Especial.

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Especial.

Narrador Omnisciente.

Aquel día Riley estaba entusiasmada pues iría con Marcelo, su novio desde hace ya un año y sus amigas a un antro, Becca y Alexa, ellas eran todo lo contrario a Riley, o al menos eso pensaba la hermosa chica de ojos grises.

— ¡Papá debo irme!—Gritó la chica a su padre desde las escaleras hacía la cocina mientras su cuidado pero viejo y apuesto padre sonreía, su hija no tenía remedio, la chica se mataba y quedaba las pestañas estudiando al igual que trabajando.

— ¡Vale!—le devolvió el grito pero ya era tarde su nena había salido disparada azotando la puerta, el viejo Ryan negó con la cabeza mientras tarareaba una hermosa canción de Ricardo Arjona: el problema*.

...

Alex y Becca esperaban a Riley bailando al ritmo de Shake it off* mientras sacaban prendas del guarda ropas y las modelaban, el timbre sonaba repetidas veces, pero gracias a la música a todo dar, ni la ojiazul ni la castaña podían escuchar; Riley resopló y cruzó el jardín llegando a la parte trasera donde había una vaya de madera que daba al segundo piso de la quitan donde Becca residía. No era la primera vez que recurría al salvajismo por la poca atención y el despiste de sus amigas, se remangó las mangas de la camisa a cuadros que adornaba su torso, subió su jean ajustado y empezó a trepar, maldijo una y mil veces a sus dos amigas al verlas bailando semidesnudas por toda la habitación probándose ropa.

¡Vaya par de dos!

Riley con cara de búfalo enojado término de subir y caminó por el tejado hasta llegar al ventanal de la habitación de Becca, tocó el vidrio con rudeza, descargando en el su furia.

Las dos bailarinas que por fin se habían percatado del enredo que tuvo que atravesar su amiga, abrieron los ojos como platos, cogieron ambas un par de almohadas como escudo. Pues las jóvenes sabían el carácter de la chica de ojos grises.

La chica podía verse dulce y amable, pero cuando su nombre y apellido se revolvían al tiempo que su respiración se volvía pesada y sus ojos más claros, todos sabían que era mejor alejarse.

A la joven de veinte años que esperaba fuera de la habitación subida en el tejado, le surco una sonrisa fantasma por los labios, la situación le causaba gracia, ver a sus amigas asustadas por su mal humor era un momento único, amaba a esas chicas que estaban del otro lado sosteniendo las almohadas en alto, la verdad es que su enojo podía durar poco, pero su carácter era demasiado fuerte.

Tal como decía su padre:

《Hermosa y delicada por fuera, dura y de hierro con un León interno》

...

El club estaba atestado de gente las chicas apenas podían caminar entre el gentío.

— ¿Ry, donde esta Marcelo?—Preguntó Becca a gritos.

—No lo sé, respondió a mi mensaje pero aun no le ubico—Buscó con la mirada por todo el local, pero no encontró a su novio.

— ¡Que le den!—Reclamó Alexa mientras halaba a las chicas a la barra.

Un joven atractivo que ojos verdes intenso y tez morena con facciones afroamericanas, bien formado, muy buena pinta que tenía, miraba a Alexa quien pestañó coqueta, inclinándose hacia delante dejándole ver al apuesto chico la canelilla que se perdía en el escote del vestido con corte corazón, color negro que se ajustaba perfectamente a sus curvas.

El moreno trago saliva sonoramente, no daba crédito a tal mujer, pero al parecer sus "encantos" saldrían a jugar hoy.

Detrás de esa escena se encontraba Riley con una opresión en su pecho, una inquietud, ese sexto sentidos del que las mujeres presumen tener, estaba inquieta, miraba a todos lados y también a su celular cada dos por tres.

Maldiciendo, siguió a sus amigas con un trago de cuba en su mano, se sentó en una butaca y comenzó a beber pesadamente, la verdad es que no estaba acostumbrada a las bebidas y para su gusto, dicha bebida que llevaba en su mano le parecía un asco total, pero al menos le serviría para tratar de distraerse.

O eso creía.

Sus amigas en la pista de baile se meneaban en un vaivén que captaba la mirada de varios hombres los cuales se acercaban, no perdiendo tiempo en tocar y hacerle saber a ambas que eran deseadas frotándoles sus erecciones, que de no ser por las luces tenues del lugar se verían hasta en China.

Riley las miró y negó, levantándose de su puesto, un hombre apuesto se le acercó esa noche buscando compañía y haciéndole saber la hermosura que en ella residía, Riley en tal momento parecía un tomate con extremidades y con un débil "Gracias" se escurrió en dirección a los baños.

...


En los baños de aquel local Marcelo toqueteaba a una rubia de senos voluptuosos, aunque en realidad dicho encuentro pasional podía denominarse "violación".

— ¡Suéltame!—Suplicaba la joven tratando de gritar, pero era totalmente en vano...nadie la escucharía.

—Shh, preciosa te gustará— Su aliento a alcohol golpeaba las delicadas y angelicales facciones de la chica.

Riley alarmada por los lloriqueos, suplicas y gemidos que salían de ese cubículo, decidió abrir la puertecilla sin importarle nada, pero su sorpresa fue inimaginable al encontrarse con su "novio", violando a una chica hermosa e inocente sin importarle nada.

Sus ojos se tornaban más oscuros y rojizos debido a las lágrimas que se negaba a soltar, el hombre la miro sorprendido dejando de moverse, la chica lloraba a mares pidiéndole ayuda a Riley, la joven morena en efecto estaba paralizada, sus puños se apretaban provocando daño debido a sus largas uñas, para cuando reaccionó, Marcelo balbuceaba miles de disculpas, que relevantemente ella no aceptaría, asegurándose que la chica rubia estuviera a salvo salió de ese lugar sin ni siquiera pensar en las chicas, sus piernas tenían vida propia, o eso parecía corría por las calles como si de una maratón se tratase, la lágrimas nublaban su visión y no se percató del auto que se aproximaba a toda velocidad.

Cerró sus ojos con fuerza mientras las lágrimas salían cada vez con mayor fluidez, y de pronto se encontraba tirada de bruces con un leve dolor en su costado, al alzar la vista, creyó haber muerto, pues lo que sus ojos veían era una aparición divina, por encima del capot se percató de una luces, bebían ser de un taxi, se levantó mirándolo por última vez antes de subirse al auto amarillo, pensando en su rostro tan varonil.

Ø Shake it off: Es una canción de la cantautora estadounidense Taylor Swift, incluida en su quinto álbum de estudio, 1989 (2014). Compuesta por Swift, Max Martin y Shell back, la canción —que es una desviación del anterior estilo country de Swift— es un uptempo pop con pista instrumentada por el saxofón. «Shake It Off» es la sexta pista del álbum y funcionó como su primer sencillo.

Ø El Problema: Es una balada pop rock grabada por el cantante de origen guatemalteco Ricardo Arjona. La canción fue escrita por Arjona a mediados del y fue incluida en su noveno álbum de estudio denominado Santo Pecado (). La canción fue también utilizada como el primer sencillo promocional del álbum a nivel mundial, cuya continuación denominada "Minutos" fue lanzada como segundo sencillo directamente después a comienzos de 2003

Cómo Aman Los Hombres. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora