Cap VIII

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Habían pasado ya dos días desde aquella hermosa mañana donde ___ había cumplido su sueño imposible, inalcanzable y alocado.
No pasaba día sin que la muchacha piense en cada palabra que había dicho Thomas. Además, el rico perfume del joven y la suavidad de la cama, eran inevitables de recordar.

Habían cruzado muchas miradas.
Thomas contemplaba a ___ todo el tiempo y se sonrojaba cada vez que ella lo pillaba. Él no sabía como continuar: quería ser su amigo porque le había resultado verdaderamente interesante. Sabía que ella era su mucama pero, ¿cuál era el problema? Deben existir miles de personas que se llevan excelentemente bien con su empleado, no era nada malo.

Por su parte, ___ estaba que enloquecía. Se moría de amor con cada mirada. Sentía muchas cosas hasta el punto de sentir las típicas mariposas en el estómago. Quería acercarse. Tal vez pudieran llevarse bien. ¿Y quién sabe?, tal vez entablar una amistad.


Era tarde por la noche.
El reloj marcaba las 2:40 hs.
___ no había podido pegar un ojo desde aquella épica noche de ensueño; aún no podía dejar de pensar en ello. Haría lo que sea para poder repetirla.

Hoy no había sido un día tan agotador. Solo Ava se encontraba en la casa y no era de pedir mucho.
___ y su madre decidieron salir un rato a pasear por un hermoso rosedal de Londres y aprovechar para tomar una taza de chocolate caliente en un lujoso bar.
Thomas estaba de aquí para alla, nuevamente. Sin dudas, la película había sido de gran éxito y era la gran novedad del siglo.
Por otro lado, el señor y la señora Sangster tomaron unas hermosas vacaciones en las playas de Hawaii, por lo que, pasarían un mes entero en ese lugar.

___ no tenía sueño del todo. Su madre le había permitido levantarse tarde, aproximadamente a las 15:00 hs.
Se sentía aún con bastante energía, pero sabía que si no dormía, luego terminaría muerta por el día.

La puerta de su habitación se abrió lentamente y ___ se asustó.
No quería girar aún.
-___, soy Thomas.- Dijo el joven Sangster. ___ se giró y se sentó, rápidamente, en la cama.
-Hola, Thomas.- No podía creer que esto se valla a repetir.
-Oye, se que suena loco, pero... ¿te gustaría que vallamos a recorrer, en este momento, el centro de esta maravillosa ciudad que tanto admiras?- Thomas se sentía en gran confianza. Hablar de una manera divertida no le avergonzó. Fue el mismo, como debía ser.
-¡¿Qué?!- Gritó en voz baja ___. -Thomas, no puedo.-
-¡Por favor!- Insistió Thomas. -Volveremos antes de las cuatro, lo prometo.-
___, aprovecha de esta oportunidad. ¡No seas tonta! Se dijo a si misma.
-¿Qué tal si me haces una broma?- Preguntó ella, desafiante.
-No lo haría.- Dijo él, serio y sincero.
-Vale. Me cambiaré.- Afirmó ella.
-¡No! ¡¿Qué dices!? Vallamos en pijama, los dos.- Dijo él, con entusiasmo.
-Ammm...- Susurró ___.
-Disfruta, ___.- Intervino Thomas en sus pensamientos
-Vale...- Lo miró a los ojos.
Juntos salieron casi corriendo de la casa y llegaron a la vereda. El mundo parecía dormido. No había nadie en la calle. Los sonidos eran pocos.
-Súbete a mis hombros.- Dijo Thomas.
-¿Qué?- Pregunto ella. -Vale, si tu quieres...- Afirmó.
Él sonrió. Se estaba ganando su amistad. ¡Esto no lo había hecho ni con su novia Isabella! Pero no le importó. Después de todo era su amiga, ¿no?

Corrieron así hasta llegar al centro. ___ jamás había sentido tanta adrenalina, tanta felicidad. Había sido la experiencia perfecta. Inexplicable, totalmente inexplicable.

Ella bajó de él una vez que llegaron al centro.
Se miraron el uno a otro. Se estaban comiendo, sin dudas.
Tanta lujuria, tanta libertad.
Thomas era totalmente famoso y tenía veinticinco años. Ella era una joven adolescente, fangirl, que había tenido esa hermosa e increíble oportunidad. Y eran amigos. Eso eran y eso podían.
Pero, ¿por qué no arrojar aquello por la borda y controlar todo por una vez?
Se querían, se apreciaban. No se conocían en nada pero no importaba. Tenían una importante conexión.
Necesitaban sentirse mutuamente.
___ no lo dudó. Era ahora o nunca. Perder el control al menos por un segundo. Thomas igual. Quería que esa locura de la fama desaparezca por un momento y volver a los viejos tiempos.
Él se acercó lentamente a ella. Esta última se puso en puntas de pie y lo contempló como nunca lo había hecho.
Sus exquisitos aromas se mezclaron. Solo faltaba unir sus labios.
Y así fue.
Thomas beso con ternura y pasión a la joven. Había experimentado, como nunca antes, esa sensación de estar solos. Amaba a Isabella y sentía un amor inexplicable por ella pero esto lo superaba sin dudas.
No sabía porqué, pero desde que la vió se interesó, sobre todo por su peculiar carácter.
El beso se volvió más que apasionado. ___ había vuelto a nacer. Era como si construyera un nuevo corazón.
Era tan admirable y bello probar los carnosos ,y suaves labios de Thomas...

Una vez que se dignaron a parar, se miraron el uno a otro y apoyaron sus frentes, una con otra.
Thomas no dudó en darle un pequeño y fugaz beso a ___. Era muy hermosa. La apreciaba.
Solo esperaba que ningún paparazzi se enterara. No quería problemas con la familia de la chica.
Pero sobre todo, pudo afirmar que no se había arrepentido de aceptar dos empleadas domésticas en su hogar. Había sido una buena desición.

Al rato, ___ y Thomas tomaron algo fresco en un pequeño bar. Allí se conocieron profundamente.
Thomas habló primero:
-¿Cuáles es tu color favorito?-
-El [Tu color preferido]-
-Genial. Bueno, cuéntame de ti, ___ Pirerts...-
___ le contó hasta el último detalle sobre ella. Thomas quedó impresionado. La admiraba demasiado.
-¿Dónde has estado toda mi vida?- Preguntó Thomas
-Soñando contigo al otro lado del mundo.- Dijo graciosa ella.
Él sonrió, con un brillo en sus ojos.
-Ahora es tu turno- Afirmó la muchacha.
-¿De...?-Preguntó él.
-Háblame de ti.-
Y así lo hizo. ___ se enteró de todo. Incluso cosas que jamás se le habían pasado por su mente. Era como leer su biografía no autorizada.

Volvieron.
Eran las 05:30 am.
Llegaron a la residencia de los Sangster.
Thomas cerró la puerta con seguro y acorraló a ___ contra la pared. La beso muchas veces. Ella reía suavemente.
Él la cargó en sus brazos y la subió a su habitación.
-Hoy sentiré que es dormir en la cama de una hermosa y amable chica.- Dijo Sangster.
Ella rió.
Y lo besó. Él no se esperaba eso pero le correspondió.
Juntos durmieron como aquella vez, pero con una notoria diferencia: Thomas abrazó toda la noche a ___.



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Hola cerezitas deliciosaass y amorosas!!
¿Cómo están? Yo ree bien :3
Hoy nuevo presidente en mi paíss, así que...nada, eso.
¿Quieren maratón? ¿5/5?
VOTEEN MUCHO, LEEAN MUCHO Y COMENTEN COSAS LINDAAS Y COPADAS ;)
LAS AMO!
SUEÑEN CON BRAD PITT, AHR.

-Pau.

PD: Estoy enamorada de mi propia novela.

Fangirl-Thomas Sangster y tú- #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora