Paseo al parque.

57 6 2
                                    

Santiago- dije ya cansada- podrias dejarme en paz ¿por favor?

-Nop- dijo el maldito- ¡Yo quiero escuchar mùsica contigo!- dijo haciendo un puchero.

Hay que admitirlo, el idiota se ve tierno haciendo eso.

Se habìa pasado 15 minutos de su torpe vida molestàndome para que yo le dejara escuchar mùsica.

¿Por què no le habìa hecho caso?

Porque me cae terriblemente mal.
O porque te gusta verlo así ;)
Es porque me cae mal.
Si, claro.

-Está bien- dije rendida- pero yo escogeré la música.

-Como quieras- dijo encogiéndose de hombros.

Entonces empezó a sonar back in black de ACDC.

Y el se sabía ¡TODA LA PUTA CANCIÓN!

YO APENITAS ME SABÍA EL COMIENZO Y CON MUCHO ESFUERZO Y EL ¡SE LA SABÍA TODA!

Maldito mundano r.r

Lo miré con duda y el se percató de eso.

-¿Que? ¿Crees que sólo a las chicas les puede gustar el rock? -

-En realidad, pensaba todo lo opuesto- dije

-¡Preciosa hermana cazadora de sombras, futura divergente y tributo en los juegos del hambre! -dijo mi humillante hermano.

-¿Que quieres, renacuajo? -dije en tono seco.

-¿Me puedes comprar un heladoooo?-

-Está bien- dije y me levanté del asiento, con Santiago detrás.

Me puse detrás del mostrador y le dije a la chica (muy plástica, para variar).

-Me da tres helados, por favor-dije amablemente.

-¿Y para mi no hay? -dijo el tarado.

-Tu tienes tu dinero- dije irritada.

-Me olvidé mi billetera-

-Tranquilo, te doy el tuyo. Lo paga la casa- dijo la heladera y le guiñó el ojo.

¡Pero que descarada!

-Gracias, preciosa-

¡No más que el!

-De nada, papi- ¿Dafuk? ¿papi? ¿Que se cree? ¿Cubana?

Nos entregó los helados y yo ya estaba lista para irme.

-Salgo a las siete- dijo la bitch.

-¿Y a él qué le importa? -dije ya harta de que esta chica no tuviera dignidad.

-No estoy hablando contigo, ambas sabemos que él me prefiere a mi- dijo.

¡OH. NO. DIJO. ESO!

Agarré de la camisa a Santiago y lo besé, primero fue un beso feroz pero luego fue tornando ¿suave?

Si, eso creo.

Entonces lo solté con la respiración agitada y me dirigí a la chica.

-¿En serio lo crees, rubia plástica?

Y me fui de ahí, sin decir nada más.

Claro, me llevé a los niños de ahí, Santiago me siguió por detrás.

-¿Que fué eso? -me dijo aún en shock.

-No te ilusiones, fue sólo un beso-dije

-Si lo preguntaba por ti, no quiero que después te hagas falsas esperanzas conmigo- dijo el.

Nunca digas de esta agua no beberé. (Actualización lenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora