iv. quidditch. #seoksoo

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— ¡Una vuelta más! ¡Exijo una revancha!

— Es la tercera revancha que me pides, Jisoo. Acéptalo, perdiste. 

El mayor frunció el ceño, aunque estuviera a tres metros de distancia y cinco sobre el suelo; lo conocía muy bien que estaba seguro que vendría volando hacía él, le quitaría la snitch que aún apresaba entre sus dedos y la soltaría antes de volver a echar a volar como banshee enojado tras ella, todo ello con una sonrisa dedicada con todo su aprecio hacía él. 

Lo hizo. Y a él no le quedó más remedio que dar una patada en el aire y salir volando tras él castaño que perseguía a la pequeña pelota alada, inclinado sobre el mango de su Firebolt Supreme de tal manera que temía perdiera el control de su peso y saliera disparado contra el suelo cubierto de nieve. Unas condenadas vueltas a través de los grandes árboles que obstruían su vista, vuelos cuesta arriba que congelaban la punta de su nariz y demasiadas vueltas que le dejaron nauseas por unos segundos fue el significado de esa persecución antes de volar a campo traviesa, contagiado por las dulces risas de su compañero de clases que acabó con un par de brazos estirados, intentando atrapar a la escurridiza bola, un par de empujones y la mano de su compañero alrededor de la dorada snitch, escuchando segundos después un grito de júbilo que podía escucharse hasta un kilómetro a la redonda.

  — ¡Te lo dije! ¿No te lo dije, Lee? ¡Gané! ¡Te dije que iba a ganar! 

Empezaron a descender con suavidad hasta finalmente tocar con los pies la fría nieve, aventando las escobas a un lado y dejándose caer entre risas, sintiendo ligeramente lo helado bajo sus cuerpos gracias a sus gruesos abrigos. Su cabeza apoyada sobre sus brazos cruzados bajo su nuca y la cabeza del menor sobre su pecho, siendo una suave almohada para el mayor en esos momentos.

  — A veces es increíble tu nivel de competitividad, Soo...en serio, estoy destruido.—    respondió finalmente a sus exclamaciones, mientras sus dedos acariciaban los cabellos ajenos de manera distraída, sonriendo al sentir las vibraciones de la risa ajena sobre su pecho. Amaba oírlo reír.

El nombrado, levantó la vista, aún sonriendo por lo que sus ojos se cerraban de una manera demasiado adorable, quería comérselo a besos en esos momentos.— Te toca aceptar y vivir con eso, Seokmin. Estaba en las letras pequeñas del contrato.— murmuró al estirarse levemente para dejar un corto beso sobre sus labios. 

No importaba lo terco, competitivo, engreído, travieso, malvado y más definiciones que no recordaba en esos momentos de su novio, fuera. Su Slytherin favorito era lo mejor, era el concepto que podría tener de perfecto. 


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Doble capítulo porque sí. 

No tienen idea de lo especial que es esta viñeta para mí. Buenas noches a tod@s. 





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