Sin levantarme de la mesa especulé una sonrisa, y levanté una ceja en modo de pregunta encarando a el joven que me miraba sentado desde su mesa también.
-¿Y bien?- especulé.
-Tengo que decirte algo, vamos, te acompaño hasta tu cabaña- ambos no levantamos y nos encaminamos a la cabaña de Quione.
Estuvimos un tiempo callados hasta que Nico habló.
-Va ha haber una nueva profecía- dijo serio, yo me sorprendí, había oído hablar de ellas y los semidioses que tenían uno o varias como era en el caso de Percy no salían muy bien parados- y creo, que eres una semidiosa muy destacable, y tal vez estés dentro de ella.
Tragué grueso, no voy a mentir, la vida de semidiós me encanta, pero, no quería verme tan involucrada.
-¿Como sabes esto?- pregunté nerviosa, tal vez solo era una broma de mal gusto por parte del hijo de Hades.
-He ido a visitara mi padre, dice que en el Tártaro pasa algo, las bestias están inquietas- hizo una pausa pensando en que decir- tal y como la última vez... alguien quiere despertar, y temo que sea peor que la mismísima Gaia.
-Eso es horrible, ¿se lo has dicho a alguien?
-Sí- de un momento a otro se frustró- pero no me hace caso, dicen que es algo muy improbable y que tal vez los monstruos estén escitados por alguna pelea que haya entre sus superiores, pero ellos no estaban allí cuando yo los vi...está pasando algo raro, pero nadie quiere hacerme caso,así que solo te diré una cosa Awen, ten cuidado...
Sus ojos se quedaron mirando los míos esperando una respuesta, más yo me quedé helada sin saber bien que decir, no se que me pasó... pero me perdí en sus ojos, en esos orbes oscuros que se adentraban en las tinieblas. El chico suspiró y me levantó la barbilla con la mano que antes tenía guardada en el bolsillo.
-Prometelo Awen...- su rostro estaba serio, pero sus ojos dejaban ver un atisbo de preocupación, suspiré y cerré los ojos.
-No te prometo nada Di Angelo, soy una chica peligrosa- sonreí de lado, él hizo lo mismo y nos quedamos observándonos por unos momentos, me daba la sensación de que nos estábamos acercando, y era así.
De repente un sonido de unas ramas sonó, yo me aparté asustada provocando que la mano de Nico que aún seguía en mi barbilla cayera. Nos miramos a los ojos y salimos corriendo cada uno a su cabaña, miré a Nico por última vez desde el porche de mi cabaña, el hizo lo mismo en la suya, y silenciosamente nos dimos las buenas noches con un susurro que ninguno de los dos oyó nunca.
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Ya sabéis lo que se suele decir, el tiempo vuela, y eso es lo que había pasado en el Campamento Mestizo puesto que ya estaban en verano, ha sido un largo año para todos, nuevos semidioses llegaron y ahora los "veteranos" y algunos romanos vendrán a pasar el primer mes de verano, y el segundo alguno griegos mayores de 15 claro está, irán al campamento Júpiter para celebrar el eclipse lunar, pasarán allí cinco días y el último se celebrará una fiesta genial.
Pero volvamos a nuestra historia, donde la atareada hija de Quione es la encargada de decorar con adornos de hielo todo el Campamento por la llegada de las cazadoras de Artemisa.
Moví mi mano formando escarcha sobre la flores que había hecho crecer Cloe, según Quirón el hielo haría que los rayos de la luna se reflejaran en los hielos y esto le sería de agrado a Artemisa, sólo me faltaba la casa grande, a mi lado Cloe hacía crecer unos pensamientos azules realmente hermosos y yo los cubría de escarcha, oímos a alguien acercándose.
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La Tentación de los Ojos Azules. {Leo Valdez & Nico di Angelo}
FanfictionLeo esta destrozado, sólo pensaba en ella, en su Cal ¿estará sola en aquella isla? Pero Quirón lo manda a él, Nico y Jason a buscar a unos semidioses que estan en peligro, Leo conocerá a la solitaria y fría Awen Frost, lo suyo será un amor a prime...