CAPITULO 2

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Desperté con una gran tención en mi cabeza, pero me sentía mejor, observe a mi alrededor, seguía en la cabaña de la mujer, ella no estaba, lloré, demasiado, ella, antes de irse me dijo que escapase de Luzbel, eso significa que estaba en el... averno. Eso significa que estaba muerta, ¿Qué hice mal, como para estar en este lugar?, seguía llorando, totalmente sola, desconsolada, me pare para seguir mi rumbo, necesitaba encontrar una salida, aun no es el fin...

Salí de esa cabaña, como la mujer me dijo, camine en línea recta, sentí que hacía mucho viento, seguramente hacia también frio, no podía sentir nada. Mientras caminaba, me sentía observada, veía a todos los lugares pero no encontraba nada, hasta que tropecé y caí, al caer me estaba golpeando todo el cuerpo, sentí un gran golpe en mi cabeza, pero aun no era el final, era un gran pozo infinito, pude ver el final, con muchos metros de distancia, y al fin llegue al suelo, aun así no me dolía nada, vi que mi brazo, este estaba a un lado, parecía estar roto, lo jale y escuche un tronar de huesos, no sentía dolor alguno, me agarre la cabeza resignada, sentí un líquido que chorreaba por mis manos, las llave a frente de mis ojos, era sangre, suspire, ya que de nada servía llorar, me pare y escuche unas voces, no eran lamentos, camine al lugar donde salían esas voces, estaban algunos sentados, otros parados, otros en posición fetal, se parecían mucho a niños, de distintas edades, no sabían si eran niños o niñas ya que todos eran iguales, me estaba acercando temerosa hasta que patee una piedra, todos se quedaron en la posición que estaban y se dieron vuelta para verme, me quede boquiabierta, todos empezaron a hacerme preguntas, se reían del temor que les tenia, contestaba con dificultad, hasta que uno de ellos grito

- ¡Basta, Envidia¡

Todos se callaron, y se dieron vuelta, temerosas, salió un gran hombre de las penumbras, todos se escaparon dejándome sola

- ¿Tienes miedo?

- No.

- Deberías... ¿No sabes quién soy?

- Para que estés aquí en el averno, cuidando a todos esas criaturas, supongo que eras alguien importante, y claro, malvado.

- Estas en lo correcto, no es necesario decirte mi nombre, nací antes de Cristo, no fui bautizado, y alguna que otra vez mentía a las personas inocentes para que me dieran el fruto de su laburo, mi castigo es sufrir la pena de no ir al paraíso. Me quedo en este lugar por milenios, nunca podré salir de aquí, junto conmigo están, los sentimientos de innumerables personas del mundo, Envidia, Tristeza, Maldad, Egoísmo, y más.

- ¿Dónde estoy?

- Te encuentras en el primer círculo, aquí se encuentran las almas que no fueron bautizadas, por más de que fueron malvados en vida; están aquí. ¡COMO YO... COMO YO! ¡COMO YO!

Empezó a gritar como si le estuviese haciendo daño, estaba rasguñándose la piel, sacándose pedazos grandes de carne, la sangre corría por todo su cuerpo, me miró con odio, me dijo:

- Todo esto es por tu culpa...

- ¿Disculpa?

- ¡TODO ESTO ES POR TU CULPA!

Me asuste tanto que corrí por mi "vida", el hombre se quedó ahí gritando y dañándose, por qué razón me dijo que todo eso es por mi culpa, si yo no hice nada malo como para que me culpe de su desgracia.

Recordé lo que la mujer me dijo, que camine en línea recta, y así lo hice, parecía que nunca había día o tarde, todo era de noche, no sabía que día, mes u hora era, no me acordaba de como desperté en ese lugar, o como había muerto, si es que en verdad morí, no siento dolor, pero siento algo que me mantiene con vida, algo que me hace luchar hasta el último por salir de ahí, estoy completamente segura que no me rendiré, nadie, ni nada de este lugar, podrá convencerme de lo contrario.

Lentamente, daba pequeños pasos, cada paso que daba escuchaba un susurro detrás mío estos decían mi nombre, empezó a entrarme pánico por todo el cuerpo, los susurros se hacían cada vez más fuertes, con más poder, sin pensar dos veces; corrí, tan rápido, no tenía lugar donde ir, corría sin rumbo, pude sentir que algo me agarro de la pantorrilla, me hizo caer, me estaba arrastrando, todas las fuerzas que ejercía era en vano, esa "cosa" era demasiado fuerte, grite lo más que pude, con todas mis fuerzas; hasta que me trago la tierra. 



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