-¿Tengo algo?- pregunté sin voltear la cabeza.
-¿Uhm?- volteé para verlo a los ojos.
-Si tengo algo, en toda la película no me has dejado de mirar-
-Oh, es que tienes algo ahí- dijo señalándome- Ay, creo que solo era tu cara.
Iba a golpearlo pero ideé un plan mejor.
-¡MABEL!- grité.
-¿Qué? -dijo, pero igual volteó.
Me abalancé sobre él y lo ahorqué con mi fabulosa llave china, lamentable él era un chico muy ejercitado y fuerte, por lo que me volteó el partido y terminamos cayéndonos al piso.
-YA... YA... PARA... ME RINDO- empecé a gritar entre risas, porque el muy maldito me empezó a hacer cosquillas.
-Sólo si te disculpas.
-¡Dress no se disculpa con nadie!- seguí gritando y riendo.
-Oh, pues no te dejaré.
-¿Tu crees?- levanté mi pierna y lo golpeé en donde más le duele a un hombre *ya se imaginarán en donde fue, ji* Él salió rodando de encima mio y terminó a mi costado.
-Nunca más en la vida volveré a hacerte cosquillas- dijo con cara de dolor.
-Más te vale.
-Oh, niña. Me has declarado la guerra.- dijo con una cara muy chistosa.
-Uhm, pero para una guerra...¿No tienes que atraparme primero?- dije y empecé a correr, pero había una fucking pared delante mío así que me caí.

-¿Nunca te fijas?- preguntó mientras me levantaba.

-Creo que no- dije tranquila, aunque me había pegado un golpe muy duro.

-Tienes una herida en la pierna. ¿Aquí hay botiquín?

-En el baño, pero no quiero que me cures. Ya me has herido una vez, sólo que no fue físicamente.

-¡Bien, estoy cansado!- dijo agarrándose el cabello- Perdóname, sé que nunca te lo he pedido y también sé que debí hacerlo hace mucho. Pero, no lo aguanto. Sé que no me lo merezco pero en serio...Me gustas- Quedé shockeada, no me lo esperaba-Y no me vas a dejar de gustar nunca, eso lo sé. ¿Sabes cómo? Porque en todos estos años no he tenido ni una sola enamorada. Ni una sola, no he podido dejar de pensar en ti. Invento cualquier excusa para molestarte, chocarme contigo, pasar el rato juntos. Y cada vez que creo que me estoy acercando tu vuelves y desapareces mis esperanzas. Unas veces eres fría como el hielo y otras veces eres un volcán. ¡Avanzamos un poco y al momento todo se va al maldito infierno! ¿Sabes lo qué es eso? Y sé también que ¡Maldita sea, estás con Trevor! Pero él no te merece, nadie te merece, ni yo. Pero me esforzaré y conseguiré ser lo suficientemente bueno para ti. Sé que no te esperabas esto, créeme que ni yo lo hacia; pero contigo todo es tan diferente, tú no eres como las demás chicas- y empezó a acercarse- tú eres tan malditamente original, espontánea, sin temor a casi nada, preciosa y no sólo por fuera sino que también por dentro.
-Santiago- puse mi mano en su pecho para que ya no se me acerque más, si es que era posible, ya que estábamos demasiado cerca- Santiago, ¿En serio crees que por decirme unas cuántas palabras bonitas, yo me olvidaré de todo como por arte de magia? ¿De todo lo que sufrí por ti? Yo te miraba y cuidaba desde lejos, aunque me insultaras, esperando a que un día voltearas a verme y te dieses cuenta que jamás te abandonaría. Y aún no lo hago, lo he intentado y créeme que sí, pero no puedo. Y creo que tampoco quiero, pero necesito que estés conmigo. ¡Diablos! Ni siquiera sé lo que te hice para que fueras tan cruel conmigo sabiendo que estaba enamorada de ti. Aún de niños me gustabas. ¿Qué hice Santiago?-pregunté sintiendo que los ojos se me escocían.

-Yo...No te lo puedo decir.

-Ya me lo imaginaba, creo que iré a mi cuarto.

Empecé a cojear rápido y sentí que Santiago me agarró del brazo.

-No te lo puedo decir, en serio. Pero, te prometo y te juro por mi vida que cambiaré. Te demostraré lo feliz que puedo hacerte. Y estaremos juntos, como antes.
Fui a mi cuarto lento pues aun me dolía mi pierna y me recosté en mi cama a leer un libro. Estaba leyendo Maravilloso Desastre y trataba de romance, lo último que me faltaba era el romance así que, prendí mi teléfono y empecé a escuchar I'm so sorry de Imagine Dragons.
Si era verdad que a Santiago le gustaba hubiera sido la mejor noticia. Hace años. Ahora, no sabía que pensar. Yo quería a Trevor o bueno, no lo quería. Pero estos días se estaba portando tan bien conmigo que estaba muy agradecida.
Pero con Santiago era diferente; él me agrada, es tan único, puedo hacer tonterías y él me sigue el juego, puedo tratarlo mal pero con amor a la vez y no se enoja, al contrario, él se divierte conmigo. Pero yo elegí a otro, otro que es diferente ¿Qué tonta verdad?
Igual, no iba a cortar mi relación con Trevor que estaba yendo demasiado bien para que en algún momento Santiago se canse de mí y me deje botada como cuando éramos niños.
Estaba decidido, me quedaría con Trevor.

Nunca digas de esta agua no beberé. (Actualización lenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora