CAPITULO 10

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Cuando por fin desperté, me encontraba en el mismo lugar donde estaba, pero en este caso no había nadie a mi alrededor, todo tan vacío, yo muy lastimada sufriendo por un dolor terrible, saque una por una las estalagmitas de mi cuerpo, estaba bañada en sangre, muchas de estas había atravesado varias partes de mi cuerpo, me levante del suelo, caminaba sin rumbo, a medida que caminaba escuchaba unos susurros, pero yo no les daba importancia, ya que podían ser mis agresores, y querían jugarme una mala broma, así que seguía caminando, pero los susurros comenzaron a hacerme más potentes, trataba de caminar lo más rápido que podía, hasta que en un tramo algo me agarro de mi brazo haciendo que pare, y me jalo a su escondite

- Eres tú, si, si eres tú, mi salvadora, mi ama

- ¿Quién es usted?

- Soy su siervo

- Lo siento, no lo conozco

- Usted no a mí, pero yo a usted si, desde inicio de todos los tiempos, yo ya era su sirviente

- ¿Qué?

- En un momento entenderá mi ama

- Entender que...

- Todo lo que usted quiera saber

- ¿Eso significa que no estuve sola todo este tiempo?

- No, yo la protegía, durante todo su trayecto, estuve con usted ama

- ¿Por qué me dices ama?

- Porque usted es mi ama

- Lo siento, no tengo ningún siervo

- Sí, yo soy su siervo, ahora tengo que llevarla a sus aposentos

- ¿Dónde?

- Donde pertenece

- ¿Al mundo de los vivos?

- No, nunca perteneció ahí

- Este es su lugar, aquí pertenece

- No te entiendo...

- Espere... ellos están aquí, vienen por usted, escóndase

- ¿Quiénes?

- Calle... no haga ruido

Me empujo detrás de él, ya que alguien estaba acercándose, eran esos hombres que me habían dañado anteriormente

- ¡Oye tú!, ¿la viste pasar por aquí?

- No sé a quién se refieren

- Sabes perfectamente, dinos donde se encuentra, ella se escapó, suponemos que debe estar por algún lado, y que no haya pasado al sexto circulo

- Seguramente ella ya está ahí

- Escúchanos, si la estas protegiendo, entonces estás haciendo mal, sabes que es una maldita

- ¡No le digas así!

- Te ves tan repugnante cuando la defiendes, deberías defenderte a ti mismo de ella, es peligrosa

El AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora