Cap 8

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Cuando lo mío estuvo en todo su esplendor, sol bajó lentamente y se lo llevó entero a la boca, colmándome de placer. Mis dedos jugosos comenzaron a hacer un recorrido hacia su ano, lubricando todo el camino y entrando en uno y otro lugar. Yo no podía creer que esta pendeja me la estuviese chupando de esa manera. Mis manos acariciaban una piel suave, joven, tersa, un lujo. Comencé a ratonerame con todo lo que le iba a hacer si esto había empezado así. Sol se la tragaba entera, mientras me apretaba los testículos suavemente con sus dedos llenos de anillos y me rasguñaba con sus uñas fucsias.

Queriendo ser tu maestro, acabe aprendiendo de vosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora