11.

1.1K 65 3
                                    

Capítulo # 11.

En la mayoría de los casos los seres humanos se alejan de los que los hacia verdaderamente feliz, o en todo caso lastiman a quienes son parte importante de su vida; así de idiotas eran algunos seres humanos, totalmente incapaces de valorar lo que la vida les había dado, totalmente inconformes con todo

Jueves, 31 de diciembre de 2015.

03:00.P.M.

Daba por pasada una semana desde la última vez que vi o le hablé a Riley, había estado notando su ausencia y causa de ello estaba intento distraerme.

— Eso no se te da del todo bien, Cullen ¿Eh?

Ruedo los ojos. Maldito subconsciente.

Estaba en mi despacho mandándole a Estela los contratos para Barcelona y también a una empresa de Argentina, la cual había quedado en la ruina a decir verdad, pero Cullen's. Ing. Se aprovechará de la situación.

Le marqué a Estela. Respondió al tercer tono.

— Señor...— Escuché su voz jadeante y me alarmé.

Joder, había interrumpido su polvo.

— ¿He interrumpido algo, Estela? — Ya lo sabía, pero solo quería incomodarla un poco.

— Eh... oh no, señor. Nada— Su nerviosismo me afirmaba que había mentido.

— Estela, manda los contratos a las empresas de Argentina y la que está en Barcelona, necesitamos que los dueños acepten, aunque sé que lo harán debemos estar seguros.

— Ya mismo, señor.

— También, contacta a un investigador privado, desempleado mejor, así podré conseguir que trabaje para la empresa.

— No hay problema, ya mismo.

— Adiós Estela y gracias. Ah y ¿Estela?

— ¿Si, señor?

— No hay prisa, sigue con lo tuyo, disfruta las fiestas.

Sin esperar respuesta de su parte, finalicé la llamada.

Y al levantar la vista mi pequeña Ava me sorprendió con una sonrisa deslumbrante desde el umbral, sus ojos brillaban con algo especial y la hacía aún más hermosa.

— Pequeña—. Sonreí.

— Idiota. — Me imitó.

Las comisuras de mis labios se elevaron en una sonrisa.

— Te amo, grandulón— Se burló Ava, mientras se acercaba a mí con una sonrisa deslumbrante y me abrazaba.

— ¿Irás a la cena de la empresa?

— Sí, pequeña iré.

— Este bien, te acompañaré.

Salió de mi despacho sin mirar atrás.

Mientras mi mente divagaba por lugares Inhóspitos, me concentré en los correos urgentes y algunos contratos.

Necesitaba sacar energías de mi cuerpo, pero ya me ocuparía luego.

Cómo Aman Los Hombres. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora