Capítulo 18

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[ESTE FANFIC, ES UNA ADAPTACIÓN. EL ESCRITO NO ME PERTENECE, TODOS LOS DERECHOS A LA AUTORA ORIGINAL, HaBiin].

- Te mataré, juro que te mataré -masculló-.

- ¡¿Qué demonios haces Judith?! -habló Tae Hyung detrás de mí mientras me liberó de su agarre-.

- ¡Te lo advertí Tae Hyung!

- Si desobedeces mis órdenes, sabes lo que pasará -ordenó-.

- Pregúntale que qué hacía espiando detrás de la puerta.

- ¿Qué? -me miró- ¿Eso es cierto Lena?

Parecía molesto, ¿debía decir que no o simplemente aceptarlo?

No podía arriesgarme cuando estaba en la casa de los predadores, tal vez exagere en lo de predadores, pero era como estar en la boca del lobo.

- Sólo fui a buscarte, no se de que habla -mentí- pero ella me tomó del brazo -lo miré nerviosa- no... comprendo su actitud.

- ¡Ella miente! -alegó Judith-.

- Judith, no me hagas enfadar. Vete -dijo en tono autoritario-, hablaremos después.

- No se quedara así -espetó-. Me las pagará.

- ¡Judith! -ordenó Tae Hyung-.

Ella bufó y dio la media vuelta enfurecida. Sentí la mirada de Tae Hyung sobre mí, y lo miré nerviosa. ¿Me había descubierto? ¿Estaba molesto?.
Su mirada y expresión eran difíciles de descifrar.

- Lena, ¿estás bien?

- ¿Eh? -contesté nerviosa- sí, sí.. estoy bien.

- Lo siento, Judith es complicada. Pero no dejaré que te haga daño, de lo contrario la mataré.

- ¿Así de fácil? ¿Es tan fácil para ti hablar de matar?

- Es mi naturaleza, si alguno de nuestra especie desobedece alguna regla, debe morir.

- ¿Cuáles reglas? Hablas de matar, como si fuera tan fácil.

- Es mi obligación, si desobedece, debe morir. Alguien debe matarla y si no lo hago, estaría yendo contra una regla... mi vida o la de ella.

- Tu especie no es muy diferente de los Exul. -dije arrepintiéndome por mi actitud-.

- No puedes compararnos con esos seres, nosotros protegemos a los humanos y sus almas, sin nosotros, esos monstruos devorarían sus almas.

- Paremos, no quiero seguir con este tema. Judith no a hecho nada aún, así que no tienes por qué matarla. Nadie ha roto ninguna de sus locas reglas y todos felices -le di mi mejor sonrisa, al menos para mí hablar sobre la muerte, era difícil. Sería mejor dejar ese tema de lado-. Hablemos de nosotros.

- Tienes razón, el "nosotros" me agrada más. Aunque -se acercó y besó mi mejilla- tengo una gran idea. Podemos continuar nuestro juego, en mi habitación -susurró en mi oído-.

- Esa idea es buena, pero necesito ir a casa por Luca -sentí como mi corazón se hundió en un tirón. En casa no había nadie esperando por mi… porque Luca ya no era más. Sentí como mis ojos picaban a causa de las lágrimas que querían salir-.

- Hey, descubriré quién fue el maldito. No me gusta verte triste, te daré otro mas amigable o tal vez quieras un… ¿cachorro? ¿Conejo?

- Luca no es algo reemplazable, sólo dejemos esto por ahora. Quiero regresar a casa.

- Bien, yo te llevaré.

/////////////////

Aun era temprano cuando Tae Hyung me trajo casa, me había dado una ducha y preparé el desayuno para ambos. Estaba confundida con todo lo sucedido, cuando Leo entró a la habitación de Tae Hyung y mencionó la cumbre, ¿Qué era la cumbre? ¿Qué fue todo eso de matar para sobrevivir?
"Sí te piden que mates, mata. Es tu única salida. Ya sea que tengas que matar a tu humana." el recuerdo de las palabras de Leo seguían haciendo eco en mi mente. En definitiva, tenia que hablar de todo eso, con Tae Hyung. No se cuándo, pero habría que hacerlo, sí mi vida dependía de ello.
Me senté a su lado en el sofá, donde él miraba pensante hacia la chimenea. Busqué qué era lo que observaba, no encontré nada fuera de lo normal, sólo un par de arreglos y nada más.

- Nunca he visto una foto de tus padres.

- Es mejor así.

- Fue difícil ¿cierto?

- Difícil, doloroso, solitario... Siempre tenía miedo.

Sí, siempre tenía miedo. Por alguna razón, algunas veces me cuestionaba, si yo tenía la culpa por su trágica muerte. Tae Hyung permaneció en silencio, hasta que sus brazos me rodearon en un cálido abrazo.

- Eres mi chica, ¿entendido? Así que no dejes que Leo se acerque a ti.

- Lo intentaré -reí-.

- Ah, esta chica me matará. Estoy destinado a sufrir por ti.

- Yo aprendí a lidiar con tu actitud fría e indiferente. Creo que también tendrás que aprender a vivir con eso.

- Acéptalo, eso fue lo que te gustó de mí.

- Oh, sí. El gran chico de la colina, que me dio la más amistosa bienvenida cuando me mudé -reí- pero que después me salvó un par veces, esa misteriosa aura que te rodea y tu actitud indiferente... Sí, tal vez tengas razón.

- Sólo quería persuadirte de lo inevitable. Te convertiste en mi obsesión, mi locura... mi todo. Lena -tomó mi cara entre sus manos, nuestras miradas se encontraron y el tiempo pareció detenerse- me haces sentir vivo de nuevo, y lo siento si fui un patán, pero sólo quería protegerte.

- Lo sé, y no quiero que te sientas culpable. Sé que tienes demasiado en que pensar... olvidemos esto y seamos sólo nosotros.

Su mirada atrapó la mía, esos ojos oscuros que no parecían revelar nada, se miraban diferentes ahora. Sus labios consumieron los míos en un beso arrebatador, sus manos me tomaron de la cintura y me rodeó con sus fuertes brazos. Por un momento sentí como si nada importara, estar así con él, me hacía olvidar todo.
Se separó de mí y apoyó su frente contra la mía, ambos tratábamos de recuperar el aliento.

- Bien, creo que me vuelves loco.

Reí ante su declaración, y me alejé antes de que viera el color de mis mejillas, las cuáles ardían.
Pero Tae Hyung fue astuto y jaló de mí, me sentó sobre su regazo y besó mi hombro.

- Amo, cuando te sonrojas.

- Y yo, cuando no eres un patán.

- También me gusta, cuando te enojas.

- Me gustas, cuando no eres un engreído.

- Me gustan tus labios, el color de tu pelo, tu fragilidad, cuando sonríes, cuando tratas de ser fuerte, tu inocencia.

Lo miré con un millón de emociones, que venían una tras otra, sin que yo apenas pudiera procesarlas. Ningún chico, me había dicho algo así.

Sentí que tenía esa sonrisa tonta dibujada en mi rostro, cuando él me besó de nuevo.

- Y claro, me gusta tu cuerpo -susurró sobre mis labios-.

- Oh, valla. Tú si que sabes como arruinar un buen momento ¿no?

- Lena, eres mi perdición.

Sus brazos me rodearon de nuevo y me abrazó sobre su regazo, mientras besaba sutilmente mi cuello, subiendo por mi barbilla. Su tacto me hacía perder el control. Me recostó sobre el sofá, nuestros cuerpos parecían encajar como piezas de rompecabezas. Sentir el calor de sus manos sobre mí, él era más que perfecto. Sus labios, besaban los míos con un anhelo reprimido.
Un ruido lejano parecía hacer eco en la habitación, pero aún estaba absorbida por las caricias de Tae Hyung. El sonido cada vez era más insistente, hasta que salí de mis pensamientos y miré rápidamente la puerta. Tae Hyung bufó, y me miró suplicante.

- Sólo deja que piensen, que no hay nadie en casa.

Lo miré confusa. ¿Quién podría ser? Nadie viene a visitarme nunca, y digamos que Tae Hyung no acostumbra a usar la entrada principal, siempre entra por mi balcón al igual que Leo. No creo que ningún Exul se atreva a tocar la puerta de su víctima, siquiera pasaba de medio día... tal vez, ¿Nora?

- ¿Lena? ¿Hay alguien en casa? -dijo una voz masculina, grave y pintoresca-.

- ¡Tienes que irte! -dije exaltada-.

- ¿Qué sucede?

- Te veré después, sólo sal por el balcón ¿entendido?

- ¿Me estás ocultando otro hombre?

- No -hablé con desespero, mientras lo empujaba por las escaleras. Sí él lo ve aquí, definitivamente me mataría-. Sólo hablemos después. ¡Vete ya!

Él me miró un poco molesto, pero subió las escaleras y dobló en el pasillo. Me apresuré a bajar, y fui hasta la puerta mientras acomodaba mi ropa y peinaba mi cabello. Suspiré para tranquilizarme y abrí la puerta.

Sentí mi corazón acelerase como nunca, de todas las personas, jamás esperé verlo a él. Estaba igual, como la última vez que lo vi. Esos ojos de color avellana, y ese pelo castaño cayendo por su frente… quería abrazarlo, lo extrañaba, era como si viera a mi padre en él. Lo único agradable, de mi tormentosa vida.

- Lena, ¿qué sucede? -dijo con su grave y melodiosa voz, tan única de él- Has demorado mucho.

- ¡Tío Gilbert! -sin más, me lancé a sus brazos y lo abracé. Sentí como se inclinó cuando casi cae, pero eso no importó. Me abrazó mientras reía, podía oír su risa rebotar en su pecho. Sentí una tranquilidad inmensa- te extrañe tanto.

- Yo también mi niña. ¿Y bien? -sonrió- ¿No me invitarás a pasar?

- Oh, claro. Pasa.

Él entró y miró alrededor de la casa, suspiró con nostalgia, como si eso le trajera recuerdos. Tomó su saco y lo puso sobre el sofá, tomó asiento y me miró con una agradable sonrisa.
Fui hasta la cocina y tomé un poco de té, había sobrado un poco y para tal casualidad, el té de magnolias, era el preferido del Tío Gilbert.
Él lo aceptó con gusto, mientras me sentaba a su lado.

- ¿Todo ha estado bien? -preguntó él-.

Pensé en como mi vida había cambiado, sí decía lo extraño de este pueblo y los secretos que éste esconde, el Tío Gilbert, estaría más que convencido, de que en verdad había enloquecido.

- Sí, todo está bien. Me he adaptado, muy bien al lugar.

- ¿Las alucinaciones han seguido?

- No -admití, ni si quiera me había dado cuenta que éstas casi habían desaparecido, al igual que las pesadillas- mi estado de ánimo, también ha mejorado mucho.

- Es un alivio -miré un rastro de preocupación en su mirada-.

- ¿Por qué no me habías llamado? ¿A qué se debe tu visita?

- Lo siento. Ya sabes, el trabajo consume mi tiempo. Arreglé algunos asuntos y vine lo más rápido que pude. Lena -puso una mano sobre la mía, manteniendo aún esa mirada de preocupación- no, quiero que pienses que no me importas. Siempre estás presente en todo lo que hago. Si bien, también he venido por un asunto -suspiró- necesito decirte algo.

- ¿Qué sucede? Es algo...

No pude completar mi frase cuando alguien llamaba a la puerta, resignada, fui esperando otra visita inesperada. Cuando abrí la puerta, casi entro en desesperación.

- ¡Tae Hyung!

- Hola -saludó al Tío Gilbert-. Esto es para ti -me entregó un par de rosas recién cortadas, aturdida por la situación las tomé-.

- Hola -contestó el Tío Gilbert, algo confundido- ¿Y tú eres?

- Tae Hyung, Kim Tae Hyung. El novio de Lena.

Sentí como cada centímetro de mi piel se erizó, ¿qué demonios hacía aquí Tae Hyung? Le había dicho que se fuera, y él estaba aquí, todo sonrisas, mientras el Tío Gilbert lo miraba confundido. Aunque bien, podría decir, que estaba teniendo una ataque de histeria en su interior.

Shadows Of The Night (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora