Capítulo # 7.
Desde que casi atropello a aquella chica esa noche, desde que su mirada se cruzó con la mía, desde que me recordó a la madre que perdí de niño... soy otro, porque sí, mi nana era la madre que jamás tendré; esos ojos me recordaban tanto a aquellos que alguna vez me miraron con profundo amor y adoración: los ojos de mi nana.
Miércoles, 9 de diciembre de 2015.
04:12.P.M.
— ¿Entonces tu padre te ha obligado a comprometerte? — Preguntó Eduardo, mientras batía el Whisky en su vaso. — ¿Y tenías una jodida cena la cual planeabas arruinar? — Esta vez pregunto Collins. Asentí. — Pero tus planes viajaron al WC, cuando viste a la antigua nerd de tu instituto ¿Cierto?— Ahora era el turno de August, para las conclusiones. — La misma. — Respondí— Amanda West...
Había llamado a los chicos justamente hoy ya que en Cullen's Ing. CA, había demasiado por hacer estos dos días anteriores; negocios en Barcelona, adquisiciones futuras en el Reino Unido, y una gran base para adquirir petróleo de unos de los países al Norte de Latino américa: Venezuela, su producción para el petróleo era exorbitante, y claro. Puesto que su economía y situación no es saludable. Cullen's Ing. Se aprovecharía.
La vida de los chicos había trascurrido rápido; Los gemelos están encargado de importaciones Aguirre, empresa que ha pasado de manos de su padre a los gemelos cabezas huecas de mis amigos, la cual sorprendentemente han llevado bien. A pesar de no haber terminado sus estudios de Administración, pues ellos solo tenían veintiuno. Al igual que Eduardo, el pelinegro al parecer había sido flechado por un bebé en pañales que porta un arco, y también por una chica menor que él, las burlas no pararon mientras nos contaba pero según mi querido amigo a la joven chica no le importa mandarlo al demonio, y como gran masoquista que es. Eso, le ha atraído. Y pese a que daba por rota la promesa de nuestro código de: "Bad Boy's"*. Estoy feliz por él.
A pesar de llevarles un año, yo ya tenía mi empresa, también había terminado mis estudios, nuestra amistad era algo inusual, casi siempre tus mejores amigos los conoces en la secundaria o universidad, tal vez por amigos o compañeros de tus padres, pero no. A estos locos los he conocido en una fiesta durante nuestra primera borrachera, loco, sí. Pero cierto.
— Jake... — August pasaba su mano frente a mí. Sacándome de mis pensamientos — Hermano sigue contando — Se quejaron los dos restantes al unísono.
Sonreí. Vaya trio.
Domingo, 6 de diciembre de 2015.
07:00.P.M.
Sin aire, inerte, inmóvil; así me encontraba ante la impresión, estaba consciente de que todos me miraban mientras una pregunta se formaba en sus cabezas, podía ver a Owardt, Elizabeth y Ava, también a los padres de Amanda; los señores: West, preguntándose qué rayos me ocurría.
—Respira, Cullen. Respira.
Retomé compostura para observar claramente a Amanda West frente a mí, su mano se tendía en mi dirección mostrando sus nudillos pidiendo ser besados.
Titubeante hice lo que con su gesto me pedía.
— ¿Ahora eres sumiso?
No te he pedido tu puta opinión.
— ¡Yo soy Tu! ¡Gilipollas!
Buen punto...
Owardt y Elizabeth anunciaron que la cena estaba lista. Una vez en la mesa, todos guardaron absoluto silencio.
¿Incómodo? Sí, más aún cuando unos ojos azules penetrantes te taladran, más aún cuando los tienes frente a ti.
Maldita distribución.
A mi lado izquierdo estaba Ava, quien con disimulo bajó su mano a mi rodilla, dándome un pequeño apretón en señal de apoyo. Sonreí para soltar el aire que no sabía, contenían mis pulmones.
Todos terminamos nuestra cena, lo que al parecer fue la señal de Amanda, ya que inmediatamente, se levantó de su asiento y por cortesía yo igual.
Me tomé un minuto para admirarla mientras ella aclaraba su garganta; llevaba un vestido de trasparecía cubierto con pedrería de tonos dorados y plata, hacia lucir su piel cremosa aún más blanca e inmaculada, su sutil maquillaje provocaba en su rostro una mezcla extraña pero perfecta, en cuanto a la visión cualquier persona podría verla como el simbolismo de un ángel, aquel ángel cuya piel recorrí. Pero ¿Hoy? Hoy era, la perfecta imagen diabólica de alguien frío, de alguien sin escrúpulos, de alguien cuyo amor disfruté en sus tiempos, de ángel, pero cuyo pacto no aceptaré ahora que se había convertido en un demonio.
Okay. No negaré que mi yo pervertido ansía con locura probar a tal demonio, y tal vez lo haga, pero no ahora.
Un pensamiento pervertido me llegó y sonreí con descaro.
¿Si el demonio había corrompido al ángel? ¿Estará dispuesto el demonio a ser domado a mi merced?
—Nuevo reto ¿Eh, Cullen?
En definitiva.
— Muy bien, familia Cullen. Sé que ya con Owardt hemos previsto lo acordado; sin embargo, es mi obligación confirmarlo — Habló Amanda. Tragué. — Jake... — Me miró — según tu padre... y he decir que de acuerdo estoy, ambas familias deberían ser unidas, por lo tanto acordamos dicho compromiso. Pero antes habrá pasos a seguir. — Asentí dándole a entender que prosiga — Pero, pienso que dichos pasos deben ser propuestos por ambos, por lo que para finalizar te invito a pasar por mi oficina el próximo lunes e iremos a comer. — Soltó sin más.
Ambos nos sentamos mientras nuestros ojos se encontraban, sin decir palabra alguna, decíamos todo; sus ojos expresaban rencor y tristeza, una que logró camuflar con desdén.
En esa comida, en ese tiempo que pasaría con ella, sabía, no. Estaba seguro de que todas las dudas que hoy habían surgido, serían aclaradas. Me enfrentaré con el demonio que tal vez deje en descubierto al ángel que alguna vez fue, al ángel que algún día amé y que hoy es un demonio, uno que más que preguntas, había despertado: deseo, lujuria y curiosidad en mí.
Después de que los West se despidieron, con Ava decidimos hablar sobre su decisión he informarles a nuestros "Padres", como era de esperarse no fue de su importancia.
Me despedí de Elizabeth, y seguidamente de Owardt con el cuál acorde hablar luego; tendría mucho que escuchar de mi parte.
Ava por su lado decidió hacer una pequeña maleta e ir conmigo a mi Pent-House, ya luego mandaría a alguien a por sus cosas.
Miércoles, 9 de diciembre de 2015.
04:20.P.M.
Mientras le contaba toda la noche del domingo a mis amigos, sus gestos de burlas y obscenidades no paraban.
— ¿Así que probaras al demonio? ¿Eh?—Se burló Eduardo mientras movía sus cejas.
Le lance una mirada de: "Cállate o arrancaré tus pelotas".
La tarde siguió trascurriendo tranquila, entre bromas, chistes, negocios e incluso, Ava participaba en la conversación.
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Cómo Aman Los Hombres.
RomanceJake Cullen: Gigolo, neutro, de corazón duro, un hueso duro de roer;Un serio empresario de 22años. ¿Conseguira el amor atraparlo?. Por años el genero femenino se ha preguntado miles de veces la misma y sutil incopnita ¿Cómo Aman Los Hombres?. En es...