Para que hay cámaras jaja - le dije alejándola suavemente de mí.
- ¡Que me importa! - dijo y me siguió comiendo la boca.
Suerte que vivo en el tercero, un piso más y terminaba garchándola para el festejo de los guardias de vigilancia. Abrí la puerta de mi departamento y la dejé pasar a ella primero, en cuanto entré me arrinconó contra la puerta y me comenzó a besar. Presentí que debía querer sorprenderme con su actitud y que yo no pensase que era una nena... Sol no sabía que ya me había convencido desde que se subió al auto.