CAPITULO XLIV

681 17 0
                                    

-Gracias Andrés, por todo, fue un gusto conocerte-contesto sonriente al abrazarlo y tomar mis maletas.

Bajo del taxi que me ha traído de vuelta a casa, estos cinco días en Alemania me ayudaron mucho, lloré todo lo que tenía que llorar en mi cuarto de hotel y aunque no me prohibí llorar de nuevo, no pienso hacerlo frente a otras personas, si vuelvo a llorar, estaré sola.

Estoy un poco decepcionada porque el sufrimiento no me permitió disfrutar un país tan hermoso, pero no importa, porque me he prometido regresar para pasarla bien después.

Entonces fuera de la puerta de mi casa me detengo un segundo para pensar en qué decirle a mi madre al entrar, después de todo me tomé dos días más de lo acordado y no regreso con la compañía que se podría esperar, regreso sola, porque sola estoy.

-¿Mamá?-pregunto al entrar en la sala.

-¿____?-grita desde su cuarto, entonces abre su puerta y baja corriendo y sin previo aviso se abalanza sobre mí para abrazarme ¿qué le pasa? Pensé que se lo tomaría a mal…

-¿Estás bien?-me pregunta consternada sin soltarme aún.

-Sí mamá, ¿qué te pasa?-pregunte confundida, entonces me apartó tomándome por los hombros, me observó detenidamente y su expresión se volvió estupefacta.

-Pensé que estarías… mal. Cloe me lo contó todo-respondió abriéndome los ojos, maldita sea ¡¡Cloe se lo dijo todo!! Bueno de todos modos puede que haya sido lo mejor, me sería más difícil a mí explicárselo, tal vez no lo hubiese hecho.

-Con razón estás así. Bueno, estoy cansada, iré a dormir a mi habitación-contesté fatigada. No había hecho nada más que estar en una cama lloriqueando como una niña estúpida pero eso me había agotado.

Mi madre no me respondió nada, simplemente seguía sorprendida por mi actitud tan fría y despreocupada. Sin más subí con mis maletas a mi habitación, me di un baño para relajarme y decidí que tirarme en mi cama sin hacer algo no era buena idea, las lágrimas podrían regresar, por lo que prendí la tele y comencé a ver una película de comedia que me animo mucho y por un rato me olvidé de todo.

Desperté con la luz de un nuevo día y con ganas de ir a correr al campo para sacar todo el estrés que había acumulado en estas horrendas vacaciones fuera de Inglaterra, después de todo aún me queda un mes de vacaciones y no pienso desperdiciarlo en mi habitación.

-Mamá iré a correr, regreso en unas horas-me despido mientras termino mi desayuno y me encamino a la salida.

Al salir decido irme caminando hasta el campo, está un poco lejos, pero me sirve de calentamiento antes de correr y hacer algunas carreras para superar mi marca. Al llegar me decepciono al ver que están jugando un partido de futbol en el campo y no podré correr allí. Entonces me voy a una esquina apartada y hago algunas abdominales, después de un rato decido que no importaría si corriera alrededor del campo y lo hago. Después de una hora corriendo decido parar por un poco de agua y al ir hacia mi mochila me topo con aquella deslumbrante melena rubia que viene corriendo a saludarme… claro ¿cómo pude olvidarlo? Niall está en el equipo de futbol de la escuela.

-¡Hola Niall!-saludo en cuanto me da alcance.

-¡Hola ___! ¿Cómo te fue en tus vacaciones?-claro, debí haberme esperado esa pregunta.

-Ahg, no me las recuerdes-hice una mueca de asco- mejor dime ¿qué tal estuvo el partido?

-¿Por qué? ¿Qué paso?-preguntó ignorando mi petición.

-En verdad Niall, no voy a hablar de eso-contesté decidida, tratando de suavizar mi expresión.

-Está bien, no te presiono, lo siento, no es de mi incumbencia. Estuvo muy bien, ganamos por una buena diferencia de 6 goles-contesto emocionado.

Esperando por ti (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora