Capítulo 27

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[ESTE FANFIC, ES UNA ADAPTACIÓN. EL ESCRITO NO ME PERTENECE, TODOS LOS DERECHOS A LA AUTORA ORIGINAL, HaBiin].

- Este pequeño pueblecillo, es bonito. Me pregunto como no me di cuenta antes -dijo echando una mirada rápida sobre la ventanilla-.

- Oh, mi Dios, creo que estás enloqueciendo -reí-.

- Tal vez, tú seas la culpable.

Reímos al tiempo que nos adentrábamos en el pueblo. Algo se sentía extraño. Las calles parecían solitarias y desérticas. Como si todo hubiera perdido su color, lo que daba vida.
Miré sobre la ventanilla en busca de alguien, cuando no lo hice, sentí una punzada de desespero.

- ¿Qué sucede? -preguntó-.

- Es extraño -contesté-, no recuerdo que las calles sean tan solitarias.

- Pienso lo mismo. Pero aún es temprano. -dijo más para convencerse a si mismo-.

Asentí y traté de no pensar en ello. Sin mucho éxito. La radio en el coche tocaba una suave canción, pero aún así, había un silencio incómodo. Casi salgo del coche, pero me sentí tranquila cuando la viejecilla de la cafetería conversaba con una mujer y su hijo.

Pasamos de local en local, Tae Hyung parecía poco animado. Al igual que yo, había algo que le inquietaba. Agradecí el hecho de que él tratara de distraerme, cuando él mismo luchaba por mantener la calma.

Nuestro regreso fue silencioso. Al llegar a casa, preparé algo para que ambos comiéramos. Tae Hyung permaneció en la sala leyendo uno de los libros del Tío Gilbert. Pareció interesado y me agradó que se distrajese de la atmósfera pesada del pueblo. Mientras comía, me hizo un par de preguntas sobre el Tío Gilbert, y lo extraño de sus libros.

- No lo sé, suele tener muchos de ellos -contesté-.

- Son muy viejos -afirmó-.

- Algunos son incluso de los tatarabuelos del Tío Gilbert. Él los conserva como si de reliquias se trataran.

- Mmh -alargó-, me parecen incluso más viejos. Las cubiertas son poco usuales, incluso los bordes tienen cierta resistencia a los años.

Lo observé y me sentí en la necesidad de decir las cosas tal cual.

- Tae Hyung, todo estará bien. Sé que sientes esa extraña sensación de que algo sucederá, pero debes dejar de estar siempre a la defensiva. Como siempre esperando que algo malo ocurra.

Tras un largo silencio. Uno eterno. Y un largo suspiro, contestó.

- Tienes razón, Lena. Es sólo que es así como siempre he sido -rió-. Los viejos hábitos nunca mueren.

Reímos, y por un momento todo pareció volver a ser como antes.

- Tae Hyung, quiero ir al lago de aquella vez.

Me miró incrédulo y con ojos bien abiertos.

- Estás tratando de decir que tú y yo, solos, un traje de baño. ¿Esto... es una insinuación? -dijo divertido-.

- Oh, no. No empieces con todo eso de tratar de seducirme, chico listo. Quiero ir allí contigo, porque siento que sería bueno; como si fuera nuestro secreto.

- Bien, vamos -se encaminó hasta la puerta-. Una tarde llena de locuras, está esperando por nosotros. Aunque, no sé si será buena idea, afuera está un poco frío.

- No he dicho que me pondré un traje de baño o me metería a nadar. Sólo dije, que "fuéramos al lago".

- Es una lástima, quería algo que enriqueciera el panorama.

Él era incorregible.

Nuestro camino al lago fue igual de laborioso que aquella vez. Lleno de fauna y caminos difíciles de seguir. Si bien el bosque era inmenso, me pregunté como hacía Tae Hyung para nunca perderse. Quise preguntar, pero sabía la respuesta «Me basta con mi inteligencia, recuerda que no soy como los humanos» o incluso estaba segura que diría algo como «Un ser supremo como yo, dotado de belleza; no comete errores».

Solté una carcajada. El hecho de imaginarlo decir eso era más que gracioso. Llevé mis manos a mi boca para sofocar mis risas, pero Tae Hyung lo notó.

- ¿Se puede saber qué es tan gracioso gatita?

- Oh, no. En absoluto, recordaba algo sin sentido.

- Deberías compartirlo para reír también -habló con sarcasmo-.

- Vamos, no te enojes -fui hasta su lado y tomé su brazo de forma cariñosa-. Imaginé una conversación divertida contigo.

- Dejaré pasar esto, sólo porque me encanta cuando te panes toda cariñosa y provocativa.

- No cambias -di un ligero golpecito en su brazo-.

- Mm, me gusta cuando te pones toda luchadora -ronroneó-.

Con un solo movimiento me tomó entre sus brazos, en segundos sentí el frescor del aire tocar mi cara. Genial. Súper velocidad. Comenzaba a acostumbrarme a esto. No pareció complicado para él llegar hasta el lago, si no todo lo contrario; me di cuenta cuando vi el hermoso manto con tonalidades menta y turquesa, que habíamos llegado.
Me senté sobre el borde de una roca, Tae Hyung fue a mi lado y se sentó admirando el panorama. Hermoso. Las nubes se perdían en dimensiones desconocidas. Como si fuera otro mundo. Quité mis zapatos y jugueteé con el agua.

- ¿Sabes? -habló divertido-, vine seguido aquí, después de aquella vez. Sentí que te veía de nuevo nadando en el agua. La forma en que te enojabas era maravillosa.

- Bueno, era difícil no perder los estribos cuando te empeñabas en ser un cretino.

- Precisamente, creo que lo hacía porque me gustaba la forma en que te enojabas. No imaginé estar aquí de nuevo, y mucho menos después de todo por lo que hemos pasado. Incluso anoche, estaba seguro que te perdería. Después de todo lo que viste en la cumbre y ese absurdo juego para los Mayores.

- Sí, es genial.

Sorpresa y escepticismo se dibujaron en su rostro, mientras me observaba con ojos bien abiertos.

- Ya sabes, fueron un montón de problemas, un sinfín de sucesos inesperados y luchas con Exuls. Después Leo y su actitud desagradable; siempre donde no debe. Nuestras discusiones. Mentiras. Lo sucedido con tu especie. Pero es genial, que a pesar de todo, estemos juntos. Que las circunstancias nos hayan hecho fuertes.

- Demasiado genial. Tan genial, como tener una chica hermosa como tú, a mi lado.

Llevó ambas manos a mi rostro y con un suave toque acarició mis labios. Un largo beso cargado de desespero, anhelo y dulzura. Se sentía como tocar el cielo, con cada caricia y toque de su piel con la mía.

- Te amo -susurro sobre mis labios, plantándome otro beso-.

»Cof« »Cof« »Cof«

Alguien interrumpió y de inmediato Tae Hyung se puso rígido. Nos separamos y vimos salir entre los arbustos al siempre galante y cauteloso Ash.

- Lamento, la interrupción. Pero necesitaba informarte de un asunto a la brevedad posible -respiró con pesar-. Espero y no sea demasiado tarde.

Shadows Of The Night (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora