Capitulo 1

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El viento da en mi cara, no sé cuanto ha pasado pero puedo vislumbrar el amanecer en el horizonte, debe de ser temprano, me he quedado dormida después de empacar todo a ultima hora, él esta a mi lado, esta conduciendo, puedo ver rastros de cansancio en su rostro, no se ha afeitado y tiene círculos negros bajo los ojos, me siento mal, es mi culpa, pero luego recuerdo que hoy es un gran día, voy a regresar a casa, en cuanto lo recuerdo no puedo evitar la sonrisa en mi rostro.

-Veo que despiertas, cómo dormiste?

-He tenido peores. Qué horas son?

-Lo sé. Son las 5:40. Duerme más, lo necesitas.

-No estoy cansada.

Miento. Lo estoy, pero se que ya vamos a llegar y quiero ver como ha cambiado todo.

-Ya casi estamos, falta una hora.

Él es mi hermano, todo un hombre, alto, musculoso, con cabello cobrizo, ojalá yo tuviera su color de cabello, es hermoso. A él lo amo con todo mi corazón, a cuidado de mi desde que ellos ya no están, pero no quiero recordar eso, es mejor no dañar el momento. Me miro en el espejo, estoy hecha un desastre, mi cabello es un nido color castaño, mi piel morena esta reseca, pero es algo a lo cual ya me acostumbre, mis ojos están hinchados de tanto dormir, cuando era pequeña detestaba mis ojos porque eran de un color muy poco común, mi familia y las personas decían que eran hermosos, pero yo solo me sentía como un monstruo, pero alguien hizo que cambiara de perspectiva, y ahora no los odio.

Me siento feliz de que volveré a ver a esa persona, pero y si se ha ido? Igual que yo lo hice, la idea no me gusta así que lo olvido, no permitiré que este día se arruine. Observo a Ian, mi hermano, hasta que me aburro, me mira y me da esa sonrisa que me hacía recobrar la esperanza cuando ya no había, me pongo mis audífonos y me centro en la carretera, ya casi llegamos.

Miro el cielo, esta despejado y hermoso, recuerdos vienen a mi cabeza de cuando era pequeña y jugaba bajo el, siempre me ganaba un buen quemón pero era feliz, aquellos tiempos me dan nostalgia, cuando pensaba que nada podía ser más perfecto, estaba sana, tenía a mis padres, un hermano que me amaba y a mi mejor amigo con el que siempre jugaba.

-Soñando despierta?

Sonrío y digo.

-Sabes que siempre lo hago.

-Qué tanto piensas?

-Estaba recordando cuando vivíamos con papá y mamá, eran momentos muy felices.

Me mira a los ojos y se le oscurece el rostro pero se recompone rápido, he visto esa mirada antes y me odio a mi misma por haber mencionado a nuestros padres, tanto él como yo nos sentimos culpables. Sonríe y se vuelve rápido pero no lo suficiente para que no vea su tristeza, es algo a lo cual ya me acostumbre. Nos sumergimos en un silencio incomodo y miro mis manos en mi regazo. Cuanto los extraño. Mis manos son como las de mi madre, delicadas con largos dedos, mi hermano dice que herede muchos rasgos de ella, pero a nadie se le pasaría por la cabeza que yo soy la hija de mi padre aunque estuviera a su lado, pero en cuanto empezáramos a hablar se daría cuenta, mi padre y yo tenemos la misma personalidad, o bueno teníamos, él era risueño, y muy amable, le gustaba hacer reír a las personas, y siempre emanaba un sentimiento acogedor, siempre me gustó estar a su lado y mirarlo, era muy apuesto, mi hermano se parece mucho a él, ojos esmeralda, espalda ancha, piel aceitunada, altos y muy apuestos. Mi madre me contaba que él era el galán del pueblo y que cuando se enteraron que mi madre y él se casarían celebraron todos juntos, no conocí a muchos de ellos ya que nos fuimos a vivir un poco lejos de ahí pero algunos seguían en contacto, y otros trabajan para mi padre. El negocio que mi padre construyo con el sudor de su frente es lo que nos mantiene ahora que ellos no están, ahora mi hermano es el que lo dirige, y muy bien.

A lo lejos diviso el cartel que dice que nos estamos acercando a Cherry Hill, hogar dulce hogar, extrañaba el olor a cerezo y a naturaleza. Cuando entramos todo esta igual como lo recuerdo, las calles, los arboles, todo, es hermoso. Luego de atravesar el pueblo llegamos a casa, esta tal y como la dejamos, fue el regalo de aniversario de papá para mi madre, es una casa de dos pisos toda decorada, cuando bajo del auto miro alrededor, observo a dos personas jugando bascketball en un patio, y casi me caigo cuando lo veo, no puedo creerlo.

Cuando florecen los cerezos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora