Capítulo 24

1.4K 91 41
                                    

Pasó un tiempo, y mis merecidas vacaciones llegaron, primer lugar en el curso de la universidad; me encuentro más segura, más alegre, algo ha cambiado en mí, me encuentro completamente enamorada. Decidí tomar en cuenta los concejos que mis nuevos amigos de Madrid me daban, despreocuparme de lo que me hace daño y de toda la gente que intenta amargar mi vida, por lo que Mateo, claramente paso a la historia, deje de preocuparme por él y sus miradas acosadoras expresando odio que siempre me daba, y ahora me siento más feliz.

Como mencione antes, mi felicidad no se debe solo a un cambio de actitud hecho por mi persona, sino también a Rubén, juntos decidimos darnos una oportunidad, para conocernos mejor y quizás poder construir una relación a futuro o algo así, no somos novios pero pareciera que de verdad lo fuéramos, pasamos la mayoría del tiempo juntos, nos besamos, y esas cosas que haces las parejas, a excepción que no tenemos relaciones sexuales, aún. Se nos ve muy cariños pero a los ojos de nuestros amigos y todos no es nada formal.

Una mañana estaba regaloneando con Rubén en mi piso, me habia traído un gran pote de helado de tiramisú, mientras que yo le tenía una gran bolsa con panes de pipa. Me encanta pasar tiempo al lado de Rubius, es como si todo se detuviera y existiéramos solo nosotros, si lo sé, estoy alucinando ya, pero el amor te hace decir todas estas bobadas. Como iba contando estaba junto a Rubén tirados en el sofá viendo una película cuando el timbre en mi puerta sonó, me levante forzando a Rubius que me soltara para hacerlo, me dirigí a la puerta, la abrí y mis ojos se abrieron de par en par, pegue un grito y me lance hacia el personaje que estaba frente mío.

-¡JOHN!, eres tú, ¿My bro qué haces aquí?- la sonrisa brillaba radiante en mi cara, es decir, meses sin ver a mi mejor amigo.

-¿Qué?, acaso no puedo venir a visitar a mi hermanita- lo abrazaba con todas mis fuerzas, estaba tan emocionada que comencé a llorar.

-No es eso bobo, es que no puedo creer que estas aquí, ¿Cómo es que me encontraste?-.

-Límpiate esas lágrimas y ¿Qué te parece si entramos y te cuento todo?, hace algo de frío aquí fuera-.

-Oh, lo siento, claro, pasa, pasa- tome su maleta y él me siguió con un gran bolso al hombro, parecía que se hubiera escapado de casa.

-Bueno, como decía, aunque no lo creas, te encontré gracias a tu madre- dejo su bolso al comienzo del pasillo que daba hacia las habitaciones y lo imite –luego de que te fuiste sin avisarle a nadie, cerrar tu Facebook, Twitter y cambiar tu número de teléfono, tuve que...- se giró y quedo paralizado mirando a... ¡Rubius!

Por tanta emoción se me había olvidado que Rubén aún estaba en mi piso, me acerque a él que me miraba incomodo, lo tome del brazo y lo puse frente a Jonathan.

-Perdónenme los dos, pero- suspire –se me olvido presentarlos, Rubén, él es Jonathan mi mejor amigo, y John, él es Rubius mi..., mi vecino-.

Lo último, me causo gran incomodidad, nunca me había puesto a pensar que es realmente Rubén de mí, estaba claro que somos algo más que amigos, pero, ¿Qué?, estoy en una confusión del puede ser y del no, es decir, lo que hacemos no lo hacen las personas que son solo amigos, ¿o sí?, por lo menos yo nunca me he besado con Jonathan.

Volví a mirar a los chicos y hablaban animadamente y ni me habia dado cuenta.

-Veo que no has cambiado nada pequeña- John desordeno mi cabello –aun te vas en la profunda de un momento a otro- rió.

-No me digas así, sabes que odio que toques mi cabello, tú sigues tan molesto como siempre-.

-¿Así que pequeña?- Rubius hablo y para molestarme, lo que me faltaba.

El vecino de al lado (elrubiusOMG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora