Cap. 1: Presentación.

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Hola, me llamo Karina y tengo 13 años. Nací en Cáceres, en Extremadura, junto con mi familia a la que tanto quiero. Hoy en día sigo viviendo allí, todos juntos en una enorme casa con un patio también enorme. Mis padres se acaban de volver a casar hace poco, y ayer estuvieron planeando su segunda luna de miel, y hoy supongo que ya lo tendrán planeado. ¿qué harán? Me muero de ganas de saberlo...!

(...)

Vaya, son las 8:34 todavía y hay un escándalo impresionante en la calle. Debería comprobar qué pasaba. Me levanté y me asomé a la ventana de mi dormitorio, intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a ningún primo, y mucho menos a mi hermanita pequeña, Alexia.

Karina: qué es esto...? (Pensaba en voz alta) hay una ambulancia... Qué hago?- sólo pensé en bajar las escaleras y llegar a la puerta del comedor, el cual daba a la calle. Vi muy, pero muy cerca del patio un charco enorme de sangre, fue entonces, cuando decidí, por curiosidad, saber qué pasaba. Atravesé el patio y antes de tocar el suelo con una mijilla de nieve, vino un policía.

Policía: perdone señorita, no puede pasar por su bien, esta imagen es muy dolorosa.

Karina: vale pero, me puede decir qué ha pasado, por favor? No he podido dormir por la ambulancia...

Policía: lo que ha pasado es que a una pareja que iban a vaya usted a saber dónde ha sido atropellada por un coche sin dueño.

Karina: sin dueño? No había nadie dentro?

Policía: no, nadie. Es mejor que no se acerque, puede causarle algun trauma ya que... Han muerto.

Karina: dios mio! *me tapé la boca un segundo* qué desgrac...- vi a lo lejos a unos enfermeros llevando en una camilla a la pareja. Me fijé y vi que el hombre era casi calvo, con entradas que digamos, y la mujer el pelo rubio con un jersey que me sonaba demasiado.

"Y si son papá y mamá?"

No puede ser, es imposible! Mi subconsciente ya tiene las ideas claras, pero yo dudaba bastante. Es imposible! Aunque dijeron que esta mañana saldrían a su luma de miel, yo... (...) De repente, se me vino un escalofrío extraño, junto con un hormigueo en el dedo gordo del pie derecho. Que me pasaba? Mi cuerpo está interpretando que eso es verdad, no? Ya no aguanto más, necesito saber quiénes son ahora mismo!

Karina: ¡Un momento!- grité desde mi posición.

Policía: qué le ocurre?

No dije nada, sólo pasé corriendo acercándome a la ambulancia, pero noté una mano en el hombro.

Policía: señorita, no puede hacer eso!

Le quité la mano de mi hombro y corriendo fui a ver quienes eran, de una vez por todas. Ya nadie me podía detener.
Di el último paso y me quedé de pie, observando la imagen del charco de sangre, y volvió ese escalofrío. No podía resistirme y, sin interrupción, di otro paso y miré la camilla que sostenían dos enfermeros.

Casi se me para el corazón.

Abrí los ojos tanto, tanto como para operarme de miopía de lo abierto que estaban. No me lo creía. Mi-mis padres... N-no abren los ojos... P-papá? M-mamá?

Karina: papá? Mamá?- otra sensación extraña sucede. Siento un sofoco en la cara, como si estuviera ardiendo. Seguido de otra sensación de expulsar algo por los ojos, nunca me había pasado esto. Siento como una gota de agua cae en mi mejilla izquierda, ¿está lloviendo? Miré al cielo, me equivocaba. Recordé cuando mi hermanita Alexia le pasaba esto cuando bebé:

Flashback:

Mamá: tranquila cielo, ya pasó todo, ya pasó...

Karina: qué le "pasó" a Alexia, mami?

Mamá: está llorando, mi vida. Esto les suele pasar a los bebés, antes de dormir o cuando tienen hambre. Tranquila, está bien.

Karina: esto me pasaba a mí cuando bebé, mami?

Mamá: a todos nos ha pasado, cariño. Ahora, al ser mayores, ninguno de nuestra familia ha llorado, sabes? Somos fuertes!

Fin flashback.

Entonces, soy la primera de mi familia que ha llorado siendo mayor?

Karina: mamá?...- dije con una voz que no oí nunca.

Me di cuenta de que no pude sonreír. Por más que intentara estar seria, la boca hacía una sonrisa boca abajo, sola. Salió otra gota de mi ojo derecho, intenté secarmelo, pero salieron más y más, no podía controlarlo.

De repente, oigo pasos provenientes de la casa, y los mayores, osea, mis tíos y mis dos abuelos, vinieron hacia mí.

Tía Sara: Qué haces aquí, pequeña!?

Abuela: *me abraza* dios mío... sabes lo que acaba de ver Karina?

Intentaba hablar, pero no podía. Otra lágrima cayó por mi mejilla, y salieron muchas más, incontables. Respiraba forzadamente, no podía hacerlo bien. Hice unos ruidos raros que me recordaron a mi hermanita, llamados "llantos", creo. Abuela me abrazó diciéndome "tranquilita, tranquilita..."

Tía Marie: si es que para qué viene la niña...

Abuela: no seas así, no es su culpa. Ya sabes, la curiosidad mata al gato.- decía mientras me consolaba dándome golpecitos en la cabeza.

No podía hablarle a la Tía Marie, ni decirle que se fuera al cuerno como decía papá, sólo podía apartarme mi cabello rubio de la cara. Abuela me llevó dentro de la casa mientras los tíos estaban como hablando con los policías y los enfermeros.

(...)

Nadie Me EntiendeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora